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En 2018, la tasa de mortalidad infantil bajó 18,7% en la provincia de Córdoba

El Ministerio de Salud provincial informó ayer que bajó la mortalidad infantil, tanto en la Capital como en el interior de Córdoba. La tasa –que mide las defunciones de menores de un año por cada mil nacidos vivos– se ubicó en 7,4. Esta cifra representa una baja del 18,7 por ciento en relación al año anterior, cuando se habían registrado 9,1 muertes por cada millar de nacidos vivos.

En números absolutos, en 2018 se registraron 104 muertes menos. Sin embargo, también hubo 1.523 nacimientos menos. Por eso, a los fines comparativos, se utilizan las tasas. Cabe destacar que la mortalidad infantil es uno de los indicadores más sensibles de la realidad sociosanitaria de una región.

Para calcular tendencias, es preciso tener en cuenta un lapso de al menos cuatro años. Así, la evolución de la mortalidad infantil tuvo un comportamiento tipo “serrucho”, con una baja en el último año. El índice pasó de 8,8 en 2014 a 8,3 en 2015; subió a 8,8 en 2016; y a 9,1 en 2017, para bajar a 7,4 el año pasado. “En 2017 tuvimos un leve ascenso en la mortalidad infantil y eso nos movilizó a tener un seguimiento mucho más estricto del problema. Por suerte, el año pasado logramos reducir la tasa al 7,4, que es la cifra más baja reportada hasta el momento”, indicó Marcela Yanover, directora de Maternidad e Infancia de Córdoba.

Razones

Como todos los años, la mayor cantidad de decesos se da en los primeros 27 días de vida del niño. Las llamadas “muertes neonatales” son las vinculadas al bajo peso y la prematurez. Así el 66 por ciento de los fallecimientos ocurrió en esta etapa. Y de ellos, la mitad aconteció en los primeros seis días del bebé.

Las dos primeras causas de muerte (dificultad respiratoria del recién nacido y trastornos relacionados con la edad de gestación y el bajo peso) estuvieron vinculadas con los motivos perinatales, es decir, relacionados con el parto y los días posteriores al alumbramiento. Forman parte de las llamadas “muertes reductibles”, que se pueden evitar. La tercera causa fueron las malformaciones congénitas del corazón. Y aquí sí se trata de ese “núcleo duro” muy difícil de combatir, porque requiere un mayor equipamiento tecnológico.

En el cuarto lugar se ubicaron las sepsis bacterianas del recién nacido (otra muerte reductible, vinculada al parto y a los días posteriores). Finalmente, las malformaciones congénitas se situaron en el quinto lugar.

El ministro de Salud provincial, Francisco Fortuna, indicó que estas cinco causas de muerte descendieron en relación al año anterior. Y que esta merma se debió al sostenimiento de los programas de atención de infecciones respiratorias agudas durante el invierno y a las cirugías cardiovasculares para pacientes con cardiopatías congénitas, que aumentaron de 43 a 57 en el período de tiempo analizado en el Hospital de Niños.

La mortalidad infantil se redujo en la ciudad de Córdoba (al pasar de 8,1 a 7 muertes cada mil nacidos vivos) y en el interior, del 9,7 al 7,6. En Capital, la baja fue del 13,5 por ciento. En el interior, del 21,6.

Respecto del lugar de ocurrencia, 60 por ciento de las muertes tuvo lugar en hospitales públicos, 34 por ciento en el sector privado y un 6 por ciento en domicilios.

El municipio destacó el descenso en la ciudad

La baja de la mortalidad infantil en la ciudad de Córdoba fue anunciada hace dos semanas por el intendente Ramón Mestre. A través de las redes sociales, el funcionario informó que se habían registrado 144 fallecimientos en menores de un año en 2018 y destacó el descenso en relación con 2011, cuando se reportaron 279 muertes.

El secretario de Salud de la Municipalidad, Gabriel Acevedo, agregó ayer que mejoraron los controles prenatales, se redujo el embarazo adolescente y se aceitó la coordinación con los distintos centros de la Capital. “En los últimos años, la mayor parte de los indicadores económicos no mejoraron, tampoco la calidad de vida, pero la mortalidad infantil bajó. Eso quiere decir que hay una mayor capacidad de respuesta del sistema sanitario”, indicó.

La Secretaría de Salud informó que las muertes por causas reductibles descendieron del 67,9 por ciento en 2011 al 50,7 por ciento el año pasado.

Las malformaciones congénitas, los trastornos relacionados con el bajo peso al nacer, las alteraciones cerebrales del recién nacido y la hemorragia pulmonar originada en el período perinatal fueron las principales causas de muerte infantil registradas el año pasado.

El informe destaca los turnos protegidos para embarazadas y recién nacidos, la ampliación de los centros que realizan ecografías, el programa Acompañando Tu Embarazo, la provisión de métodos anticonceptivos y la reducción del embarazo adolescente en la ciudad.

“La atención neonatal en los establecimientos públicos y privados, y el seguimiento a lo largo del primer año de vida del pequeño explican, en parte, esta reducción”, concluyó Acevedo.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior