Policiales

Advierten la caída del consumo de naftas en alrededor de un 30%

El desarrollo de la economía del planeta, y de la Argentina en particular, puede predecirse en función del consumo de petróleo, y, más precisamente, de sus derivados; naftas, gasoil, fueloil, diesel oil, entre los más destacados, puesto que en el mundo las fuentes de energía más importantes provienen de combustibles fósiles.

En el mismo sentido, los hidrocarburos representan un porcentaje importante dentro de la matriz energética de la Argentina, según información oficial.

Ergo, hay una relación directamente proporcional entre la suerte de la economía y el consumo energético, y de las naftas particularmente por la importancia de estas en la matriz energética. Si la economía crece, también lo hace el consumo de hidrocarburos. En contraposición, cuando la actividad toma una pronunciada curva descendente, es de esperar que se resienta el consumo de naftas y gasoil, principalmente. 

Aun no podemos precisar cuánto y en qué magnitud se verá afectada la economía nacional por la estrategia implementad por el gobierno nacional para dar la batalla sanitaria al coronavirus.

Por su parte, la Organización Mundial de Comercio (OMC) estima que el comercio mundial sufrirá una contracción de 13%, siempre y cuando los países logren superar la pandemia inmediatamente y retomen la actividad en el corto plazo. Mientras que de no controlar los contagios en los próximos meses, se relentiza la recuperación económica pudiendo caer el comercio mundial en más de 30 puntos porcentuales.

En el mismo sentido, consultoras internacionales alertan que el PBI mundial podría caer en torno a los cuatro puntos, tal como publica Fitch Rating.

Sin actividad económica, se desploma el consumo

Así, el contexto es doblemente adverso para la cadena de valor de las naftas, que debe enfrentar una caída de la actividad industrial, por tanto de menor producción y circulación de mercancías e insumos, y, asimismo, medidas que afectan especialmente a la dinámica del sector.

La reducción de los transportes aéreos, marítimos y terrestres, que buscan disminuir la propagación del virus desalentando la libre circulación de personas, tienen efectos directos en el consumo de combustibles. Las estaciones de servicios advierten una caída significativa en el expendio de combustible pese a ser una actividad exceptuada del aislamiento obligatorio desde que se dictó la medida.

Un informe elaborado por la consultora Economic Trends para el Foro de Análisis Económico del Expendio de Combustibles publicado en esta semana indica que durante el mes de marzo tuvieron pérdidas, inclusive, las estaciones de servicio que venían con performance “por encima de su punto de equilibrio”, antes de desatarse la pandemia del Covid-19.

Durante el mes analizado, todos los combustibles líquidos sufrieron bajas tanto en venta al público como en el segmento de ventas a minoristas. El volumen de carburantes vendido al público en general cayó 29,7% en relación a febrero del corriente año, registrándose la mayor caída en los despachos de nafta Premium, al caer un 37% mensual. Mientras que en la comparación interanual la merma promedio fue de 28 por ciento, con caídas de casi 34 puntos porcentuales en todas las naftas y de 21% en gasoil (del grado 1 y 2) en comparación con igual mes pero del año pasado.

Menos transporte público, menor consumo del gasoil

El Documento de Trabajo N°7 de la confederación nacional que nuclea a entidades del comercio de hidrocarburos, indica que a diferencia de las naftas que cayeron pari passu en los dos segmentos de la demanda, en el gasoil se registra menos volumen en la venta al público que en mercado minorista, lo cual significa que el transporte público de pasajeros y de mercaderías (motorizado por la actividad agropecuaria, principalmente) redujeron su “movilidad en menor medida que los particulares”.

Vale aclarar que al realizarse el relevamiento sobre los 31 días de marzo, abarcando tanto el periodo “normal” (19 días) como así también el periodo “con asilamiento”, los efectos de la medida sobre las ventas de las estaciones se diluyen al contabilizarse las ventas realizadas antes de las medidas de excepción que incidieron en la movilidad de las personas.

El informe supone que tomando solamente los últimos 12 días de marzo, tras la implementación del asilamiento social obligatorio, las naftas y el gasoil tuvieron un desplome cercano al 80 por ciento, en lo que respecta a ventas al público en general, y de más de 65% en la demanda de camiones y colectivos, que comprenden las ventas minoristas.

Al ser consultado por La Nueva Mañana, Gabriel Bornoronipresidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), informó que pese a la disminución de ventas que afectan al sector no se registran cierres de estaciones de servicio y esperan transitar la coronacrisis sin pérdidas de puestos de trabajo, para lo cual exigen medidas políticas específicas.

Las medidas anunciadas “todavía no tienen ningún impacto sobre el sector”, no hay exenciones, ni políticas económicas de aliento para las estaciones de servicio; “las medidas deberían de ser más contundentes y llegar directamente al sueldo de los trabajadores, que es lo que nosotros estamos buscando. Pero son escasas y no alcanzan para pasar esta crisis”.

Repercusiones en los precios internos

El desplome de la cotización de los contratos a futuro del crudo WTI (West Texas Intermediate, producido en Texas) encendió las alarmas de los mercados al caer los papeles a valores negativos; algo que nunca había ocurrido desde 1983, año en que estos contratos comienzan a cotizar en el mercado de Nueva York.

Los inversores se encontraron sin posibilidad de venderlo a una refinería por la caída de la demanda producto de la parálisis generalizada, y, vencido el contrato, también se encontraron con dificultades para almacenarlo puesto que hay una reducida capacidad de almacenamiento, en consecuencia, se encareció el costo de stockear el crudo.

La Argentina utiliza como referencia el crudo del Mar del Norte (Brent) y no el WTI que opera con papeles a futuro en Nueva York, razón por la cual la volatilidad de la cotización del petróleo de Texas que esta semana operó en niveles negativos no tiene repercusión en nuestros precios, explicó el presidente de CECHA.

Además, el precio en la Argentina está despegado del internacional; en la actualidad el valor interno del Brent está en el orden de los 45 dólares y tenemos precios congelados, “lo cual hizo que desde octubre no tengamos variaciones, pese a subas del Brent y devaluaciones que no se vieron reflejadas en el surtidor”, aclaró Gabriel Bornoroni.

Fuente: La Mañana. La Mañana