Sanfrancisqueños por el mundo… Hoy Leandro Dutruel
DIARIO SAN FRANCISCO sale en búsqueda de aquellos oriundos de nuestra ciudad que por diversas cuestiones han emigrado a otras latitudes y han desarrollado su vida personal, familiar y profesional sin olvidar sus orígenes y con el recuerdo permanente de su San Francisco natal.
Leandro Agustín Dutruel hoy tiene 28 años y desde 2017 reside en Baida al Gaa, Qatar que es una zona desértica a 15 km de la base militar estadounidense más grande de Medio Oriente y a 45 km de Doha, capital de ese país.
Es médico veterinario egresado en el año 2014 de la Universidad Católica de Córdoba y se encuentra actualmente en una pasantía en el viejo continente, más precisamente en Bélgica hasta fines de este mes desde donde amablemente nos atendió. Su familia está compuesta por su padre, madre, tres hermanos varones y una hermana mujer. «Yo soy soltero así que no tengo que arrastrar o dejar a nadie a mi decisión laboral. Mis padres desde antes que naciera tienen un negocio de ropa, sin relación alguna con el campo».
Su infancia y juventud en San Francisco fue marcada por distintas etapas, fundamentalmente por su paso como alumno de la Escuela Normal Superior Dr. Nicolás Avellaneda y Hermanos Maristas en la primaria y el Instituto Fasta Inmaculada Concepción durante la secundaria. Leandro se refiere a su infancia en nuestra ciudad «no puedo olvidar las tardes eternas en el club hípico donde no quería bajarme de los caballos».
Corría el año 2015 y decidió emprender viaje a Tailandia durante 6 meses a un club de polo ubicado en Chon Buri, cercano a la frontera con Cambodia y la Costa. Ya en el 2017 se trasladó a Qatar hasta el día de hoy que se encuentra realizando una pasantía en Bélgica pero retornará a Medio Oriente. «Siempre trabajé fuera de San Francisco. Primero en La Francia y luego en Embajador Martini, La Pampa, como veterinario residente de campo de cría de caballos (Haras)». A lo que agregó «en La Francia había un stock de 400 caballos aproximadamente y en La Pampa tenía 1000. En Tailandia 82 caballos en competencia y en Qatar tenemos alrededor de 700 pacientes».
La formación que recibió fue correcta según su testimonio desde Bélgica. «Si bien seguí otra carrera fuera del espectro de lo que el colegio ofrecía como especialidad, en cuanto a metodologías y orden, me ayudó mucho. El nivel de profesores era bueno, un poco demasiado religioso para mi gusto porque no soy católico ni practicante, entonces la formación humana inclinada a que la religión es importante en tu vida para todo, como profesional abocado a la ciencia lo dejo un poco de lado y me parece que en ese sentido, podría haber aprovechado mi tiempo para profundizar otras cosas».
El equipo de trabajo de Dutruel
Su actualidad
«Nosotros tenemos un servicio veterinario privado en Qatar, abierto al público. El lugar consta de un área de revisión, área de inseminación, área de colecta de semen y por último el laboratorio, todo con tecnología de punta».
Asimismo agregó «fue el primer lugar donde actualmente ellos empezaron a pagar por el servicio (anteriormente todo era gratuito) que nosotros brindamos que es: clínica, reproducción y asesoramiento general de los equinos, tanto particulares como de Haras o criaderos».
Sobre su desempeño dentro del equipo explicó «somos cinco profesionales argentinos y yo me dedico a la parte ambulatoria del servicio veterinario de equinos que montó nuestro sponsor en Qatar y además ayudo en el centro cuando estoy libre. Me gusta y ejerzo en la parte de medicina interna (gastroenterólogo, neumónologo, neurólogo, nefrólogo, y tantos logo como sistemas hay en el cuerpo) y clínica (ortopedista, podólogo, traumatólogo, para nombrar los más comunes), pero además el fuerte de trabajo es el área reproductiva así que hay que hacerlo también. Consiste en revisión diaria de yeguas, inseminaciones artificiales con semen fresco y congelado, transferencia embrionaria y vitrificación de los embriones, colecta de semen y congelado del mismo».
Su infancia en la ciudad
«No puedo olvidar las tardes eternas en el club hípico donde no quería bajarme de los caballos, que como verás tengo un link desde chiquito con ellos a pesar de que mi familia no tiene más que el patio de la casa. Fue algo muy extraño porque de los primeros recuerdos que tengo es de ver el cuello y la crin del caballo sobre una goma espuma toda amarronada y del sudor y la tierra y la crin cortada que me pinchaba los dedos. El caballo era todo negro, ‘EL SOMBRA’. De ahí para adelante mi infancia y adolescencia se basaba en ir a montar».
No olvida a sus amigos con los que todavía hoy comparte vivencias y son algo muy importante, pero cuenta «la mayoría de las anécdotas no pueden ser reproducidas. Jajajaja».
En tanto añade «otra cosa que todavía hoy está vigente es la navidad en casa de mis viejos con toda la familia y la tropa de sobrinos haciendo cagadas con los cuetes, que antes esos que hacían cagadas éramos nosotros. Jajajaja».
«Comer el lechón frío y descorchando ese champagne a las 12 para brindar con todos, los que ya no están también. Esas navidades realmente las extraño y más ahora en un país con cultura musulmana donde directamente no se festeja, ni se adorna, ni se hace nada».
Sus recuerdos de la ciudad
Cuando se le consulta sobre qué extraña responde «la cotidaneidad, si bien es un poco caótico, desde la inseguridad hasta la irresponsabilidad civil, en las calles/rutas, ese caos no está en ningún otro lado. Todo funciona de maravilla y a tiempo, y te aburre un poco pero a su vez es súper cómodo, muchos van a pensar que es una estupidez pero es totalmente cierto lo aburrido que es que todo funcione como reloj suizo, le quita emoción y adrenalina a la diaria».
«Lo más duro de irse es bancar la elección de crecimiento profesional y económico fuera del país, porque dentro son limitadas las posibilidades en el rubro, dejando de lado todo lo que puede pasar en un año en cuanto a lo familiar, amigos, realidad del país y costo de oportunidad. En la época que vuelvo a la ciudad y me quiero tratar de insertar laboralmente para no estar sin trabajo 3/4 meses, me cuesta mucho al no tener la constancia, es como tener un médico de cabecera 3 meses al año, lo cambias».
Sobre San Francisco dice «cada vez la veo un poco mejor, estéticamente hablando, como que se ve más linda. El resto más o menos, y me sorprende el recambio de locales comerciales y los benditos pozos y baches que tanto te hacen insultar».
«Vi muchas más posibilidades de estudiar carreras a distancia o presenciales en la localidad, lo cual me gusta mucho, significan más estudiantes, alquileres, gasto en los comercios, además de retener un poco más a la gente con chances de que en un futuro puedan trabajar en la ciudad».
Una vez al año regresa a la ciudad a visitar a sus familiares y habla sobre su sensaciones «siento como más inseguridad general, pero particularmente me gusto mucho que un policía me haya frenado en la plaza (20 hs. de una noche cualquiera) donde me crié porque el no me había visto mucho por la zona entonces quería saber quién era y que estaba haciendo ahí, me pidió el documento, averiguó antecedentes y me dejó ir. Eso me dejó tranquilo, porque si bien no hay nada garantizado, por lo menos alguien se fija en las caras del barrio y que está pasando».
Ante la consulta de una posible vuelta definitiva a la ciudad responde «vivo con mi familia allá, en realidad dejo las valijas ahí y me la paso viajando de acá para allá, visitando, haciendo turismo e incluso trabajando».
«La idea es volver a trabajar a la Argentina, porque me parece un país riquísimo y con mucho para explotar, aunque hay muchos veterinarios que se dedican a atender caballos, hay aristas para diferenciarse y poder darle un valor agregado a una profesión bastante bastardeada».
LA ACTUALIDAD ARGENTINA DESDE QATAR
«En los últimos dos años vi carne argentina en la góndola del supermercado en Qatar y muchas ‘misiones comerciales’ de distinto rubro que fueron a querer introducir su producto en el mercado Qatarí» comienza declarando Dutruel.
«Veo que está cada vez más duro mantener algo allá o poner algo nuevo, me da la sensación de que mis viejos hace 35 años que están en el negocio y los gustos se los pudieron dar antes. Ahora que están más grandes y deberían por lógica disfrutar de la vida que formaron y descansar finalmente de todo lo que trabajaron, tienen que ponerse a palear el barro una vez más, en el ciclo argentino, que ya los tiene acostumbrados, pero a mí me da tristeza y sobretodo incertidumbre».
Dutruel y el amor por los caballos
Dejar tu lugar para crecer
A eso se refiere Dutruel en la última pregunta que le realizamos, «estaría bueno que desde el colegio y la facultad, te puedan abrir la cabeza, ofrecer las posibilidades del mundo hoy hiper globalizado (saqué un rastreador que no sabía que tenía para que mi vieja no me mande mensajes a cada rato comentándome del lugar donde estaba), para que primero nos llenemos de cultura diferente, vivamos otras cosas y abramos la cabeza de que no todo es continuar el negocio familiar o seguir la tradición y costumbre a raja tabla, eso se puede modernizar, aggiornar y mejorar, y eso no significa poner un posnet o que el stock lo haga un programa en vez de tenerlo en el cuaderno gloria».
«El mundo está para ser vivido y de cada experiencia se aprende, todo suma, y esa suma te da otra visión de las cosas, otra perspectiva y mejora el horizonte. Caes en la cuenta de que lo que estudiaste en tu carrera universitaria que, me costaron 5 años y medio de tiempo, plata, neuronas y vida, es solo un 5% de todo lo que hay para aprender. De la escuela y de la facultad salís técnico, no salís profesional, te convertís en profesional cuando la empezas a vivir y tenes que resolver problemas, como en las pruebas de matemática, pero los errores no restan puntos, generalmente hacen perder plata a alguien, o el jefe, o el cliente o vos».
Para finalizar comentó «esa formación comercial, financiera, y sobre todo de atención/respeto y desenvolvimiento laboral, nos falta en todos los ámbitos educativos, y no está en los libros, sino que está en la calle y en los profesionales».