Guzmán ayudará a las provincias a reestructurarse
Martín Guzmán, ministro de economía de la Nación y responsable de reestructurar la deuda externa de la Argentina, explicó ayer en el Congreso cuál es su estrategia, responsabilizó en parte al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los acreedores privados por la crisis del país, y envió una señal muy esperada por los gobernadores: los ayudará a renegociar los pasivos de las provincias.
En 112 minutos, Guzmán expuso en el recinto y tuvo un intercambio cordial con los legisladores. Juntos por el Cambio, espacio que generó gran parte de la deuda que está en colapso con el argumento de tapar el déficit fiscal heredado del kirchnerismo, no habló. Consenso Federal (peronismo disidente) y la Izquierda dieron su impresión al funcionario con críticas.
El ministro cuestionó, pero sin virulencia, al macrismo. Pidió apoyo a todo el arco político, porque sin una reestructuración exitosa –apuntó– no hay nada que se pueda hacer para que la economía vuelva a crecer tras dos años de “caída libre”.
Advirtió que la pobreza aumentó del 28,6% en 2017 al 35,4% en 2019, y que sigue escalando. Y arriesgó que el plan de Alberto Fernández para reactivar la economía “ya está funcionando”.
También mandó mensajes a los acreedores, tanto al FMI –cuya misión llegó ayer al país para iniciar la negociación– como a los poderosos fondos de inversión con sede en Estados Unidos y en Europa que en las últimas semanas desafiaron al Gobierno y trataron de imponer condicionamientos para los canjes de bonos en pesos.
Con tono monocorde y un discurso pausado, Guzmán dijo que los senderos fiscal, monetario y financiero serán definidos por el Gobierno y no por los acreedores. “No vamos a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica”, fue la definición que arrancó un aplauso del oficialismo.
Para Guzmán, en esta crisis tuvieron responsabilidad el Estado argentino; los bonistas privados que, con un perfil especulativo, apostaron a altas tasas de interés ofrecidas por el macrismo y a un modelo económico “que fracasó”; y el Fondo, por propiciar un programa “insostenible”.
“No se cumplieron los objetivos pero sí las premisas del FMI: austeridad fiscal y monetaria en recesión. Crecieron el desempleo y la pobreza. La inflación no cedió”, dijo el ministro.
El funcionario celebró el cambio de conducción en el FMI, en un contexto que estaba “bien caliente”. La salida de Christine Lagarde y de David Lipton (que habían negociado con Federico Sturzenegger, Luis Caputo y Nicolás Dujovne) y el reemplazo por Kristalina Georgieva “ha sido refrescante”, según expresó. “Ahora se viene trabajando de forma muy constructiva. En cada reunión hay progresos”, añadió.
Lo que viene
Antes de hacer propuestas, Guzmán abrió el paraguas: no hay margen para tener equilibrio fiscal este año. “No hay peor opción que la austeridad en una recesión. Cualquier otra alternativa es menos mala. Y al momento de plantear política de deuda, eso va a ser una premisa central”, avisó.
El economista de 37 años detalló que el Gobierno hizo sus previsiones sobre la base de tres escenarios. El primero era continuar como se venía, con la lógica macrista: contracción monetaria y fiscal. Eso, dijo el ministro, iba a profundizar la recesión y “destruiría del todo a la economía”.
Un segundo escenario, que es “más factible, realista e implica un trabajo”, permitiría alcanzar el equilibrio fiscal en 2023 y converger unos años después a un superávit fiscal primario de entre 0,6% y 0,8% del PIB.
Y un tercer escenario –que es el pretendido– implicará revertir la caída de la recaudación e impulsar estrategias de expansión productiva con diversificación de la matriz económica. Básicamente, se apostará más por los hidrocarburos y la minería.
Esto, dijo, podría llevar a la economía a crecer 2% anual y a las exportaciones a incrementarse entre 4,5% y 5%; en 2022, habría equilibrio fiscal; y en 2026 habría un 1% de superávit fiscal.
