“La Niña”, su impacto más fuerte será en el otoño 2018
“Durante el otoño y el invierno 2016, el Océano Pacífico se enfrió considerablemente. La mayoría de los centros de pronóstico coinciden en la posibilidad de que este proceso continúe a lo largo de los próximos meses, dando un escenario ‘Neutral Frío’ que, de continuar el proceso, podría convertirse en una ‘La Niña’, que alcanzaría su pleno desarrollo hacia el otoño de 2018”, señala el reporte elaborado por el climatólogo Eduardo Sierra.
Según Sierra, aún es muy temprano para confirmar esta tendencia y, al respecto, recordó que hace un año se anunció una tendencia similar que luego no se concretó y la última temporada 2016/17 observó precipitaciones casi tan intensas como las del episodio “El Niño” de 2015/16.
“No obstante, debe tenerse en cuenta que el último episodio ‘La Niña’ tuvo lugar en la temporada 2011/2012, por lo que el fenómeno se encuentra sobre su período de retorno promedio, que es de siete años, lo cual incrementa significativamente su probabilidad de que su desarrollo alcance plenitud”, agrega el especialista.
Tradicionalmente, “La Niña” en Argentina significa un régimen de lluvias inferior a lo normal, que podría ser una gran noticia para las zonas inundadas de Buenos Aires, La Pampa y sur de Córdoba y Santa Fe, pero un panorama negativo para las áreas del centro-norte de Córdoba y del norte del país que ya muestran déficit hídrico y, en algunos casos, sequía.
“El progresivo enfriamiento del Océano Pacífico apunta a una gradual moderación de las precipitaciones, permitiendo la reducción de los anegamientos que afectan a extensas zonas. No obstante, el notable calentamiento que aún exhibe el Océano Atlántico indica que, al menos la primavera continuará recibiendo precipitaciones significativas”, aclara, de todos modos, Sierra.
Y concluye: “El desarrollo de un episodio intenso de ‘La Niña’, que cause una significativa reducción de las precipitaciones durante los próximos meses, favorecería considerablemente la reducción de los anegamientos que afectan a vastas extensiones, pero, al mismo tiempo, podría limitar el desarrollo de los cultivos en las zonas subhúmedas del sudoeste del área agrícola argentina, y determinaría que el inicio de la campaña 2018/2019 tuviera lugar con reservas hídricas escasas”.
Fuente: Universal Medios. Universal Medios