El tercer paro general a Macri pone a prueba el poder gremial
Con la economía en terapia luego del fuerte incremento del tipo de cambio de la primera mitad del año, la Confederación General del Trabajo (CGT) concreta hoy el tercer paro general de la era Macri.
Es una oportunidad para que la central obrera ponga a prueba su poder de fuego ante un Gobierno que busca mantener el delicado equilibro financiero que parece haber logrado luego del acuerdo por el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le prestará al país 50 mil millones de dólares.
También llega en medio de la expectativa por el temido traslado a los precios locales del aumento del dólar y con acuerdos paritarios que, se advierte, perderán terreno frente a la inflación.
La huelga será también una oportunidad con la que la CGT quiere volver a posicionarse como líder de la resistencia. A ese lugar lo fue perdiendo en los dos primeros años del gobierno de Mauricio Macri a manos de otras organizaciones de trabajadores y movimientos sociales más críticos.
La adhesión de todos los gremios del transporte, más estatales, docentes, bancarios, mercantiles y metalúrgicos, entre otros, asegura que la medida sea contundente. Quizás la que mayor apoyo tenga si se compara con las dos huelgas generales anteriores contra este Gobierno nacional.
La medida, decidida por el consejo directivo cegetista el 12 de junio pasado, recibió la adhesión de las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA), y de el universo de movimientos sociales.
Si bien la CGT decidió que la medida sea por 24 horas, sin movilizaciones, distintos partidos opositores anunciaron que llevarán a cabo cortes en los accesos a Buenos Aires desde la mañana y al mediodía harán un acto en el Obelisco porteño.
En Córdoba, también hay anunciadas manifestaciones de partidos de izquierda.
La CGT fundamentó el paro “en la necesidad de expresarle al Gobierno nacional” su “más enérgico repudio al ajuste salvaje al que somete a los trabajadores”.
En este sentido, citó “el veto a la rebaja de tarifas aprobado por el Congreso y el acuerdo con el FMI y sus consecuencias sobre el empleo, la obra pública, la seguridad social y las economías regionales, que no hacen más que agravar dramáticamente la ya insoportable situación social”.
“No vamos a permitir que el ajuste lo hagan otra vez los que menos tienen, los trabajadores ocupados y desocupados, los jubilados y los sectores más vulnerables, que ya viven en condiciones sociales extremadamente precarias”, expresaron los organizadores entre los argumentos para justificar el paro.
«No tiene sentido»
Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, consideró que la protesta “no tiene ningún sentido” porque “ni siquiera la gente sabe por qué está parando”. “En el Gobierno no rompemos el diálogo”, subrayó el funcionario.
“Al día siguiente vamos a estar en el mismo lugar. El diálogo está. Hablamos con todos los que quieran sentarse a dialogar, pero hay muchos que no quieren”, insistió.
A su vez, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, remarcó ayer que “la huelga es un derecho”, pero advirtió que “no transforma la realidad” del país.
“Creo que un paro no cambia, no transforma la realidad”, aseguró Vidal, para quien “lo que transforma la realidad es trabajar juntos para cambiar aquello que nos preocupa”.
Desde el Ministerio de Trabajo, Jorge Triaca denunció que “hay sectores del sindicalismo que buscan tensión social y la inestabilidad del Gobierno”. “Quieren conflicto por el conflicto mismo y no resuelven los problemas de la Argentina con un paro”, disparó el funcionario en una entrevista con Infobae.
Sin nombrarlo de forma explícita, Triaca le apuntó a Hugo Moyano, uno de los impulsores de la medida de fuerza. “Hace una puesta en escena para transformarse en un líder que ya no es. Creo que debería preocuparse más en resolver sus problemas personales con la Justicia que en hacer un planteo en términos gremiales”, agregó.
Triaca también pidió “inteligencia” a los empresarios. “Hace falta un empresario inteligente, que sea consciente de que tiene que generar empleo decente y con cobertura de seguridad social”, finalizó.
Será el primer paro general de 2018
El año pasado, el Gobierno de Macri sufrió dos huelgas.
En abril. El 6 de abril de 2017 la CGT salió a la calle para reclamar cambios en la política económica. Contó con la adhesión de la izquierda.
En diciembre. El segundo paro duró 36 horas entre el 17 y el 18 de diciembre. Coincidió con el tratamiento de la reforma jubilatoria en Diputados.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior