Médicos del Polo de la Mujer denuncian colapso
El 8 de marzo pasado, el Gobierno de Córdoba anunciaba la inauguración de dos unidades judiciales para la recepción de denuncias relativas a Violencia Familiar y de Delitos contra la Integridad Sexual. La noticia parecía alentadora: la decisión permitía a las mujeres acceder a los servicios de justicia en el mismo espacio en el que se les brinda asistencia y protección. Pero la anunciada inauguración no fue otra cosa que el traslado de la Unidad Judicial contra la Integridad Sexual al Polo de la Mujer. Desde ese momento, las siete médicas que trabajaban en esa área comenzaron a atender también a las víctimas de violencia familiar, lo que elevó 350% la cantidad de casos atendidos.
Las protestas comenzaron a mitad año. Las médicas pedían que se sumaran otros tres profesionales al equipo técnico, aunque advertían de que lo ideal sería duplicar la cantidad de personal. Ese pedido fue expuesto por la Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial (AGEPJ) a las autoridades del Ministerio Público Fiscal (MPF) en diferentes reuniones, en las cuales también planteó otros problemas.
Los profesionales nunca llegaron y la respuesta fue un cambio en la modalidad y jornada de trabajo. De manera verbal se informó esta semana a los profesionales médicos que ahora deberán cumplir una jornada de 12 horas en el Polo de la Mujer y las otras 12 horas en Policía Judicial. Esta última decisión causó la ira de las profesionales que en marzo habían comenzado a atender en el polo.
Ayer, la AGEPJ envió una nota a las autoridades del MPF y del Ministerio de Justicia en la que pidió que se dé marcha atrás con este sistema rotativo de trabajo, entendiendo que la especialidad en la atención de estos casos es fundamental. A su vez, reiteraron el reclamo por la falta de personal.
Víctimas sin atención
Silvia Gamboa es una de las médicas que integran desde hace 13 años el equipo técnico de la unidad judicial que funcionó hasta marzo exclusivamente para los delitos contra la integridad sexual. En diálogo con Comercio y Justicia, fue clara: “Estamos desbordados en lo personal y las víctimas están siendo mal atendidas. Nuestro trabajo no se limita a ver la anatomía de las víctimas que llegan a nuestro consultorio. Necesitamos empatizar con las personas que llegan y que – en muchos casos- están muertas en vida. Este ritmo de trabajo ya no nos permite empatizar con nadie porque tenemos una fila de personas esperando ser atendidas”, explicó la médica, quien recordó que el equipo que integra está altamente entrenado para trabajar “con víctimas que atraviesan situaciones de crisis”.
En tal sentido, criticó la decisión de rotar a los profesionales. “Ahora nos castigan con esta decisión de los turnos rotativos, es un despropósito. No tienen en cuenta la especialidad, que estamos altamente entrenados y quieren que ahora levantemos cadáveres y que otros -que no quieren hacer esa tarea- vengan a atender a una víctima de abuso sexual…; esto va a impactar en la revictimización de las mujeres que llegan a realizar la denuncia”, alertó Gamboa.
Presiones
En promedio, llegan por día al Polo de la Mujer unas 35 personas víctimas de violencia de género, violencia familiar y/o abuso sexual. Todas son atendidas por un sólo médico. En el caso de un abuso, un peritaje puede demandar un promedio de dos horas.
Esta situación genera que muchas mujeres que se animaron a ir al polo decidan irse sin hacer la denuncia.
“No hay tiempo material de hacer los informes, contener la víctima y hacer la pericia”, explicó Gamboa.
“Siempre le pusimos actitud a nuestro trabajo porque nos gusta lo que hacemos pero esto se fue de las manos”, concluyó.
Cuestión de presupuesto
El secretario Adjunto de la AGEPJ, Adrián Valán, recordó que ésta hace meses pidió tres médicos más como principio de solución y frente a ello “se alegaron razones presupuestarias para no hacer efectivas dichas incorporaciones”. Sin embargo, en la misma Dirección de Policía Judicial se efectuaron 25 nombramientos de cargos jerárquicos sin concurso.
“Uno de estos cargos jerárquicos otorgados se asignó discrecionalmente al jefe de los médicos del sector, el doctor Prado, cuyo cargo presupuestario equivale a los tres profesionales necesarios para solucionar el conflicto”, reveló. “Esta situación nos demuestra que no estamos frente a un problema de índole presupuestaria sino de prioridades para la asignación de recursos”, agregó.
Valán concluyó: “Señalamos al doctor Prado como la cara visible del destrato para con sus colegas y la falta de predisposición para resolver esta grave situación que afronta la repartición”.
Fuente: Comercio y Justicia. Comercio y Justicia