Se activó un cordón sanitario cada dos días en Córdoba
En la tarde del viernes 10 abril, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) dispuso el primer cordón sanitario en Villa Parque Santa Ana ante la detección de dos casos de coronavirus. Doce días después, el miércoles 22 de ese mes, aisló 11 manzanas en barrio Nuestro Hogar 3 a partir del caso positivo de un niño, del que nunca se pudo determinar el nexo epidemiológico.
Desde esa fecha y hasta el jueves pasado, la Provincia implementó 67 cordones sanitarios más: 54 en barrios de la ciudad de Córdoba y 13 en localidades del interior. En total 69, ya que hay que agregar los últimos dos de Malagueño que se sumaron el viernes.
De acuerdo con la última estimación, más de 160 mil personas –cerca del 4,5 por ciento de la población cordobesa– estaba bajo algunas de las modalidades más restrictivas de la cuarentena. La cifra aumentó la semana pasada en función de los casos detectados y de la multiplicación de contactos estrechos.
En toda la Provincia son 20 los focos en los que los equipos epidemiológicos intentan cortar la cadena de contagios y evitar la transmisión del virus a fuerza de testeos, de aislamiento y de reducción al mínimo de la circulación.
Pero ¿cómo se define un cordón sanitario? ¿Cuáles son las condiciones para establecerlo? ¿Cómo se aplican los límites temporales y espaciales?
“Con esta estrategia, podemos intensificar la vigilancia epidemiológica y la búsqueda activa, donde tenemos mayor cantidad de casos positivos. El cordón sanitario nos ha permitido contener los brotes y mitigarlos sin tener que extender la medida restrictiva a toda la sociedad”, explica la secretaria provincial de Promoción de la Salud, Gabriela Barbás.
Para la funcionaria, en esta estrategia que el equipo de epidemiología provincial fue puliendo a medida que avanzó la pandemia, está la clave de que la Provincia sólo haya vuelto de fase una vez en la Capital, cuando se detectó el brote en la zona del Mercado Norte en la madrugada del sábado 16 de mayo. Esa semana el Gobierno provincial decidió regresar a fase 3.
“Ya no hablamos de fase, sino de cordones, sea estricto o restrictivo según cada situación. Esto nos ha permitido, con la ampliación diagnóstica y el aislamiento inmediato, enfriar los brotes”, señala Barbás.
Cadena
Determinar la cadena de contactos estrechos de cada caso positivo es fundamental para cortar la circulación del virus en un entorno. Las alarmas se activan a partir de la detección de un caso positivo sin nexo epidemiológico.
Luego entran a tallar los contactos estrechos, y con esa información se traza el árbol epidemiológico. Según el último reporte provincial, por cada persona contagiada hay que analizar a otras 32 o 38, dependiendo de si reside en Capital o en el interior. Precisamente la multiplicación de los casos a partir de las reuniones familiares es lo que preocupa a las autoridades sanitarias.
En cada cordón, ya sea restrictivo o estricto, se aplica una estrategia combinada de testeos. A los contactos estrechos de los casos positivos y a los pacientes sintomáticos dentro del cerco se los analiza con PCR (hisopados), mientras que se hace un muestreo poblacional mediante estudios de serología.
No hay un número preciso de casos para determinar si se aplica esta estrategia sanitaria, que tiene su origen en Francia en el siglo XIX.
“Se analizan múltiples variables a la hora de establecer un cordón. Por un lado, se toman en cuenta la vulnerabilidad social y económica, la cantidad de casos, la respuesta del sistema sanitario y, por otro lado, la cantidad de adultos mayores, por nombrar las más relevantes”, dice Barbás.
Y agrega que, por ejemplo, en el caso del country Cañuelas Golf, la cantidad de contactos estrechos fue una de la razones principales para establecer la medida, mientras que en algunos barrios vulnerables de Córdoba se lo hizo por la dificultad de trazar una estrategia epidemiológica en el territorio.
Establecer el árbol de contagios no siempre es sencillo. En muchos casos –cuentan quienes han estado en etapas operativas–, la gente prefiere ocultar con quién estuvo, ya sea por temor a una sanción, porque tiene que confesar una infidelidad o porque cometió algún tipo de delito.
El tiempo es clave para cortar con la circulación del virus. La tasa de contagio, si se detecta de manera rápida, puede reducirse al cinco por ciento de los contactos estrechos, pero, si se lo hace de modo tardío, pueda llegar hasta 30.
La duración del cordón sanitario puede variar. Cuando ocurrieron los primeros brotes, en abril y en mayo, el COE optó por aislar las zonas afectados por 14 días, que es el plazo de incubación del virus.
Ahora se toma entre 48 y 72 horas para establecer un diagnóstico de la situación, trazar una estrategia y comenzar a desandar la cadena de contactos. No obstante, el cerco sanitario puede extenderse más allá de las dos semanas. En Traslasierra, lleva más de 45 días, aunque ya está en su etapa final.
Efectividad
Las autoridades se muestran satisfechas por los resultados logrados por esta estrategia, que implica además un despliegue de recursos humanos de las fuerzas de seguridad –principalmente el Ejército– y el trazado de acuerdos con instituciones y con referentes.
Los picos y valles en la evolución de los casos –señalan– son una prueba de que se están controlando los focos a pesar de la proliferación del virus.
Para el director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas, Roberto Chuit, el planteo de los cordones sanitarios tiene dos ventajas: la primera es que permite desarrollar estrategias de ataque contra el virus de manera focalizadas en espacios reducidos, y la segunda es que habilita a tener mayores libertades mientras se comienza con la apertura de la cuarentena.
“En Córdoba, por ejemplo, al principio se trabajaba con amplias regiones. Luego fue mejorando su capacidad de respuesta y en puntualizar la detección y el control en sólo barrios. De esta manera, se permite que haya ciertas libertades, mientras que en otros lugares se trata a toda la población por igual”, explica el epidemiólogo y exministro de Salud provincial.
Esta libertad que destaca Chuit, que permite mantener la actividad económica y descomprimir el humor social, es también un arma de doble filo. “Los riesgos son que la gente no respete las pautas de prevención y que la situación se dispare”, advierte.
Se trabaja con dos tipos de cordones sanitarios
Cada uno tiene diferentes actividades permitidas.
Cordón estricto. Suspensión de las actividades flexibilizadas. Circulación restringida al mínimo, para el abastecimiento. Una persona por grupo familiar. Abren los comercios esenciales. No se puede concurrir a los lugares de trabajo.
Cordón restringido. Circulación con barbijo y con permiso de trabajo. Horario comercial restringido: de 8 a 16 para los negocios esenciales.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior