Economía

El rojo de la Caja de Jubilaciones de Córdoba equivale al 22% del gasto

Al sistema previsional cordobés, en promedio, le falta el 22 por ciento de los recursos que necesita para cumplir con sus más de 100 mil pagos de jubilaciones y pensiones. El rojo persiste incluso con las dos reformas de fondo que aplicó la Provincia en la última década y contando el esfuerzo extra que hacen los aportantes activos y el Estado provincial con el pago de alícuotas adicionales.

Es más: queda poco por armonizar. La Caja cordobesa ha sido puesta como ejemplo del buen hacer en el pelotón de las 13 provincias que no transfirieron sus sistemas previsionales y la Nación ya no le exige reformas estructurales como condición para recibir recursos que cubran ese rojo.

En términos de plata, ese 22 por ciento son 6.650 millones de pesos. Para hacer una comparación: equivale a toda la obra del cierre de la Circunvalación de Córdoba, es casi toda la autovía a Río Cuarto o la mitad de los gasoductos troncales, quizá la obra de mayor trascendencia histórica para el interior provincial. Eso, todos los años.

Las razones

El 77 por ciento de ese rojo de 6.650 millones fue cubierto por Anses, aunque el esfuerzo financiero para la Provincia fue alto: el grueso de los fondos llegó recién al final del año y la obligó a ir pedaleando otros pagos. Y si bien Anses paga y elogia, por lo bajo cuestiona los altos montos de los haberes del sistema local.

Son varias las razones que explican el déficit cordobés. La primera, común a todos los sistemas previsionales del mundo, es que los jubilados viven cada vez más tiempo y la relación entre activo/pasivo se deteriora sin pausa.

En Córdoba esto ocurre desde el año 1991: entonces había 2,51 trabajadores para sostener a un jubilado y ahora hay 1,92: 23,5 por ciento menos. Y eso que el número de aportantes pasó de 124.242 a los 193.745: un 56 por ciento más. Es decir, no es viable seguir engordando el Estado.

Y a nivel provincial no está esa herramienta del blanqueo, a la que planea apelar Anses para sumar al 33 por ciento de los trabajadores que está en negro y que, cuando comience a aportar, sumará recursos al sistema previsional nacional. A la Caja cordobesa sólo le faltan los monotributistas que eventualmente puedan desempeñarse en los municipios y la Provincia. Los empleados contratados también aportan a la Caja.

La segunda razón es que la tasa de sustitución es muy alta. Esto significa que quien se jubila no pasa a cobrar mucho menos de lo que cobraba en actividad.

Los datos de 2017 de la Caja de Jubilaciones indican que el salario promedio de los aportantes fue de 32.625 pesos por activo y que el haber promedio de los jubilados fue de 29.225 pesos: un 10 por ciento menos.

En la Nación, adonde aportan los 521 mil cordobeses que trabajan en blanco, la tasa de sustitución es del 50 por ciento. Y ahora, si se trabajara hasta los 70 años, se agrega 1,5 punto extra por año adicional.

En la Caja cordobesa la tasa de sustitución es variable según los sectores: la rebaja es del 36 por ciento para el personal de salud y 28 por ciento en el caso de Epec, pero están los que ganan más como jubilados que trabajando, como los bancarios o el personal de Justicia.

Esta relación hasta 2015 era mucho más alta: apenas asumió, Juan Schiaretti devolvió el aumento automático a los jubilados (antes hubo diferimiento de seis meses) pero les recalculó los haberes a todos: en vez de cobrar el 82 por ciento del bruto pleno, ahora cobran el 82 por ciento del 89, porque restó al pleno 11 por ciento, el equivalente del aporte personal que rige en Anses.

Eso en la práctica significa que se jubilan con el 72,9 por ciento del bruto. Esa es una de las dos diferencias que persisten en Córdoba en relación con el sistema nacional, aunque la Nación considera, al menos por ahora, que con ese cambio ya es suficiente.

Hay provincias con cajas propias en las que persisten privilegios que Anses ha pedido eliminar para acceder al financiamiento, como edades diferenciadas o derecho a jubilarse habiendo aportado pocos años. Un ejemplo es la caja del banco de Buenos Aires, el Bapro, con edad de retiro a los 57 años, 82 por ciento del salario y jubilación calculada sobre el mejor cargo ocupado en la entidad. En diciembre se reformó la ley, pero sigue el conflicto.

Córdoba tenía algunos de esos privilegios, como poder jubilarse en la Caja habiendo aportado casi toda la vida en otros sistemas. En 2008 los corrigió, aunque hay regímenes especiales que todavía podría revisar, como el policial, en el que se pueden retirar a los 45 años. El déficit de ese subsector es del 30 por ciento.

Hay otros, como los bancarios, que tienen un rojo del 71 por ciento, ya que “arrastran” a quienes se retiraron cuando se fusionó el Banco Social con el Córdoba.

Y por último, hay situaciones específicas que agravan el déficit local y que Córdoba no intentó nunca modificar ni tiene en la lista de aspectos a abordar hasta tanto no lo haga la Nación. Se trata, por ejemplo, de la edad obligatoria para el retiro o el pago de pensiones sin tope a cónyuges que tienen ingresos propios.

Los más deficitarios y los superavitarios

Bancarios. Se trata del subsector más deficitario: tiene 5.509 jubilados y 4.044 aportantes, lo que significa que los aportes propios de los bancarios, Provincia y Bancor cubren sólo el 29 por ciento del gasto en jubilaciones y pensiones.

Los que siguen. La administración pública (cubre el 58 por ciento de su gasto), los magistrados del Poder Judicial (alcanza para el 69) y el subsector policial (cubre el 70).

Dos excepciones. Los 27.433 empleados que trabajan en municipios del interior cubren el gasto de todos sus jubilados y pensionados y sobra un 13 por ciento. El subsector más superavitario es el de los empleados del Poder Judicial: los aportes superan en 78 por ciento lo que demandan los pasivos de ese sector.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior