Los deportistas cordobeses cuentan en primera persona cómo es vivir aislados y sin un futuro certero sobre su actividad.
Pablo Prigioni es uno de los grandes jugadores de básquetbol nacidos en nuestra Provincia. Después de jugar en Belgrano (San Nicolás) y Obras Sanitarias, tuvo una extraordinaria carrera en Europa, donde fue elegido el mejor base de la historia del Baskonia (entre otros logros) y representó al Real Madrid. Posteriormente, se dio el gran gusto de llegar a la NBA, donde jugó en New York Knicks, Houston Rockets y Los Angeles Clippers. También dejó una huella imborrable en la Selección Argentina, con la que compitió en dos Juegos Olímpicos (medalla de bronce en Beijing 2008) y tres Mundiales.
Al retirarse, comenzó su carrera como entrenador con una corta experiencia en el Baskonia de España. Su próximo paso fue el regreso a la NBA, donde formó parte del staff técnico de los Brooklyn Nets para luego convertirse en asistente de los Minnesota Timberwolves, donde se desempeña actualmente.
Vive en Minneapolis, tiene parte de su familia en España y en Argentina y muchos amigos en distintos puntos del mundo. Con preocupación, pero también con cautela, nos brinda su reflexión sobre el modo en que lleva adelante el aislamiento y las dudas por lo que vendrá.
“Uno reflexiona muchas cosas y seguramente algo va a dejar. Uno le va a dar mas importancia a cosas que antes no le daba y ojalá sea todo para bien”.
Mi relato de esta situación comienza una mañana como todas en la que leo la prensa. Uno de esos días me enteré de lo que estaba empezando a suceder en China. Acá, en Estados Unidos, no se hablaba mucho. La verdad que se vía como algo que iba a quedar en China. Pero cuando empezó a pegar en Italia y España sobre todo, le empecé a prestar más atención.
Las primeras reacciones fueron de preocupación al ver cómo le afectaba a las personas de mayor edad. Pero luego se veía que se expandía, ¡y a qué ritmo!. Ahí también empecé a notar que afectaba a gente más joven y obviamente me generaba preocupación y tristeza por la información que llegaba de otros países. En ese momento caí en que era solo cuestión de tiempo que llegara a América.
Mientras todo esto avanzaba en Europa y tomaba mayor dimensión nos preguntábamos cuándo llegaría a Estados Unidos, si afectaría a la NBA y comentábamos entre nosotros con los compañeros de staff, aquí en Minnesota.
En esos momentos es cuando me empiezo a preguntar cuánto va a durar, qué secuelas va a dejar en la sociedad, en el mundo; cuánto tiempo van a tardar en recuperarse las economías mundiales. Y, obviamente, no dejo de pensar qué pasaría si afecta a alguien de la familia. Me genera mucha preocupación por mis padres, mis suegros, gente que puede verse mas afectada.
Por eso, y aprovechando los momentos libres, hablo todos los días con mi familia: mis padres que están en Río Tercero; mi hermano, en España; con la familia de mi señora, también estamos en contacto todos los días. Además, hablo con amigos, compañeros de la selección, de otros equipos.
También intento mantener la cabeza ocupada. Me encuentro viviendo con mi esposa y mis hijos en Minneapolis, a unos 20 minutos del centro. Estamos en un barrio a las afueras y hay mucha distancia entre las casas. Acá, por lo menos, podemos salir al patio o a la puerta de casa que no pasa nadie, es una zona rural. Pero me imagino que las personas que pasan la cuarentena en un departamento lo deben sufrir un poco más.
Mientras tanto, con la organización del club nos mantenemos en contacto vía conference call. Intentamos hacer proyectos desde casa, mantenemos mucho contacto con los jugadores para ver cómo están, les hacemos muchos videos para que analicen cómo fue su juego en la temporada hasta el momento. Jugamos casi 64 partidos, así que hay mucho material que podemos cortar y enviarle a los jugadores y hacer videoconferencias comentando. Hacemos un entrenamiento virtual y mental.
Evidentemente todos nos vimos afectados. La verdad no se qué tipo de marcas puede dejar en las personas, eso se verá. Lo que sí está claro es que uno reflexiona muchas cosas, piensa muchas cosas en situaciones como estas, muy atípicas, que para nuestra generación es la primera vez que nos toca vivirlas. Seguramente algo va a dejar: uno le va a dar mas importancia a cosas que antes no le daba y ojalá sea todo para bien.
Igualmente no imagino mucho para el futuro, espero que se pueda controlar lo antes posible, ya sea vía vacunas o medicación. No soy un experto en esto, así que espero que pase dejando la menor secuela posible en todos los sentidos: humanos, económicos y que pronto todos podamos volver a tener una vida normal en cuanto a actividades sociales, trabajo, desplazamiento y todo lo que se ha generado por esta situación.
Fuente: Agencia Córdoba Deportes