La vieja Catedral: Crónica de una demolición anunciada
“En la década del ´60 –dice la publicación- muchos sanfrancisqueños pusieron resistencia en torno a la idea de la demolición del viejo templo, sin permitirse comprender el riesgo y las consecuencias que podría ocasionar en la población católica”.
Según sostienen los autores en su libro, “a mediados de siglo pasado se creía que los cimientos habían comenzado a ceder y como consecuencia de ello se advertían grietas en la nave central. Los decorados en el techo estaban arruinados en su totalidad”.
Persistente deterioro
Ante esto, el padre Carlos Borello, a cargo de la Iglesia, “solicitó que se realizaran minuciosos estudios que concluyeron en la afirmación de que los cimientos no habían cedido y que las hendiduras tenían fácil reparación… No obstante estos arreglos, los problemas edilicios continuaron”.
Ya en los comienzos de los años 60 y luego del fallecimiento del Padre Borello, el Monseñor Des López asumía como párroco y “se comprometía a cumplir con el objetivo de acondicionar el viejo templo”.
“Según relatos de la época, la bóveda central presentaba una rajadura de punta a punta que se la podía apreciar desde el sector del coro. Una de esas era posible atravesarla con un brazo”… “El la oportunidad de la celebración de un casamiento, un rosetón se desprendió del techo y cayó sobre la alfombra roja. No era la primera vez que ocurría, significando un gran peligro para todos los feligreses…”
“Ante esta realidad y con los cambios que exigía el Concilio Vaticano II para la edificación de los templos, se comenzó a hablar con una “nueva iglesia”. En 1965 Monseñor Des López anunciaba que se comenzaría a trabajar en el nuevo proyecto”.
“Un equipo de arquitectos de nuestro medio integrado por los profesionales Iris Blanca de García, Omar Boscatto, Carlos Magistrello, Rafael Macchieraldo y Oclider Baudino presentó el gran proyecto”.
“El nuevo edificio fue pensado con el ánimo de crear un conjunto urbanístico que constituya un elemento simbólico de carácter espiritual que defina, por la arquitectura, su importancia en la comunidad”.
Custodias eternas
“En 1966 se iniciaron los trabajos de demolición del viejo templo… Debido al desmantelamiento, el párroco entregó en ´custodia´ las imágenes sacras que poseía la Iglesia a muchas familias de nuestro medio. Algunas de ellas embellecen la nueva catedral, otras se encuentran en otras parroquias y algunas aún permanecen en ´custodia´”.
Fuera abajo
“A las 8 de la mañana del 3 de noviembre de 1966 fueron disparados los dos primeros cartuchos ubicados a un costado de la base de la cúpula. Un numeroso público observaba atentamente detrás de las vallas indicadoras… A las 12.40 se colocaron 7 cargas, con un total de 20Kg, en el contorno de la base. Una gran nube de polvo invadió el sector, la cúpula había caído completamente. Al día siguiente continuaron las cargas de conmoción en las columnas”.
Daño colateral
“Algunos edificios contiguos sufrieron problemas en su estructura. El más afectado fue la Escuela del Trabajo que sufrió rajaduras en las paredes, voladuras de vidrios, chapas y falseaduras de puertas y ventanas. Esto motivó a su Director a presentar un recurso de amparo. La Casa del Niño, la Escuela Normal y otras viviendas aledañas sufrieron importantes daños. Teniendo en cuenta esto se decidió no continuar con la demolición con dinamita y proseguir los trabajos mediante piquetes”.
La nueva Catedral
Su construcción, que será material para una próxima entrega, se desarrolló en dos etapas. “En la primera se levantaron las instalaciones del salón auditorio, inauguradas el 11 de Mayo de 1969”.
La segunda etapa consistía en levantar las paredes y el frente del edificio. “Se empezó a ejecutar este proyecto en noviembre de 1976″. Rafael Macchieraldo será el único de los arquitectos iniciadores que proseguirá y culminará con esta obra que se convirtió en una de las más importantes y emblemáticas de nuestra ciudad.
“El nuevo edificio fue habilitado oficialmente el 9 de Octubre de 1982, “en una misa con la presencia del Nuncio Apostólico Monseñor Ubaldo Calabresi y el Arzobispo de Córdoba Cardenal Raúl Francisco Primatesta”.
Fotos y Fuente: “Pinceladas Franciscanas”: Parroquia San Francisco de Asís, 1892-2002. Autores: Paula Verónica Farías y Gustavo Omar Beltramo Zbrun. Libro impreso en el mes de Setiembre de 2002 en los talleres de Gráfica San Francisco. (San Francisco – CBA – Arg.).
