Buenanueva: «A la Iglesia en Argentina no la mantiene el Estado»
En una publicación realizada en el portal evangeliumgratiae.blog, la máxima autoridad de la Diócesis local sostuvo:
«Mi objetivo era salir al paso de información errónea (en algunos casos, verdaderos mitos) que rodean este tópico. Pero confieso que este deseo de informar surgía de una incomodidad muy grande. Me explico. Como cura antes y obispo ahora soy testigo, casi cotidianamente, de las piruetas que tienen que hacer las comunidades cristianas (desde las curias diocesanas a las parroquias, los seminarios y otros centros educativos) para conseguir fondos o estirar los que se poseen, a fin de atender a las múltiples necesidades que supone sostener la obra evangelizadora de la Iglesia. También soy testigo de la generosidad de tantos católicos que, con un desinterés y una entrega admirables, dan todo y más para llevar adelante la evangelización.
A Javier Cámara de Radio María pude contarle una experiencia concreta: la de la comunidad de Villa del Tránsito que, después que un tornado le llevara el techo de la hermosa iglesia del pueblo, la gente del lugar no se quedó a esperar la ayuda prometida por la provincia. Se puso manos a la obra. Al cabo de un año y medio de trabajo, y después de haber reunido más de un millón de pesos, han podido, no solo poner el techo, sino también encarar otras obras de restauración de este santuario mariano de la diócesis. Mientras esperan la ayuda estatal estos ciudadanos han recurrido a todos los métodos que conocen nuestras parroquias para reunir recursos. Los métodos que solo la creatividad del amor y el ingenio de la devoción multiplican la humidad de cinco panes y dos pescados en un alimento que sacia a la multitud. Eso hacen nuestras comunidades.
Lo veo cada vez más claro: las comunidades católicas concretas – no los estereotipos que dibujan algunos – son un gran voluntariado que vive de la entrega de muchos discípulos de Cristo que, por amor, son como aquella viuda pobre que dio todo lo que tenía para vivir, recibiendo el reconocimiento elogioso del mismo Jesús. Dan tiempo, los talentos y carismas que Dios les dio, y también abundantes bienes materiales.
A la Iglesia en Argentina no la mantiene el Estado. La sostenemos los católicos que nos metemos la mano en el bolsillo. ¡Es un verdadero orgullo constatarlo y también decirlo!
Escuchar entonces que algunos, alegremente, echan mano de aquel tópico de que el “estado sostiene a la Iglesia” o que “de una vez por todas hay que separar la Iglesia del estado”, realmente incomoda. Es injusto porque no es verdadero.
De ahí los videítos que he ido subiendo estos días a Instagram, Twitter y Youtube.
No sé a los demás, pero a mí, esta experiencia comunicativa me ha servido mucho. Poniéndome en la tarea de pensar y decir en frases breves y concisas algunas ideas sobre el cómo se sostiene realmente la vida de la Iglesia, de repente, me encontré pensando y hablando sobre la libertad religiosa, el derecho a la educación, la relación iglesia-estado o la más compleja aún vinculación entre ciudadanos-sociedad-religión y estado. Y, de ahí, el modo como hoy el estado argentino, en sus distintos niveles (nación, provincia, municipios) ayuda económicamente a la Iglesia y a los otros cultos.
Pero también me resulta cada vez más claro que el actual sistema debe ser revisado a fondo, modernizado y adaptado a las condiciones de una sociedad más plural y a una vida democrática más transparente y participativa.
En fin. Como suele ocurrir cuando se intenta mirar un problema para resolverlo, a medida que se avanza en el descubrimiento de la respuesta, surgen nuevas preguntas y uno termina con la mente más abierta, pero también más cuestionado e inquieto.
Comparto mi experiencia, por si sirve. Creo que tenemos que seguir conversando sobre esto.
A continuación los videos que subí a Twitter sobre el sostenimiento de la Iglesia católica. Espero que sean útiles».