“Venimos a poner sobre la mesa lo que es la realidad. Muchas veces se han hecho promesas rimbombantes que no se pueden cumplir. Si queremos darles un final a los ciclos de endeudamiento recurrentes, hay que tomar compromisos que se puedan cumplir. Esto no suena tan optimista, pero es realista. Lo que estoy planteando es cumplible y sostenible”, afirmó.
Con la propuesta que hizo, según Guzmán, el país volvería a crecer, se estabilizarían las variables macroeconómicas, bajaría el riesgo país y, cuando la Argentina decida volver a salir al mercado de deuda, pagaría tasas como las que afrontan otros países emergentes, sensiblemente más bajas que las actuales. Todo lo que de aquí en más tenga que ver con emisión de deuda externa –afirmó– tendrá que pasar sí o sí por el Congreso, después de que el macrismo lo apartó durante cuatro años.
En ese escenario, el ministro no detalló cuál será la propuesta para los acreedores. Descartó caracterizarla como “amigable” o “agresiva”, y optó por llamarla “sostenible”. Pero aclaró: “No vamos a permitir que la dinámica de frustración siga aumentando en el pueblo. Está claro que va a haber frustración por parte de los bonistas. Tenemos que negociar con una cuota grande de realismo para evitar que esto sea una pérdida para todas las partes”.
Las provincias
Buenos Aires confirmó semanas atrás que reestructurará su deuda y ayer Chubut hizo lo propio. Hay otras jurisdicciones muy complicadas que seguirán el mismo camino. Y ayer Guzmán envió una señal. “Venimos trabajando de forma coordinada con las provincias y obviamente hay un problema por resolver”, dijo ante la atenta mirada de los legisladores.
Está claro, según Guzmán, que “es insostenible que las provincias se endeuden bajo ley extranjera y en moneda extranjera”. Y agregó: “Ese es un problema que tenemos que resolver de forma permanente, eso no debería volver a ocurrir en la Argentina”.
Evitar endeudarse en dólares es una definición que tendrá efecto en Córdoba. El gobernador Juan Schiaretti está gestionado un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por 75 millones de dólares, destinado a seguir con la construcción de la autovía 38. Ese préstamo necesita del aval de la Nación. Por lo que dijo ayer Guzmán en el Congreso, este proyecto corre riesgos de naufragar.
En Buenos Aires y en Córdoba, el FMI fue recibido con marchas
La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó ayer a Buenos Aires y un abanico de gremios, partidos y organizaciones sociales manifestó su repudio con movilizaciones en el Congreso de la Nación y en el Centro de Córdoba.
La convocatoria, tanto en Buenos Aires como en esta provincia, fue encabezada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep), un conglomerado de organizaciones como el Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa, que apoyan al gobierno de Alberto Fernández.
En Córdoba, la manifestación partió desde Colón y General Paz a las 18. Atrás, se encolumnaron las centrales de trabajadores CGT Regional y la CTA Autónoma.
Con carteles, los manifestantes rechazaron la presencia de los representantes del organismo internacional de crédito en la Argentina, a la vez que apoyaron las negociaciones por la deuda que lleva adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Los manifestantes marcharon hasta la intersección de bulevar San Juan y avenida Vélez Sársfield, donde al cierre del acto leyeron un documento conjunto.
En Buenos Aires, las organizaciones rodearon el Congreso de la Nación durante la exposición de Guzmán ante la Cámara de Diputados.
La misión del FMI llegó para monitorear la situación del país. Su plan durante la estadía será revisar las cuentas públicas y mantener diálogos con funcionarios y empresarios sobre las deudas contraídas por el Estado argentino con el propio organismo.
Las calles del centro de la ciudad de Córdoba padecieron embotellamientos por las protestas durante la mañana y la tarde. Al mediodía, la fracción de Barrios de Pie que no está aliada al Gobierno realizó una protesta en el Patio Olmos.
Luego, por la tarde, además de la Utep y de los gremios, los partidos de izquierda protagonizaron sus propias manifestaciones en Colón y Tucumán.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), integrado por Partido Obrero, Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e Izquierda Socialista, marchó junto a organizaciones piqueteras. Por su parte, el partido Nuevo Mas también se plegó a manifestar por separado.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior