Radiografía de Sergio Berni, el nuevo aspirante a «conquistador»
Mariano Melgarejo fue presidente de Bolivia de 1864 a 1871. Se lo recuerda como un gobernante de tintes dictatoriales y megalómanos. En 1870, se enteró de que París estaba bajo ataque de los alemanes, y decidió enviar tropas para asistir a su admirado Napoleón III.
Una partida de 3000 soldados bolivianos salió del país andino con destino a Francia… y obviamente, jamás llegaron.
Cuando alguien le dijo a Melgarejo que sería muy difícil cruzar el océano Atlántico, dijo con toda confianza: “¡No sea tonto! ¡Tomaremos un atajo!”. Melgarejo es un poco la representación del político latinoamericano con aspiraciones de conquistador.
Porque sí, en la historia hay muchos grandes conquistadores, como Alejandro Magno, Julio César, Napoleón y Genghis Khan, pero hay muchos más aspirantes.
Los que quisieron conquistar pero no pudieron. Los que quisieron lanzar naves a la estratósfera que nunca llegaron, o construir pirámides como arquitectos egipcios.
El último que se acaba de anotar en la lista para ocupar el puesto de conquistador argentino es nada menos que Sergio Berni, que esta semanas nos sorprendió con un spot épico y cinematográfico, en el que aparecía él, con policías enmascarados y fuertemente armados, aunque tanta producción para el video omitieron ver que el vidrio del escudo antichoque estaba roto.
Al final, se veía la sigla FBA, aparentemente por “Fuerza Buenos Aires”. Cualquier parecido con FBI, es coincidencia. O no.
Las aspiraciones políticas de Berni no son un secreto, quiere o quieren que sea presidente. Sabemos, que no le gusta obedecer, excepto a su jefa Cristina. Lo que no sabemos bien es qué persigue con estos spots. ¿Cree realmente que es una especie de Rambo del Conurbano? El Putin latinoamericano, el Reagan de otrora. ¿O quiere llamar la atención como estrategia de campaña?
Si es esto último, lo está logrando. Un breve repaso por su historia: Nació en Capilla del Señor en el año 62. Es polifacético: es entrenador y campeón de karate, alpinista distinguido, buzo táctico, especialista en táctica y estrategia, paracaidista, rescatista profesional, médico, abogado, militar, buzo, paracaidista.
Sus relaciones con los Kirchner se remontan a 1991, cuando Néstor, entonces gobernador de Santa Cruz, lo nombró director del hospital Veintiocho de Noviembre. En 1994, Berni se ofreció como voluntario para atender a los mineros que hacían huelga en Río Turbio.
Pero, en realidad, tenía doble tarea de inteligencia: fue el encargado de socorrer y pasarle información sobre los huelguistas al gobierno de Néstor Kirchner. A partir de ahí, su ascenso fue continuo. Fue viceministro de Desarrollo Social, y más tarde, de 2012 a 2015, Secretario de Seguridad de la Nación.
Fue también Senador, por menos de seis meses entre 2011 y 2012 y ocupó un cargo en el Comité Ejecutivo de INTERPOL. Desde 2019 es Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Quizás porque es un hombre del kirchnerismo temprano, a Berni lo ilusiona la presidencia (alguien le dió el guiño).
Según trascendidos, en la intimidad se pregunta: “Si Alberto pudo, ¿por qué yo no?”. A Berni le gusta la espectacularidad. Le gusta llegar en helicóptero, andar con walkie talkies y con ropas camufladas, sentirse un Schwarzenegger, un héroe de acción.
Y a los medios también les gusta bastante, aunque no siempre se lo tomen en serio. Se le da aire, se lo agranda incluso porque da rating. Y como sabemos, el minuto en los medios es precioso. Incluso que hablen mal de uno vale la pena.
Pero no podemos olvidar que detrás de todo esto que parece gracioso y simpático, hay un grupo de estrategia de militantes y el instituto Patria con Cristina Kirchner liderando la movida. Un personaje al que sus ambiciones de conquistador lo hacen ir incluso contra su propio gobierno.
A Berni, hoy por hoy, le preocupa solo su propia carrera, no asistir a Kicillof, no congeniar con Frederic ni con el gobierno nacional. A Alberto lo respeta, pero no sé si le interesa mucho tomarse un café con él. Su jefa Natural es Cristina.
A nadie le termina de quedar clara su participación en el caso Nisman. Recordemos que fue el primero en llegar al lugar de los hechos, y que no se sabe qué fue hacer, o qué ha hecho ahí, dicho por el mismo ¨ quería apurarse para «certificar» el estado del fiscal¨ (la alerta temprana impulsó la hipótesis del suicidio), forzada por el gobierno de Fernández de Kirchner y algunos medios.
Nunca quedó claro que fue a hacer, mas allá de «entrar al baño como médico para ver si Nisman estaba vivo o muerto porque los médicos de la prepaga no lo habían hecho».
Por otro lado, ¿por casa cómo andamos? La Provincia es enorme y muy difícil. Hay 1.100 homicidios dolosos por año: tres muertos por día, La provincia de Buenos Aires registró un fuerte aumento de la inseguridad: subieron un 63 por ciento los robos, un 55,4 por ciento las estafas, un 50 por ciento los secuestros, y los homicidios en ocasión de robo se dispararon un 25 por ciento.¿Qué hace Berni en su rol como Ministro?
Como podemos suponer, es un personaje más destructivo que constructivo. Sus tareas para mejorar la seguridad de la provincia se basan fundamentalmente en lo espectacular, en el show. Piensa únicamente en su proyecto.
Pero hoy en día esto parece construido más que nada a fuerza de publicidad (por cierto, ¿todo esto se lo costea de su bolsillo o del de los contribuyentes?) y no de consenso político. Si quiere crecer, va a necesitar apoyos, y hoy todos los que deberían apoyarlo desconfían de él. No es para menos.
El aspirante a conquistador ve en todas partes amenazas y traiciones. Incluso antes de haber conquistado nada. Berni debería recordar que, si bien Perón fue un militar, creció gracias a su carisma y, en buena parte, por despegarse de esos orígenes marciales.
Hoy Berni apuesta todo a su rol de militar canchero y hombre de acción. Quiere apelar al miedo y la ansiedad que generan la inseguridad en la población. Pero a la gente lo que le importa es que resuelvan esos problemas, no que el Ministro sea un tipo duro. Lo que le serviría a Berni sería hacer bien su trabajo. Ser menos conquistador, y más funcionario.
Nota publicada también en: Perfil.com
(*) Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Es docente universitario en UCA y USAL. Columnista de Diario San Francisco, Perfil.com y FM Milenieum, entre otros medios del país y del mundo.