Volvieron a detectar nubes de polvo de sal desde Mar Chiquita
La provincia volvió a ser el escenario de nubes de polvo de sal que se originan en la laguna Mar Chiquita, aunque este año también hubo aportes desde la Salinas Grandes.
El fenómeno se da en invierno y cuando soplan vientos fuertes. El último episodio de este tipo ocurrió en 2013.
El fenómeno fue detectado el miércoles pasado gracias a imágenes satelitales. En el caso de la nube generada desde Mar Chiquita, se extendió hacia el norte de la provincia, mientras que la generada desde las Salinas Grandes abarcó buena parte del noroeste y centro de Córdoba, incluida la Capital.
“Las nubes de polvo de sal desde las Salinas Grandes son un fenómeno muy raro. De hecho pasaron sobre la ciudad de Córdoba, aunque fueron de una baja densidad, por eso no fueron percibidas por la gente”, indica Enrique Bucher, del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (Idea), que ha estudiado el comportamiento de este fenómeno en Mar Chiquita.
Bucher explica que, desde el pico de inundación en 2003, Mar Chiquita sumó más superficie en el cuerpo de agua. Pero luego vino un período de sequía que provocó un achicamiento en la laguna.
“Por este motivo, se fue formando una playa cubierta de sal que alcanzó a tener unos 3.500 kilómetros cuadrados. Es en esta playa donde se generaron las nubes de polvo de sal”, indica el científico.
El especialista explica que el polvo de sal que sobrevuela es sulfato de sodio y sólo se genera en los meses de invierno, debido a las propiedades físicas de esa sal, que sólo cristaliza en una forma que es fácilmente transportada por el viento cuando la temperatura del suelo es baja.
“En 2014 hubo más lluvias que borraron parte de las playas, pero en 2017 volvimos a tener varios meses de sequía y las playas salinas reaparecieron, por eso tuvimos esta nube esta semana”, dice Bucher.
Según un trabajo publicado en la revista científica Plos One por este experto, en 2009 las nubes de polvo de sal generadas desde Mar Chiquita arrojaron 6,5 millones de toneladas de material en una amplia zona de Córdoba y del país, incluso llegando hasta Salta.
“La densidad máxima caída en las cercanías de la laguna fue estimada en 2,5 kilogramos por hectárea, lo cual es relativamente leve. No se detectaron casos de afecciones en la zona, y se estima que no existe mayor riesgo a la salud, ni tampoco a la agricultura”, explica Bucher.
Sin embargo, aclara: “Sí es posible que afecten la visibilidad en las rutas, y también en equipamientos metálicos en el campo como torres de transmisión y otros”.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior