Votanti, Votonto y Sufrigio: Los neologismos de la campaña electoral
El diccionario político necesita nuevas palabras. Ya lo demostró la semana pasada Cristina Kirchner al imponer en el léxico popular ‘cuchuflito’ y ‘pindonga’.
Bastó con una mención para que todos los medios gráficos, televisivos, radiales y las redes sociales se hagan eco de esas palabras, publicando miles de historias. Hasta hubo quienes rápidamente las registraron, obligando a quien quiera utilizarlas como marcas a pagar un royalty.
Argentina nos ha dejado palabras memorables como ‘borocotear’, ‘menemtruchos’, ‘corralito’, ‘carpetazos’ y ‘timbreos’ (dejemos de lado otras más insultantes). Parece que todo el tiempo nos hacen faltan nuevos términos que vengan a explicar esta realidad curiosa e insólita que vivimos.
Para pensar en el contexto político de 2019, también nos haría falta acuñar algunos neologismos. Por ejemplo, en vez de votante, habría que empezar a referirnos al ‘votanti’: o sea, aquel que en lugar de votar a favor de un partido, vota ‘anti’, o sea en contra de otro.
Ya sabemos que en las próximas elecciones los resultados finales los determinarán no los índices de aprobación sino los de rechazo. Los ‘votantis’ decidirán la elección. Otro sector es el de los indecisos. En el periodismo político, usamos mucho la palabra ‘sufragio’ para evitar repetir muchas veces ‘voto’, y a mí siempre me pareció que eso de sufragar suena muy parecido a sufrir.
Eso sería exactamente lo de los indecisos, los que sufren cuando tienen que elegir entre dos opciones que no los convencen demasiado. No ‘sufragio’, sino ‘sufrigio’: esa va a ser otra lógica de nuestra próxima elección. Hay toda una ristra de nuevos subtipos de votantes que van a debutar en esta elección.
Está el “voto vergüenza”, el “voto útil”, el “voto aborto”, el “voto encuesta” (aquellos que se inclinan por un candidato u otro según cambien los resultados de los sondeos) y el “voto cordón cuneta” (los que se deciden a último momento de acuerdo al conteo de obras públicas que se hayan inaugurado).
Hay casi de todo, y lo que falta son precisamente quienes elijan por convicción e ideales. Pero sería un error hacer que toda la culpa recaiga en la ciudadanía. Desde los propios equipos de campaña se alimentan las prácticas y estrategias que sirven para devaluar la política.
El modelo en el que se piensa ya no es el ‘votante’ sino el ‘votonto’. Aquel al que se espera convencer con un spot bien editado y titulares grandilocuentes que no dicen nada. Las propuestas de la oposición podrían catalogarse más bien como ‘prepuestas’. Lo de ‘pre’ es porque se juegan todo a un retorno al pasado, a la época ‘pre’ Macri.
Por cierto, muchas de estas ‘prepuestas’ se parecen mucho a las que hacía el propio Macri en 2015. Y de la misma manera que él, nadie explica cómo piensan llevarlas a cabo. Lo de sacar el impuesto a las ganancias, quedó demostrado, es tan fácil de decir como difícil de implementar.
Temas concretos en la agenda hay muy pocos, a excepción de la reforma laboral, que el oficialismo busca instalar mandando a hacer programas especiales e informes al respecto. De la oposición prefieren esquivarlo y responder con expresiones de deseo.
Lo máximo que se dice en este sentido es que Trabajo volvería a ser un ministerio, que habría remedios gratis para los jubilados, un Ministerio de la Mujer, mínimo no imponible… más ‘prepuestas’ electorales. La gran pregunta, a los dos lados de la grieta, es cómo logran en estos últimos días el impulso suficiente para romper el techo numérico y tratar de imponerse (o al menos quedar primeros) en primera vuelta.
Se buscará hacer una campaña con impacto, slogans fuertes y sorpresas. Acá hay otro término que podemos incorporar al diccionario electoral, aunque este viene del inglés: plot twist. Es un giro brusco (vuelta de tuerca) en el guión de la historia, que suele ser impactante y por lo general se produce hacia el final.
Para las elecciones falta muchísimo pero nada de esto va a faltarle como ingrediente hasta el final de la carrera presidencial.
Nota publicada también en: Perfil.com