Condena ejemplar en uno de los casos más graves de abusos en la Iglesia
Tres años después de que se conoció uno de los casos de abuso sexual infantil más escandalosos dentro de la Iglesia argentina, la condena llegó para los sacerdotes Horacio Corbacho (59) y Nicola Corradi (83) y el jardinero Armando Gómez (49), del instituto religioso Antonio Próvolo, de Mendoza.
El caso, destapado en 2016 a raíz del relato de una de las víctimas, tuvo repercusión mundial. Ella denunciaba haber sido abusada en su infancia por Corbacho y entregada por la monja Kumiko Kosaka. Luego, más de 20 víctimas declararon haber sufrido vejámenes por parte de los miembros del instituto ubicado en la localidad de Luján de Cuyo, de Mendoza.
Otras dos causas están en curso por los mismos delitos.
El juicio
Los exalumnos declararon a través de cámaras Gesell –algunas grabadas y otras bajo la modalidad en vivo y en directo– con el acompañamiento del Equipo de Abordaje de Abuso Sexual (Edeaas). Las declaraciones brindadas por los 10 denunciantes abarcaron desde insinuaciones, obligación de ver material pornográfico y tocamientos hasta violaciones y ataques grupales, además de encubrimientos de los vejámenes y todo tipo de maltratos sufridos durante años.
El debate, que comenzó el 5 de agosto y demandó 49 jornadas, se realizó a puertas cerradas y contó con la participación de intérpretes de lenguas de señas.
“Estamos conformes con la sentencia”, dijo a la prensa uno de los fiscales del caso Próvolo, Gustavo Stroppiana, con lágrimas en los ojos en los pasillos de los tribunales mendocinos y ante un aplauso cerrado de los familiares y víctimas por abusos del instituto Próvolo.
Y luego agregó: “En lo personal, es muy difícil de extraerse de lo emocional porque es una causa muy difícil, con hechos muy cruentos y muchas víctimas, y al llegar a esta instancia sentimos cierta satisfacción porque se pudieron dar a la luz estos hechos que estaban desde hace 10 años olvidados o silenciados”, según informó Télam.
Los fiscales Alejandro Iturbide y Stroppiana habían imputado a los tres condenados por 25 hechos en total, y, en el caso de los sacerdotes, las acusaciones estaban agravadas por el carácter de ministros de culto y por ser los encargados de la guarda de los niños y adolescentes menores de 18 años.
Uno de los más graves
Carlos Lombardi, abogado de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales en Argentina y en Italia, señaló que la condena fue ejemplar en este caso. “El caso Próvolo es uno de los más relevantes a nivel mundial por sus condiciones aberrantes (la vulnerabilidad de los niños) y porque la historia empieza en Italia con una cadena de encubrimientos del Vaticano que, como salvoconducto a los sacerdotes denunciados, los trasladaba a La Plata y a Mendoza”, indicó a La Voz. “El comportamiento de la Iglesia es el mismo. Sigue encubriendo”, advirtió.
Lombardi afirma que es uno de los casos de abuso dentro de la iglesia más graves de la Argentina y también del mundo, y lo comparó con otros casos aberrantes como el de un sacerdote de Estados Unidos que violó a un bebé de 9 meses o el caso de la lavandería de Las Magdalenas, en Irlanda, en cuyo establecimiento violaban a niñas huérfanas y luego las enterraban en el lugar.
Respuesta de la Iglesia
La Iglesia mendocina emitió un comunicado en el que manifestó sentirse “desconcertada y dolida” por lo sucedido en el Próvolo y con el que buscan transmitir su “solidaridad y cercanía a las víctimas y sus familias”. “Junto a la sociedad nos sentimos desafiados a seguir trabajando para evitar que estas situaciones se repitan”, añadió.
Nicola Corradi (83), sacerdote
El sacerdote de origen italiano fue imputado por cinco episodios de abuso y corrupción: dos como partícipe de abuso sexual agravado, uno por corrupción de menores, uno por abuso sexual agravado y otro por abuso sexual tentativo.
Fue condenado a 42 años de prisión.
Horacio Corbacho (59), sacerdote
Está acusado de 16 hechos: ocho por abuso sexual agravado con acceso carnal, cuatro por abusos simples, uno como partícipe de abuso sexual agravado, uno por tentativa de abuso sexual agravado, uno por abuso sexual agravado y otro por corrupción de menores. Fue condenado a 45 años.
Armando Gómez (49), jardinero
Llegó a la sentencia con cuatro imputaciones por hechos de abuso y corrupción: dos por abuso sexual agravado con acceso carnal, uno por corrupción de menores y otro por abuso sexual agravado. En el juicio se conoció que coleccionaba prendas de los alumnos. Fue condenado a 18 años de prisión.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior