A 50 años del “bypass” de Favaloro
“El Gaucho” Rosenfeld cumplió 80 años el martes pasado. Hasta que se jubiló, trabajó como docente en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, y también fue vicedirector de la Escuela de Historia de esa unidad académica.
Se casó dos veces, tuvo tres hijos, y ahora disfruta de sus tres nietos. “Los dos más grandes ya son universitarios, una estudia Medicina y el otro Arquitectura”, cuenta, y dice con orgullo que su nieta milita fuerte en #NiUnaMenos. El más chiquito, Ulises, tiene 3 años y lo hace correr por detrás de su triciclo. Pero antes, según sus propias palabras, era muy fumador, muy sedentario y muy estresado. Y con el paso del tiempo, eso terminó por jugarle una mala pasada a su corazón.
En junio de 2003 tuvo algunos síntomas que lo llevaron a hacerse algunos estudios que no dieron bien, por lo que el cardiólogo de la obra social universitaria le pidió exámenes más precisos.
“Resultó que tenía las arterias coronarias muy obstruidas. Tanto, que ahí mismo me dejaron internado”, relata.
Ocho días después, salió del Instituto Modelo de Cardiología con cuatro bypass en sus coronarias.
“El Gaucho” (Arnoldo, para los desconocidos) es una de las millones de personas que pudieron salvar su vida gracias al bypass coronario, intervención cardíaca que hace 50 años hizo nacer el médico argentino René Favaloro, y que revolucionó la cirugía cardíaca a nivel mundial.
“Para mí, fue la salvación. Tal vez hubiera vivido un poco más, pero con una situación de deterioro muy rápida”, admite “el Gaucho”, que supo aprovechar el tiempo. En estos casi 14 años que ya ganó con el bypass , pudo vivir muchas cosas. Sin ir más lejos, acompañar a sus hijos, disfrutar de ver crecer a sus nietos, y también conocer a Ulises, el mimado.
Hace medio siglo
El 9 de mayo de 1967, Favaloro realizó el primer bypass aortocoronario programado a una mujer de 51 años, en la Cleveland Clinic donde trabajaba desde 1962.
Ella tenía una oclusión total en el tercio proximal de la coronaria derecha, una de las dos arterias que irrigan el corazón.
Lo que Favaloro ideó fue usar la vena safena (es decir, la gran vena superficial del muslo y la pierna) para hacer “un puente” ( bypass ) que saltara la obstrucción del vaso y uniera las secciones sanas de la arteria.
Ocho días después de la cirugía, sus colegas comprobaron que el bypass era viable, y 20 días más tarde una angiografía confirmó la total reconstrucción de la arteria, según escribió su colega y amigo Dentón A. Cooley.
Por qué fue revolucionario
Medio siglo después de que Favaloro introdujera esa intervención, que con el tiempo se convirtió en la cirugía cardíaca más frecuente, cuesta dimensionar lo que significó en esos tiempos en el tratamiento de la enfermedad coronaria y el infarto.
“Desde el punto de vista clínico, nos permitió que pacientes que estaban desahuciados pudieran prolongar su vida por décadas. Antes, esos enfermos cardíacos se nos morían”, afirmó Carlos Presman, médico clínico.
“El bypass fue una técnica revolucionaria porque en su momento brindó una solución muy efectiva a algo que hasta entonces no lo tenía, como la enfermedad coronaria y el infarto”, consideró.
Además, Presman señaló que “primero se creía que la sobrevida que iba a otorgar esa cirugía a los pacientes era de unos 10 años, pero lo que vemos en la consulta es que el tiempo es mucho más prolongado”.
“Tengo muchos pacientes de más de 80 años que tienen los bypass desde hace más de 20 años y están bien”, informó.
Por esa razón muchos no dudan en asegurar que René Favaloro –médico rural y maestro de alma, además de brillante cardiocirujano, nacido en La Plata el 12 de julio de 1923– cambió la historia de la enfermedad coronaria gracias a ese procedimiento.
“Bypass” y angioplastia
De hecho, aunque con el advenimiento de las técnicas endovasculares que comenzaron hace unos 40 años se redujo en forma significativa la cantidad de cirugías coronarias, sigue siendo la alternativa elegida cuando la obstrucción en las arterias no se puede corregir a través de una angioplastia y de la colocación de stents a través de catéteres.
“Las técnicas endovasculares son altamente efectivas en las lesiones simples y en enfermos no diabéticos, así como en el tratamiento del infarto agudo de miocardio dentro de las primeras seis horas de ocurrido”, explicó el cardiocirujano Roque Córdoba, quien señaló que en esas circunstancias la angioplastia es hoy el tratamiento de elección.
“Pero cuando el paciente tiene enfermedad coronaria severa, es decir cuando están comprometidas múltiples arterias y en múltiples segmentos, el tratamiento actual sigue siendo la revascularización quirúrgica”, señaló.
“Ahora se hacen muchos menos bypass que antes –coincidió Presman–, pero eso no se debe a que la técnica endovascular sea más efectiva que aquel, sino a que es menos invasiva”.
No se equivocaba Cooley al afirmar ante la muerte de Favaloro en julio de 2000, que su contribución a la cirugía cardiovascular sería un legado imperecedero para su país y para la humanidad.
Cuándo llegó la técnica a Córdoba. Los primeros “bypass” coronarios se hicieron en la provincia en 1971. Sólo cuatro años después de que René Favaloro creó el bypass cardíaco, en la ciudad de Córdoba se llevaron a cabo dos intervenciones con pocos meses de diferencia.
En el primer caso, el cardiocirujano fue Jorge Teme, en el hospital Córdoba, y en el otro la cirugía estuvo a cargo del doctor José Delfino, en el Hospital Nacional de Clínicas.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior