OPINIÓN: Aprovechar la pretemporada
¿Cuáles son los secretos para que los Líderes puedan obtener los mejores resultados en esta etapa de acondicionamiento general? ¿Qué habilidades deben fortalecer en este momento del año? ¿Cómo flexibilizar las conductas y cómo reactivarlas de cara al desafío que comienza?
Por: Lic. Claudio Vasalo y Lic. Cesar Bernhardt
La pretemporada es el período donde se realiza la base que marcará la diferencia a lo largo del año. Son las semanas de trabajo con cargas más elevadas desde lo físico, se estimulan las capacidades aeróbicas, se desarrolla la resistencia, se fortalece la potencia y la reacción; se incrementa la fortaleza física, técnica, táctica y se genera el espíritu de equipo de un conjunto.
Muchos deportistas asignan a la pretemporada la causalidad para el rendimiento a lo largo de todo el año: “No pude realizar la pretemporada, las lesiones me lo imposibilitaron. Por eso me fue imposible rendir al máximo”.
Los entrenadores junto a sus cuerpos técnicos se dedican a planificar específicamente el trabajo a realizar; las cargas, los volúmenes, los lugares a donde llevarla a cabo.
La pretemporada le permite al entrenador encontrarse con el deportista sin la carga de estrés que la competencia proporciona, debido a ello, el acercamiento entre ambos es muy rico; y es el entrenador quien propicia el encuentro con sus atletas para conocer sus motivaciones, sus necesidades, sus valores. Conocerlos en profundidad.
Desde ese conocimiento del jugador lo persuade a encontrar diferentes objetivos individuales que lo ayuden a crecer y que sumen y aporten al cumplimiento del objetivo del equipo.
La capacidad que el entrenador tenga para llegar a la intimidad del deportista, sin levantar sus defensas, la habilidad con que cuente para detectar con rapidez las necesidades fundamentales de cada uno de sus pupilos, permitirán que ellos adhieran con menor o mayor compromiso al proceso de aprendizaje que implica el entrenamiento deportivo.
El entrenador antes de imponer el objetivo del equipo, intenta que el deportista encuentre su posibilidad de crecimiento, y desde ese lugar se decanta el objetivo superador del plantel.
Tener cautela para no avasallar. Permitir la libre expresión de todos saber escucharlos activamente; determinar el nivel de motivación existente. Estas son las claves en el encuentro comunicacional que cada entrenador configura con sus deportistas a lo largo de las entrevistas individuales.
Si el conductor pudo seducir a cada uno de sus jugadores, si supo mostrarse como alguien dispuesto a incrementar su rendimiento, si pudo despertar ganas de crecer en cada integrante, y a su vez tuvo la capacidad de mostrar cómo va a ser el camino, el objetivo de la pretemporada se dará por cumplido.
Las mejoras físicas, técnicas, tácticas y psicológicas son muy importantes, pero la validación del vínculo entrenador – entrenado es preponderante en este momento.
El verdadero cambio se da a través de las ideas. Si un jugador no compra una idea, no se brindará por completo.
La coherencia de los actos a lo largo del año, el acompañamiento y las revisiones permanentes de los objetivos individuales de rendimiento conducen al proceso a ser exitoso. En el deporte existe una causalidad bien determinada y comienza con la pretemporada.
Ahora bien, si nos centramos en el mundo de las empresas, donde el foco se puntualiza en el mercado, en la competencia y en los factores claves de éxito, surgen preguntas interesantes: ¿Qué pretemporada realizan los gerentes, directores y/o responsables de área?
¿Las vacaciones son simplemente un tiempo libre de trabajo o constituyen un espacio de descanso para volver pensando en el equipo de trabajo? ¿Cómo reciben a sus “jugadores”?
¿Los gerentes se relacionan al momento del regreso de las vacaciones con el “jugador” de acuerdo a cómo se siente y cómo está hoy, se relacionan con el “jugador” que vieron por última vez el año pasado y con la imagen que le quedó, o ni le interesa relacionarse?
No olvidemos que el equipo es el factor determinante para el cumplimiento de los objetivos estratégicos y operativos anuales. Sin éste la tarea se torna imposible: por lo tanto, debemos pensar de qué manera disponer y disponernos de la mejor manera para recibir a los jugadores de nuestro equipo.
En el ambiente deportivo, equipos con los mismos jugadores pero con distintos entrenadores, consiguen resultados completamente diferentes. La causalidad se centra significativamente en el estilo de conducción y en los procesos de conjunto.
En este sentido, ¿no será el momento propicio para sacar el máximo provecho de la pretemporada tanto en deportes como en empresas?
La invitación se centra en la transferencia de las herramientas del deporte a las empresas. De la misma manera que existen certificaciones de calidad en los distintos procesos productivos, en relación al Recurso Humano de la empresa, también existen factores claves de éxito.
El gerente debe saber cuidar, contener y hacer crecer a su gente. Esta tarea de conocerlos, de acercarse, de escucharlos, de hacerlos partícipe, de descubrir sus motivaciones y determinar sus necesidades, demanda esfuerzo y energía. A corto plazo es una alta inversión, pero en el mediano y largo plazo es una inversión mínima cuya rentabilidad es muy alta. Cuando los integrantes de un equipo de trabajo están convencidos de las ideas que su líder le transmite, cuando se sienten estimulados y respetados, el rendimiento del equipo es mucho más que la suma de las individualidades. No tiene techo.
El “nosotros” tan anhelado por los equipos de trabajo solo se consigue y se mantiene con grandes pretemporadas.
Éxitos en el intento.