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Hallazgo cordobés podría acabar con el uso de las inyecciones en el mundo

A poco más de 200 kilómetros de la Capital cordobesa, investigadores de la ciudad de Río Cuarto se dieron a la tarea de hacer historia. Es que luego de años de estudios lograron un inédito hallazgo, que podría revolucionar la ciencia y terminar con la administración de medicamentos o productos biológicos a través de inyecciones.

Por medio de una serie de experimentos, miembros de la Universidad Nacional de Río Cuarto descubrieron que una molécula (con ciertas características especiales) al ser disuelta en agua daba origen -de forma espontánea- a un nuevo sistema denominado vesícula. Este conjunto de naturaleza microscópica (BHD-AOT) posee la capacidad de actuar como transportador y trasladar en su interior componentes como la insulina y drogas utilizadas por ejemplo para el tratamiento del cáncer. Este nuevo vehículo logra encapsular y proteger estas sustancias, hasta el interior del organismo, para lograr su absorción y el efecto propuesto.

Esto abre las puertas a nuevas posibilidades en relación a la suministración de este tipo de productos, ya sea por vía oral o a través de la piel. Un descubrimiento con origen cordobés y alcances internacionales.

En busca de avances para mejorar la calidad de vida
Uno de los grandes paradigmas actuales de la ciencia se presenta a la hora de intentar descubrir nuevos mecanismos para la administración de insulina en el caso de pacientes con diabetes, que permitan dejar de lado el uso de inyecciones como vía de acción terapéutica para mantener los niveles óptimos de glucosa en sangre.

En palabras de Mariano Correa, uno de los coordinadores del Grupo de Sistemas Organizados de la UNRC, esto se debe a que “la sustancia química que se emplea para el tratamiento de insulinodependientes es susceptible al medio en el que se encuentra”. De este modo, no logra resistir los cambios que generan los ácidos que se producen a nivel estomacal, lo que impide su correcta absorción y su posterior acción en el organismo.

En ese sentido, el investigador manifestó, en diálogo con La Nueva Mañana, que el descubrimiento de esta novedosa molécula crea esperanzas para avanzar en otros tipos de tratamientos. Esto es así ya que luego de una serie de pruebas realizadas por un equipo interdisciplinario, para descartar concentraciones de toxicidad y analizar las condiciones de resistencia de este nuevo mecanismo de transporte, se arribó a la conclusión de que la insulina mantenía estable su estructura por al menos dos horas después de atravesar las barreras gastrointestinales.

“Ese tiempo es más que suficiente para comenzar a pensar en la oportunidad de crear una forma de aprovisionamiento por vía oral que pueda acabar con los constantes pinchazos en el caso de insulinodependientes. Con una serie de pruebas detectamos que la insulina logra interactuar con las células y mantenerse activa”, indicó.

Cabe destacar que este resultado fue parte de un trabajo que realizó una de las becarias del grupo, Soledad Stagnoli, en el marco de su tesis del Doctorado en Ciencias Biológicas. Después de una serie de pruebas en ratones y ensayos in-vitro arribó a los indicadores anhelados por el equipo para seguir avanzando en su investigación.

Fue así como a fines de 2018, el trabajo realizado por Stagnoli en Río Cuarto llamó la atención en Alemania y obtuvo una beca para continuar las pruebas de sus conclusiones y expandirlas también al terreno de la suministro de drogas anticancerígenas.

En esta ocasión el hallazgo se puso a prueba con un tipo de sistema llamado Hidrogen, desarrollado por un equipo alemán que analiza distintas composiciones para la elaboración de parches, que puedan dar lugar a la generación de terapias alternativas a través de la piel. “Necesitaban solucionar la problemática que se presenta a la hora de suministrar sustancia por vía tópica, ya que la piel constituye una barrera natural perfecta que es difícil de atravesar si se quiere llegar al torrente sanguíneo”, contó.

A raíz de esta cuestión, se lograron unir los avances conseguidos por ambos países para hacer una formulación que posibilite avanzar en este aspecto. “Esto abre una nueva línea en la que se puede pensar encapsular drogas que se utilizan en la lucha contra el cáncer, que suplanten también la canalización del paciente por medio del uso de parches”, aseveró Correa.

La lucha por sostener el conocimiento
El desempeño de los profesionales cordobeses no es ajeno al contexto socioeconómico que atraviesa el país. En ese sentido, el equipo posee respaldo de la UNRC, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia, y de instituciones nacionales como la Agencia de Promoción Científica y el Conicet.

A pesar de las necesidades de la sociedad, este tipo de avances “no se encuentra en la agenda política del Gobierno nacional” ya que los subsidios -si son otorgados- “llegan a cuentagotas y desactualizados” en relación al poder adquisitivo, lo que complica el trabajo de aquellos que quieren continuar avanzando en el camino de la ciencia.

“Tampoco es sencillo asociarse con un laboratorio que busque invertir en un trabajo que aún está a prueba. Los laboratorios no golpean las puertas para hacer convenios con la universidad”, sostuvo Correa.

Hasta el momento el descubrimiento funciona efectivamente, lo que significa un gran avance, para la ciencia y el conocimiento, que tiene como cuna a la localidad del sur cordobés. Sin embargo, aún se encuentra en etapa de desarrollo y se requiere un importante respaldo económico para que este nuevo transportador de fármacos llegue al paciente.

El proyecto
Forma parte de la actividad de investigación del Grupo de Sistemas Organizados (GOS) del Departamento de Química de la UNRC y que está integrado por Mariano Correa, Darío Falcone, Patricia Molina, Fernando Moyano. A ellos se suman Soledad Stagnoli (IDAS Conicet) y Ana Niebylsk (Departamento de Biología Molecular). Divulgado por Fredy Drutra, miembro del área de Prensa de la UNRC.

Fuente: La Mañana. La Mañana