Bomberos homenajeó a Juan Caset por su trayectoria
Juan entro a Bomberos Voluntarios San Francisco en el año 97, cuando empezó con los cursos de capacitación para ingresar el año siguiente al cuerpo activo y ejercer durante 20 años.
Sin embargo su vocación por ayudar y su interés por la institución comenzó mucho antes. Cuando era solo un niño, estaba fascinado con el sonido de la sirena, nos cuenta que incluso averiguaba donde era el siniestro para ir a observar como trabajaban los bomberos. Durante su niñez y luego en su adolescencia, recuerda que presenció varios incidentes, algunos de ellos trágicos, y que incluso en muchos ayudó a salvar personas o a reducir el fuego. Sabía que quería ser bombero, pero por cuestiones personales, decidió a ingresar mucho tiempo después de estos sucesos.
Juan es de profesión tipógrafo y linotipista, aunque confiesa que más linotipista que tipógrafo. Co-propietario del diario La Voz de San Justo, heredó la pasión por el mundo gráfico de su bisabuelo. Lo anteceden tres generaciones que se dedicaron a la impresión gráfica y luego al manejo y desarrollo de uno de los medios más emblemáticos e importantes de nuestra región.
Cuando se digitalizó la producción e impresión del diario, Juan se dedicó exclusivamente a una tarea que venía desempeñando hacia unos años, la comercialización y publicidad del medio. Armó su propio equipo de ventas y reconoce que logro un importante desarrollo para la empresa tanto a nivel local como regional, recuerda con entusiasmo las campañas que llevaron adelante, como les permitió posicionarse y competir con importantes diarios de Santa Fe, Córdoba y Rosario.
La familia
Juan nace en 1952 y 9 años después nace su hermana. Mantuvo una relación muy cercana con sus abuelos, a tal punto, que tanto ellos como sus primos, lo llamaban Papá Carlos a su abuelo y mamá a su abuela, “Nos enseñaron mucho, tuvimos un gran privilegio de poder disfrutar de ellos”.
Cuando nos cuenta sobre sus padres, nos dice que les transmitieron un mensaje de respeto, de tolerancia. “Mamá era especial, y mi papá también. Mamá era los ojos del perdón, jamás critico a nadie y a mi papá nunca lo escuche gritar, nunca levanto un tono de voz”. Se conmemora como un joven libre, aventurero e iracundo.
Entre risas narra algunas anécdotas de su juventud, y en ellas aparece su primer amor, con quien lleva casado más de 47 años. Con Beatriz se conocieron en el patio del colegio Superior San Martin y desde ese momento no se separaron. “Me enamore perdidamente a primera vista. Fue un amor de juventud hermoso”.
Tuvieron cuatro hijos, el mayor Juan Ignacio, María Sol que le dio dos nietas, Juan Manuel y la más chica Laura. Lleno de admiración, Juan nos cuenta la crianza que le dieron a sus hijos y la devoción de su mujer por ellos. “Mi mujer fue una gran madre, dejo todo por sus hijos, incluso trabajos excelentes. Siempre se dedicó a sus hijos”. Hoy son grandes compañeros de vida, y en sus ojos se puede observar el respeto y el cariño que siente por la mujer con la que compitió tantos años.
Su actividad como Bombero Voluntario
“Para mí desde el primer día que pise Bomberos, todos los días fueron excelentes”
Ingresó como Bombero Voluntario y se retiró de la misma forma, humilde y con una vocación por ayudar que lo acompaña desde su niñez. No aceptó cargos ni reconocimientos, su placer esta en ayudar, en dar sin esperar nada a cambio. Se reconoce como una persona preventiva, para él ser bombero es un estilo de vida, algo con lo que se nace.
“Siempre fui bombero voluntario, nunca tuve una especialidad concreta, nunca acepte un cargo, dije que quería entrar como bombero voluntario e irme de la misma forma, y lo logre. El voluntariado es algo tan profundo, de tanta excelencia, yo creo que para ser bombero voluntario tenes que nacer con eso”
Hoy dentro de la institución se reconoce en un rol paternal, ya que por la diferencia de edad que tiene con la mayoría de los bomberos, los considera a todos sus hijos. Actualmente se encuentra trabajando en el destacamento, tarea que él considera como unas vacaciones por la alegría que le genera estar en esta área. Nos dice que siente un gran cariño por los jóvenes que están junto a él, una gran admiración y tranquilidad porque sabe que cuando se retire estos nuevos bomberos van a llegar muy lejos.
“Cuando escucho hablar o criticar a la juventud actual, yo siempre digo que vayan a ver a la juventud, el respeto que tienen, como trabajan, con el amor y el profesionalismo que lo hacen. Estoy orgulloso de mis 4 hijos y de mis hijos bomberos. Uno se va tranquilo porque sabe que quedan estos chicos que son muy profesionales y que le van a dar continuación y crecimiento a la institución porque son incluso mejores que nosotros. “
Finalizando el dialogo recuerda una frase que cree, sintetiza lo que siente por sus hijos bomberos y su paso por la institución: “no es tan importante la pulpa jugosa del durazno sino la continuidad del carozo”.
Fuente: Bomberos Voluntarios