17-O: la CGT y el PJ blindan con un acto al gobierno de Fernández
Después de siete marchas opositoras, el peronismo realizará hoy su primera gran demostración de fuerza a casi un año de la victoria electoral del Frente de Todos: el presidente Alberto Fernández presidirá un acto en la sede de la CGT en el que se celebrará el día de la lealtad, a 75 años de la movilización popular que reclamó la liberación del coronel Juan Domingo Perón. Pero la cita será algo más que evocativa: el peronismo le ofrecerá a Fernández ser el próximo titular partidario, siguiendo la tradición de los expresidentes Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
Será un 17 de octubre muy particular: debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia, el peronismo convocó a un acto virtual, en el que los manifestantes darán su presente por medio de una app. Tras loguearse en la plataforma 75octubres.ar, podrán tomar una ubicación virtual en un mapa de la emblemática Plaza de Mayo. El PJ, según se dijo, espera reunir a “un millón largo de personas”.
El acto en el salón Felipe Vallese del edificio de la CGT, ubicado en la calle Azopardo, en el barrio porteño de San Telmo, tendrá, como dijeron sus organizadores, “sólo 35 asistentes más Alberto”. No habrá lugar para nadie más, pese a sus 300 butacas.
Trascendió que entre los asistentes, además de la cúpula de la CGT, habrá algunos gobernadores. Daban confirmados a Juan Manzur (Tucumán) y a Mariano Arcioni (Chubut). También se reservaron butacas para los intendentes bonaerenses, entre ellos Fernando Espinoza, de La Matanza, la denominada “capital nacional del peronismo”. Se espera que Alberto Fernández esté acompañado por Santiago Cafiero, por el ministro Wado de Pedro y por Máximo Kirchner.
En tanto, el gobernador Juan Schiaretti estará conectado de manera virtual, aseguraron en el PJ cordobés.
Un dirigente peronista estuvo ayer en la Casa Rosada, donde vio imágenes de cómo fue acondicionado “el Vallese”. Calificó de “impactante” la puesta en escena. Se desplegaron distintas pantallas por las que se transmitirán el acto y videos con testimonios llegados desde las provincias. Un “enorme video wall” aglutinará los rostros de militantes anónimos. La estética del acto y también la app 75octubres.ar son responsabilidad de Javier Grosman, el responsable de los festejos del Bicentenario.
La iniciativa del acto fue ideada semanas atrás por Héctor Daer, uno de los cosecretarios generales de la CGT. El PJ y los gobernadores rápidamente dieron su acuerdo. José Luis Gioja, titular del PJ nacional, instruyó a la dirigencia de todos los distritos para que hoy, a partir de las 13, cuando se abran las “puertas virtuales del acto”, la militancia de todas las provincias empezara a loguearse.
El sindicato de Camioneros y unos 50 gremios distanciados de la CGT arrancarán al mediodía, desde la sede de Smata, la bautizada “Caravana de la Lealtad”. Hugo Moyano acordó adelantar la movilización para que no se superpusiera con el acto, donde se espera que a las 17 hable Alberto Fernández. El Presidente le dio el visto bueno a la caravana.
La CGT, el moyanismo, el PJ y los gobernadores ven en este 17-O la necesidad de “blindar” al presidente Fernández ante lo que consideran “movimientos desestabilizadores” por parte de la opositora Juntos por el Cambio, en medio de la pulseada entre el Gobierno y los mercados respecto de una devaluación del peso.
Ayer era una incógnita la presencia en la CGT de Cristina Fernández. “Fue invitada”, dijeron desde el PJ. La Cámpora adhirió al acto desde un principio. “Creo que va a estar presente Cristina Kirchner. Sería buenísimo que los dos, Alberto y Cristina, estén en el acto”, dijo ayer Daer.
En Córdoba, el día de la lealtad lo animará la CGT regional
El acto virtual por el día de la lealtad, que se conmemorará hoy desde Buenos Aires, tendrá en Córdoba una réplica, ya que estarán conectados varios secretarios generales de la CGT vía streaming y siguiendo el discurso del presidente Alberto Fernández en una pantalla gigante.
El único sistema sindical que avanzó en la organización de un evento fue la central obrera regional, que buscará ser estricto y estar “bajo protocolo de Covid-19”.
En principio, los sindicalistas estarán ubicados en 100 sillas separadas frente a la Casa del Movimiento Obrero sobre avenida Vélez Sársfield. Desde allí seguirán la transmisión que se iniciará desde la sede nacional de CGT a partir de las 15.
En cambio, los gremialistas que están en la vereda del Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) seguían con atención la decisión de su referente, Hugo Moyano, que finalmente convocó a los suyos a una caravana en Buenos Aires.
En Córdoba, los schiarettistas de Las 62 Organizaciones Peronistas son aliados a Moyano y reconocieron que desde la conducción nacional les pidieron una manifestación similar con caravana de automóviles. Pero los sindicalistas que responden al abogado Ricardo Moreno aclararon que están “alineados con la política sanitaria de Juan Schiaretti” y no harán manifestación.
17 de octubre, todavía estamos en deuda
Oscar González, presidente alterno del PJ de Córdoba.
Los sucesos del 17 de octubre de 1945 trascienden la efeméride. Representan el punto de ebullición de un profundo proceso. En el año cero de la posguerra, mientras el mundo se reconfiguraba, Argentina reacomodaba estructuras. Su dirigencia decimonónica se diluía frente a cambios sociales y económicos que modificaron drásticamente al país real. Las siempre politizadas Fuerzas Armadas se debatían entre acompañar esa transformación o seguir custodiando el acotado e insuficiente orden conservador.
En ese contexto, emergió Juan Domingo Perón. Tejió alianzas con sectores del gremialismo; completaron su movimiento dirigentes medianos de diversos partidos. El anecdotario (las razones que motivaron la detención de Perón en la isla Martín García, el rol de sus alfiles en la movilización, la real cantidad de manifestantes en la plaza) opaca la relevancia del acontecimiento. Era una nueva Argentina la que refrescaba sus pies en la fuente de la Plaza de Mayo.
Claro está, cabe preguntarse si las respuestas llegaron para los miles que fueron a procurarlas. Si la dirigencia obsoleta que debía absorber un nuevo tiempo superó sus contradicciones o si aun defiende el regreso a la Argentina de 1930. Los proyectos se fueron intercalando, por acción y reacción.
Pero el espíritu de octubre exige otro compromiso: el de fundar una nueva etapa, un país renovado en el que haya espacio para una ciudadanía plena e integrada. Desde ese punto de vista, todavía estamos en deuda.
Nuevo contrato social con los postergados
Olga Riutort, concejala de Córdoba-Fuerza de la Gente.
El 17 de octubre de 1945, esta gesta histórica, tiene un significado múltiple e importante, que trasciende la política.
Ese día, con todo lo que lo antecedió y con sus consecuencias, lo que se puso en juego fueron los derechos, las demandas y las aspiraciones de sectores populares que estaban postergados en Argentina.
Lo que ocurrió fue un verdadero escenario democrático, donde en esa plaza pública, la icónica Plaza de Mayo, estos sectores llevaron sus preocupaciones y pesares y los convirtieron en problemas públicos. Quienes estaban postergados pasaron a ocupar un lugar central y, lo que es más importante, comenzaron a escribir la agenda de los reclamos sociales y políticos.
Desde el punto de vista simbólico, esa plaza estaba ligada a un pacto, un nuevo contrato social de lealtad de doble vuelta: de los dirigentes con el pueblo y de ese pueblo con sus dirigentes.
Aquel 17 de octubre se rubricó una promesa de no abandonar ni defraudar el compromiso y la causa del pueblo y de los más postergados.
Síntesis de un proyecto político
Pablo Carro, diputado nacional-Frente de Todos.
El 17 de octubre no es una fecha, es un símbolo que sintetiza un proyecto político.
Convergen la irrupción de las mayorías en la discusión del poder, la diversidad social, los derechos de las trabajadoras y trabajadores, la independencia económica, la justicia social, el voto femenino, la distribución equitativa de la renta, la soberanía política. Todo eso nos trajo el peronismo. Desde allí se explica la emoción, la adhesión y la persistencia en el apoyo que el pueblo sigue reeditando después de 75 años.
