Charla en San Francisco sobre Pedagogía Waldorf
Por Eli Borgognone (Grupo Pedagogía Waldorf San Fco.)
Vivimos una época de cambios y novedades educativas que trascienden limites y exponen al Ser humano a verdaderos aprendizajes a nivel social, cultural, ambiental, espiritual.
San Francisco cuenta hoy con un polo educativo y podemos reconocer grandes aportes por parte de docentes y entidades que se esmeran día a día para hacer maleables la currícula de acuerdo a los cambios y optar por contenidos potables para el «cre-cimiento» de los pequeños, y jóvenes.
Hablando del nivel inicial y primario sabemos que la educación cimienta lo que va a ser la vida de toda persona y establecen la conexión directa con el entorno global, partiendo de la familia que es la raíz y posteriormente lo serán los grupos de iguales.
Cada niño comprende un universo en si mismo y sostiene una particularidad esencial. Esto explica que brindarle un contenido masificado es pretender educar en serie, tras lo cual es importante resignificar el concepto de educación que hemos adoptado.
La educación en todos los ámbitos, el hogar y la escuela, debe posibilitar despertar y preservar la luz (potencialidades) que cada ser trae consigo y hacerla brillar, lejos de dictar contenidos, ya que de este modo se está acotando también la propia sinergia que contiene el acto enseñanza-aprendizaje.
Las metodologías son innumerables, la Pedagogía Waldorf se asienta en la antroposofía que es una ciencia en si misma que estudia al ser humano bajo la lupa de su naturaleza esencial, y por lo tanto, vinculándolo a los ciclos naturales del planeta Tierra».
Recuperar esta unión innata, para posibilitar que el mismo niño conozca su ritmo, con herramientas pedagógicas activas, creativas, y articulando desde el juego todas las actividades en la infancia, ya que «a través del juego el niño está desarrollando toda su creatividad, su imaginación, sus habilidades sociales, y es una posibilidad de desenvolverse de manera natural».
El primer septenio abarca desde que el niño nace hasta los 7 años, en esta etapa los niños se entregan por completo a su entorno físico, absorbiendo el mundo a través de sus sentidos y de su corporalidad. El jardín de infantes Waldorf es un hogar para el niño que pretende proporcionar un ambiente armonioso para su desarrollo. Los materiales que manipulan los niños son siempre naturales y poco estructurados, lo cual les permite desarrollar su imaginación y creatividad, a la vez que le proporcionan percepciones sensoriales ricas y verdaderas.
La gran mayoría de las habilidades que desarrollan los niños en este septenio se logran gracias a su capacidad de imitación. El niño imita sin discriminar, y de ahí la importancia y que el adulto que acompaña al niño realice actividades merecedoras de ser imitadas.
Hay niños que a un bloque de madera lo toma como una plancha, otro como un martillo, otro piden un pedacito de lana, lo atan y hacen de caña de cañita; muchas formas para ellos y muchas utilidades, esto es lo que tenemos que permitir en los niños. Cuando el adulto interfiere empieza a poner sus imágenes y le dice como tiene que hacer las cosas… está interfiriendo en este cuadro que tiene que pintar el niño, que es el cuadro de su vida.
Como sostiene la disertante María Pia Videla, «La pedagogía, apunta a que cada ser como individuo pueda desarrollarse en libertad, y pueda ser un individuo libre como ser adulto y pueda transformar la realidad que lo rodea y pueda transitar en esta Tierra con verdadero respeto y amor por sus semejantes y por el mundo».
La jornada tendrá un costo de $250 (hasta el día 15 de septiembre) o de $300 (hasta el 23 de Setiembre inclusive). Inscripciones on line en: Inscripción on line
Informes: waldorfsfco@gmail.com o por tel: 351 3224581 – 3564 613910 – 3564 661571.