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Género: la cuarentena castiga más fuerte al empleo femenino

Entre los muchos impactos negativos que la pandemia de Covid-19 tiene en el mercado laboral está la profundización de la histórica brecha de género. Un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y otros indicadores, revela cómo el empleo femenino sufre con mayor violencia el efecto de la actual crisis.

Una razón central: las mujeres tienen mayor inserción laboral en los sectores más afectados por el parate económico. Se trata de comercio, hoteles, restaurantes, educación, servicios domésticos, otros servicios, transporte y comunicaciones.

“Seis de cada 10 mujeres se desempeñan en las áreas de actividades más golpeadas. Mientras que entre varones la proporción es de cuatro cada 10”, puntualizó Lucas Navarro, economista de la Bolsa que elaboró el estudio. Aclaró que, si bien los datos son nacionales (31 aglomerados medidos en la EPH), la tendencia también es referencia para el Gran Córdoba.

El informe puntualiza que 42,1 por ciento del total del empleo femenino (2,2 millones de mujeres en el país) corresponde a puestos doblemente vulnerables: pertenecen a sectores golpeados por la crisis y con importante presencia de informalidad, y por su baja calificación o tipología son los menos susceptibles de realizarse bajo la modalidad de “teletrabajo”.

Sobre el universo del trabajo masculino, la afectación es mucho menor: 35,8 por ciento.

A todo esto, subraya el trabajo, se agrega que la gradual flexibilización de la cuarentena combinada con el cierre de colegios impacta en mayor demanda de cuidado de niños en el hogar; una tarea que recae más fuerte sobre la mujer.

En ese punto resulta gráfica la situación de un sector de la actividad privada cordobesa: los jardines maternales. Según datos de la Asociación Civil de Jardines Maternales de Córdoba (Acijam), en la provincia funcionan unos 550 establecimientos, que emplean entre cuatro mil y 4.500 personas, buena parte de ellas docentes. Se trata de una fuerza de trabajo casi por complejo femenina: más del 90 por ciento de las propietarias y las empleadas son mujeres. La estructura tipo incluye siete personas por establecimiento.

A la vez, desde el punto de vista de la demanda de cuidado infantil que resuelven, los jardines y guarderías son en buena medida “facilitadores” de la inserción laboral de mujeres con hijos a cargo.

El sector no funciona desde el inicio de la cuarentena y enfrentan un futuro de alta incertidumbre. El mejor de los escenarios que imagina es que se habilite alguna actividad junto al inicio de clases (aunque no integra el sistema formal obligatorio de educación); y el más preocupante es que entre restricciones y temor de los padres no trabajen durante todo 2020.

“La situación es muy angustiante. Necesitamos ayuda económica del Estado para poder sostener nuestros jardines tantos meses sin actividad; todo el sector la necesita”, señaló Romina Rosado, integrante de Acijam.

Fuentes de la entidad explicaron que ninguno de los establecimientos pudo acceder aún a los aportes para el pago de salarios del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo (ATP). Es que sus pedidos fueron puestos “en revisión” por Afip junto a los de escuelas privadas que reciben subsidios estatales. Sin embargo, como los jardines maternales no están alcanzados por ningún fondo público confían en que la situación será resuelta y los ATP liberados.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior