La exportación de carne perdió peso y empleos en Córdoba
La crisis desatada en Brasil por la venta de carne vencida no sólo provocó un escándalo en el mercado doméstico, sino que provocó la reacción de países compradores, lo que podría abrir una ventana de oportunidad para la industria cárnica argentina.
¿En qué estado están los frigoríficos cordobeses de cara al mundo? Hasta mediados de la década pasada, Córdoba había logrado forjar una industria de ganados y carnes bovinas pujante y en alza.
En 2008 había cinco frigoríficos que vendían cortes de alto valor a la Unión Europea (cuota Hilton) y las ventas totales al exterior superaron las 30 mil toneladas de carne entre 2006 y 2007.
Si se considera el consumo actual nacional (57 kilos anuales por habitante), esos 30 millones de kilos que se exportaban equivalen a darles carne a más de 526 mil personas en el país, o sea, el consumo de 52 ciudades.
Las razones de ese crecimiento fueron la rentabilidad del negocio y una oferta adecuada de materia prima para la exportación: la producción de novillos de más de 440 kilos. En 2006, Córdoba tenía un stock de 6,15 millones de bovinos pastando en sus campos, suficiente para el mercado interno y el interés foráneo.
Sin embargo, esa estructura industrial y productiva comenzó a resentirse. Las restricciones impuestas al comercio exterior de carne bovina le quitaron incentivos a la producción de novillos para exportación y los frigoríficos comenzaron a perder presencia comercial.
Hoy por hoy, Córdoba tiene un stock ganadero inferior a los cinco millones de cabezas (19 por ciento menos que hace 10 años) y sus exportaciones de carne bovina alcanzaron en 2015 un volumen de 6.339 toneladas. Eso representa una caída del 80 por ciento en los últimos 10 años, según datos de la Agencia ProCórdoba.
En ese lapso, según precisó Gabriel Chávez –secretario general del sindicato de la carne en Córdoba–, la industria perdió 1.500 puestos de trabajo, lo que equivale a más del 20 por ciento de su fuerza laboral.
Impacto industrial
De los cinco frigoríficos con habilitación para vender carne enfriada sin hueso a la Unión Europea que había en 2008, sólo quedan dos. Y de los tres que dejaron de exportar, dos cerraron sus puertas definitivamente.
En agosto de 2014, Estancias del Sur, que llegó a ser el mayor exportador de la provincia, dejó de operar su planta en Unquillo. Junto con el cierre de Carnes Huinca (Huinca Renancó), dedicado al tránsito interprovincial de carne, la industria perdió 600 trabajadores en apenas 45 días.
En septiembre de 2010, y luego de seis meses sin actividad, el frigorífico Col-Car, ubicado en Colonia Caroya y con habilitación para exportar a la Unión Europea, también había dejado de funcionar. Allí trabajaban 450 trabajadores. En 2007, el grupo brasileño JBS había pagado 20 millones de dólares por esa planta.
De los cinco mil empleos que históricamente tuvo la industria frigorífica en la provincia, la crisis de la exportación recortó esa magnitud en mil trabajadores, según la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de Córdoba (Afic). A eso hay que sumarle las cesantías que generó el achicamiento de algunos establecimientos dedicados al mercado interno.
Vestigios
La nueva dirección que el Gobierno nacional le trazó a la producción de carne bovina apunta a recuperar la presencia de la industria en el mundo.
La eliminación de las restricciones comerciales y de las retenciones (eran 15 por ciento hasta diciembre de 2015) y la restauración de los reintegros al comercio exterior son el trampolín sobre el cual la ganadería buscará intensificar la producción de los novillos de exportación.
“Una recomposición del stock y una mayor producción de carne obligarán a exportar más, pero el negocio todavía está complicado”, advirtió Daniel Urcía, director ejecutivo de Afic y presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas.
Los empresarios aseguran que los costos internos le quitan competitividad a la actividad. Medido en dólares, la Argentina tiene el novillo más caro de la región.
No obstante, fuentes del sector aseguran que con una recuperación de la ganadería, la industria comenzará a aumentar su nivel de actividad y achicará la capacidad ociosa. “Esta situación permite pensar que recién en 2018 se podrían reabrir algunos frigoríficos que hoy están cerrados”, proyectó Urcía.
Tiempo atrás, el holding chino Foresun Group, actual propietario de Estancias del Sur, manifestó su intención de volver a poner en marcha las instalaciones que la firma tiene en Unquillo.
“Está el compromiso de que cuando decidan ponerlo en funcionamiento, se van a reunir con el sindicato para iniciar la incorporación de personal. Pero aún no hay nada concreto”, sostuvo Chávez, del sindicato cárnico.
Mercados. La caída de las exportaciones bovinas desde Córdoba obligó a los frigoríficos a extremar sus estrategias comerciales para encontrar un destino para los cortes remanentes que generaban las ventas a mercados de más valor.
Segmentación. Las exportaciones de carne bovina se dividen en dos grandes grupos: cortes enfriados (mayor valor y más consumo en supermercados y en restaurantes) y los congelados, por lo general, para hamburguesas.
Compradores. En carnes congeladas, China es el principal comprador, a tal punto que el gigante asiático es el mayor comprador en volumen de carne desde Córdoba: 1.896 toneladas en 2015, por un valor de 7,45 millones de dólares. Representa un valor por tonelada de 3.929 dólares. Hasta 2009, ni siquiera figuraba en el radar exportador de la provincia. En el negocio de los cortes enfriados, Chile es el principal cliente en volumen, y Alemania, en divisas. En 2015, el país trasandino compró 942 toneladas, por un total de 5,38 millones de dólares. Alemania, en tanto, adquirió 629 toneladas por 8,4 millones de dólares, lo que hace un valor de 13.354 dólares la tonelada. ¿La razón? Las compras del país europeo son de la cuota Hilton.
Facturación. Las exportaciones cárnicas del año pasado representaron un negocio de 26,95 millones de dólares.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior