Policiales

Dos de cada diez niños dicen haber sufrido acoso en el colegio

Dos de cada 10 alumnos cordobeses de 15 años se han sentido acosados en la escuela en los últimos 12 meses. El 36 por ciento asegura que lo han dejado de lado y a cuatro de cada 10 les quitaron o les rompieron sus cosas. Además, dos de cada 10 estudiantes (17,8 por ciento) reportan haber sido golpeado o empujado durante el último año, con mayor o menor frecuencia.

Estos son algunos de los datos sobre las situaciones de acoso, amenazas esporádicas o bullying en las escuelas cordobesas que arrojan las pruebas Pisa, impulsadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) cada tres años para conocer el rendimiento y las habilidades de los estudiantes de gran parte del mundo. La información global se difundió la semana pasada.

En 2018, Córdoba se midió en Pisa por primera vez como un sistema independiente del nacional. Participaron 2.391 alumnos de 80 escuelas. Los resultados posicionaron a los estudiantes provinciales mejor que a los argentinos en su conjunto, aunque en los últimos puestos de una tabla de 79 países.

Pero las evaluaciones internacionales no sólo observan el desempeño académico en distintas disciplinas (lectura, ciencias y matemática), sino que relevan datos, a través de una megaencuesta, sobre aspectos de la vida de los estudiantes.

Dicha información fue analizada para La Voz por técnicos de la Cátedra de Estadística Educativa de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Estas son las principales conclusiones sobre cantidad de casos de hostigamiento y frecuencia y sobre lo que piensan los jóvenes respecto del acoso.

El rol de los testigos

Según la encuesta, el 45 por ciento de los alumnos de 15 años cree que está bien defender a alguien que es amenazado; el 39 por ciento se enoja cuando alguien adopta una actitud pasiva frente al abuso, y casi el 74 por ciento cree que hacer bullying es una actitud reprochable.

La directora de Libres de Bullying, María Zysman, explica que es necesario diferenciar los episodios aislados de acoso, que refieren a un tipo de violencia, de aquellas situaciones de hostigamiento sostenidas en el tiempo y que se engloban dentro de lo que se conoce como “bullying”.

“Que un 74 por ciento de chicos diga que es una actitud reprochable es excelente. Hay que agarrarse de esto para que puedan trabajar, junto con los docentes y con los padres, estrategias y acciones que sirvan. Celebro que hayan preguntado cómo lo viven los espectadores. Muchos se focalizan en cómo lo vive la víctima o quien lo hace y poco se evalúa sobre qué sienten los que lo ven”, apunta Zysman.

El 84 por ciento de los chicos cordobeses aseguran sentirse mal cuando son testigos de acoso o si saben que un compañero es amenazado. Casi nueve de cada diez (88,5 por ciento) reconocen que les gusta que alguien defienda a quien es hostigado.

“Respecto del 45 por ciento que cree que está bien defender a alguien que es acosado, hay que analizar un poco más y ver cómo actúan. Lo que observamos en los talleres con adolescentes es que uno puede pensar que está mal, que no debe suceder, pero, cuando está viendo y es tan grande la presión por ser aceptado por el resto, lo que se piensa no es posible llevarlo a la práctica”, opina Zysman.

La información desglosada en escuelas públicas y privadas revela que la gran mayoría de los estudiantes cordobeses de colegios de ambas gestiones rechaza las situaciones de bullying y cree que es necesario intervenir en casos de acoso escolar.

“Saber que está mal es un paso adelante. Estas respuestas dan cuenta de que empatizan con el chico dejado de lado, golpeado o maltratado, pero lo que falta es pensar qué se puede hacer a partir de eso. Una cosa es saber que está mal y otra, involucrarse en el momento en que sucede, defendiendo, buscando ayuda para evitar que eso se mantenga. Hoy esto no se está trabajando con los chicos. Se focaliza en empatizar, pero no se piensan estrategias posibles de acción”, sostiene Zysman.

Golpes o empujones

Según se desprende del análisis de los datos, el 36 por ciento de los alumnos reportan que los han dejado de lado durante los 12 meses anteriores a la toma de las pruebas internacionales.

El 64 por ciento asegura que no le ocurrió nunca o casi nunca (63,8 por ciento de las respuestas de alumnos de escuelas estatales y 64,1 por ciento de privadas).

El 22,2 por ciento cuenta que le sucedió alguna vez en el año (21,3 por ciento en estatales; 23,1 por ciento en privadas) y algunas veces al mes, al 8,2 por ciento. Una vez a la semana o más, al 5,6 por ciento de los adolescentes de 15 años (6,2 por ciento en escuelas estatales y 5,1 por ciento en privadas).

Dos de cada 10 chicos dicen que fueron acosados por otro estudiante, con diferente frecuencia. Algunas veces al año, 10,7 por ciento; algunas veces al mes, 6,6 por ciento, o una vez a la semana o más, 3,7 por ciento en colegios estatales y 1,9 por ciento en privados.

Al 38,1 por ciento de los alumnos le rompieron o le tiraron sus cosas alguna vez en el año, con mayor o menor frecuencia. Al 21,2 por ciento, algunas veces en el año; en alguna ocasión en el mes, al 10,7 por ciento), y al 6,7 por ciento, una vez a la semana o más. De acuerdo con lo analizado, esto sucede más asiduamente en escuelas estatales.

Dos de cada 10 chicos recibieron golpes o empujones en el año anterior a las pruebas Pisa. Le ocurrió “algunas veces al año” al 9,1 por ciento (10,4 en escuelas estatales y 7,9 por ciento en privadas); al 5,6 por ciento, “algunas veces al mes” (7,6 por ciento en las estatales y 3,7 por ciento en las aranceladas), y al 3,1 por ciento, “una vez a la semana o más” (3,4 por ciento en las públicas y 2,7 por ciento en las privadas).

En relación con quienes dicen que les irrita la actitud pasiva frente a casos de bullying, María Zysman plantea, en diálogo dijo, que habría que dilucidar “con quién se enojan”.

“Si es un enojo hacia el que no se involucra o un enojo con él mismo que no se metió, si es un enojo con un adulto que no intervino y podría haberlo evitado o con quien no lo pudo prevenir. Es interesante para investigar más”, refiere Zysman.

Los datos de Pisa coinciden, en general, con lo que se observa desde las organizaciones que trabajan para la prevención de la violencia en las escuelas.

Desde Libres de Bullying (www.libresdebullying.com.ar), aseguran que se ha avanzado mucho en los últimos años en relación con la concientización de estos problemas.

“Antes, llegábamos a una escuela y había que empezar desde lo más básico: explicar qué es el bullying. Hoy, los chicos saben que es algo que no se debe hacer, que está mal, que genera sufrimiento. Ahora, estamos trabajando para ver qué acción hay posterior a la empatía”, concluye la psicopedagoga.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior