Sindicalistas con poder y eternos en sus cargos
A diferencia de los límites a las reelecciones que fijan las constituciones y casi todas las cartas orgánicas partidarias para los cargos políticos, los estatutos gremiales no contemplan ningún tope a las reelecciones indefinidas. Quienes llevan décadas al frente de varios de los principales gremios cordobeses justifican su permanencia en su propio liderazgo y en que la ley se los permite.
Aducen que la gestión es lo que lleva a los afiliados a convalidarlos en el poder, por encima de otras cuestiones como la democratización sindical que reclaman algunos sectores.
El aparato que controlan después de tantos años ayuda a los caciques gremiales a atornillarse en el poder y dificulta la renovación, más allá de que la formalidad de los estatutos la permita.
En la mayoría de los casos, las patronales estatales y privadas prefieren respaldar la continuidad de una dirigencia que ya conocen y con la que establecen vínculos personales que les facilitan las negociaciones.
Una anécdota grafica esa situación. El ex secretario de Trabajo de la Nación Jorge Sappia recuerda que estando en la Organización Internacional de Trabajo (OIT) en Ginebra (Suiza), junto al abogado de la Unión Industrial Argentina y empresario de la alimentación Daniel Funes de Rioja, y el jefe del gremio de esa actividad, Rodolfo Daer, el sindicalista recibió un llamado telefónico por un conflicto de una empresa del sector, en Buenos Aires. A Funes de Rioja y Daer le bastaron minutos de conversación para resolver desde Suiza el problema y transmitir a su interlocutor porteño que el conflicto ya estaba solucionado.
En 1984, el presidente Raúl Alfonsín pretendió cambiar las reglas del sindicalismo. Mandó al Congreso la denominada “ley Mucci” (por el entonces ministro de Trabajo, Antonio Mucci), que impulsaba la democratización de los sindicatos.
El líder radical sufrió su primera gran derrota en el Congreso porque la oposición del peronismo en el Senado rechazó el proyecto. El PJ siempre defendió el denominado “modelo sindical argentino”, aún vigente, que no pone reparos al unicato.
En 1988, se sancionó la ley 23.551 de asociaciones sindicales, que rige actualmente. La norma dice que los gremios deben garantizar la efectiva democracia interna y la representación de las minorías, pero tampoco pone límite a los mandatos.
La propia OIT otorga potestad a los gremios para fijar sus propios estatutos y no impide la perpetuación de dirigentes al frente de los gremios.
Cordobeses eternos
En Córdoba, Rubén Daniele, jefe del gremio municipal de la ciudad de Córdoba (Suoem), lleva 31 años y medio en forma ininterrumpida, con 11 mandatos frente al sindicato. Anticipó que el año próximo se presentará nuevamente a elecciones antes de jubilarse, lo que extendería su poder hasta 2020. Comenzó con Ramón Bautista Mestre como intendente de la ciudad de Córdoba y probablemente exceda el mandato de su hijo Ramón Javier, que concluye en 2019. En el medio, pasaron otros cuatro intendentes: Rubén Martí, Germán Kammerath, Luis Juez y Daniel Giacomino.
Daniele sostiene que su prolongada permanencia es por su defensa de los salarios y las condiciones laborales. “Si nos fuera mal, juegan con otro, por más que seas democrático y honesto”, asegura.
El poder sindical se entremezcla con la política. Casi todos los dirigentes veteranos ocuparon también bancas en la Legislatura o cargos en el Ministerio de Trabajo.
A la par de Daniele, hay otros con tres décadas en el poder como Ricardo López (Atsa) y Miguel Benedetto, titular de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN). Tanto Daniele como López y Benedetto también fueron legisladores por el peronismo.
Dentro de la misma camada gremial está el delasotista Domingo Ovando, con 28 años al frente del gremio de los jerárquicos de la administración provincial (UPS).
Entre quienes acumulan casi un cuarto de siglo al frente de sus gremios, se encuentran el estatal José “Pepe” Pihen (SEP) y el mecánico Omar Dragún (Smata).
Pihen también lleva tres mandatos como legislador de la mano del delasotismo y preside la CGT Regional Córdoba. Uno de los principales cuestionamientos que le hacen algunos pares es que encabeza la central obrera e integra el Gobierno como legislador.
Omar Dragún fue elegido titular del gremio mecánico en 1992. Fue jefe de la CGT, y en 2011, ministro de Trabajo del gobernador José Manuel de la Sota.
Entre los gremialistas de peso, también figuran Héctor Morcillo (alimentación) con 22 años y Pablo Chacón (comercio) con 17.
Las claves | Leyes y financiamiento
Por qué los sindicalistas duran en sus cargos más que los políticos.
Legislación laboral. La ley de asociaciones profesionales habla de democracia interna pero no limita mandatos.
Manejo económico. Los gremios administran fondos millonarios de las obras sociales.
Protección global. La OIT no se inmiscuye en legislaciones nacionales, y esa posición es interpretada como un aval a la perpetuación de los dirigentes en el poder.
Fuente: La Voz del Interior. http://www.lavoz.com.ar/politica/sindicalistas-con-poder-y-eternos-en-sus-cargos?cx_level=flujo_2