Esto lo saben quienes enarbolan las banderas del proyecto de minorías, por eso se ensañan y alimentan el discurso del odio. Saben que el fortalecimiento de la democracia y la República significa el bienestar de las mayorías y el recorte de sus privilegios. Hoy protagonizaremos un hecho histórico, marcharemos desde cada pueblito, cada paraje, cada ciudad, desde cada rincón del país hacia esa plaza virtual que nos convoca. Seremos millones de mujeres y hombres testimoniando nuestra lealtad con este proyecto nacional, popular, democrático y feminista que hoy cumple 75 años.
Como un camaleón, y muy amplio
Laura Rodríguez Machado, senadora nacional-Juntos por el Cambio.
Un profesor contaba que en Argentina los sindicatos no son anarquistas o de izquierda porque existe el peronismo, que logró que los gremios se enrolen detrás de un partido y no de corrientes ideológicas. Es una fuerza con fuerte raigambre sindical que lo ha destacado y lo diferencia de otros movimientos políticos.
Esto es bueno, pero le ha dado un sesgo antiempresario, a pesar de que es un movimiento que ha ido modificando su forma de pensar y actuar en función de quién ejerza el liderazgo. No es el mismo peronismo con Carlos Menem o con Cristina Fernández. La idea de movimiento le permitió no atarse a las estructuras y las formas de los partidos y ampliar siempre su base electoral.
También le da una amplitud más amplia que al resto de los partidos. Al peronismo no es posible encasillarlo ni en la izquierda, ni en la derecha, ni en el centro. Como el camaleón, se ha ido adecuando a los requerimientos de los argentinos y por eso logra mantenerse en el poder tanto tiempo.
Tenía que pasar
Esteban Dómina, historiador, exconcejal del PJ.
El 17 de octubre de 1945 es una fecha histórica que sigue dando pie a distintas lecturas. Lo cierto es que fue un acontecimiento inédito: millares de personas ganaron las calles por propia decisión. Lo hicieron para reclamar por la libertad de Juan Domingo Perón, a quien el gobierno había apartado de los cargos que ejercía y confinado en distintos sitios.
Ese día nació un fuerte vínculo muscular entre quienes lo aclamaban en la plaza y quien se convertiría en su líder, un vínculo que perduraría tres décadas.
La inesperada irrupción de Perón no fue casual: la política tradicional estaba agotada; ni los partidos ni el régimen militar que gobernaba despertaban expectativas en los sectores populares. Se vivía una suerte de “que se vayan todos”, mientras ese “subsuelo de la patria sublevado”, en palabras de Scalabrini Ortiz, posaba su mirada en el ascendente coronel. Nada es casual en la historia. Tal como estaban las cosas en 1945, algo tenía que pasar… y pasó; la bisagra volvió a funcionar entre el antes y el después. Lo que siguió es historia reciente, con lecturas para todos los gustos.
Por otro abrazo Perón-Balbín
Mario Negri, diputado nacional-Juntos por el Cambio.
El peronismo nació bajo los signos de la supremacía de las masas. No se apoyó en una visión institucional sino en el seguimiento a un liderazgo. Es un movimiento de adaptación permanente.
Primero fue a la Europa liberal con el matiz de un pensamiento nacionalista. Esa etapa coincidió con el desarrollo del mercado interno.
En los ’70 sus contradicciones ideológicas sumieron al país en un grave conflicto que Perón, a su regreso del exilio, quiso superar optando por las instituciones y el diálogo. Su muerte frustró esa esperanza colectiva y la violencia se adueñó del país.
La segunda adaptación fue durante los´90, adecuando su pensamiento a ideas neoconservadoras.
La tercera adaptación es la que vive hoy. En un contexto económico favorable como el de la década pasada, cristalizó un populismo que hoy está destinado a fracasar. Hago votos por una nueva adaptación capaz de crear un camino de desarrollo, libertad y garantías constitucionales. El abrazo de Perón y Balbín simboliza ese destino.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior