Gasto social: La Nación triplica el presupuesto para evitar estallidos
El Gobierno nacional tiene dos objetivos complejos para antes de diciembre, históricamente un mes caliente en tiempos de crisis. Uno es contener la situación social, para lo que destinará un gasto estatal sin precedentes. El otro, recuperar la calle, después de que la oposición le hizo cuatro marchas multitudinarias en contra.
Lo del gasto social “sin precedentes” está avalado por números: hasta el 30 de julio, el Ministerio de Desarrollo Social destinó 139 mil millones de pesos al asistencialismo.
El Congreso aprobó una ampliación del Presupuesto nacional y $ 74 mil millones irán a los sectores más desprotegidos.
Es decir que, de no haber nuevas partidas, la Nación destinará este año $ 213 mil millones a Desarrollo Social.
Esto significa que, para evitar posibles estallidos sociales a fin de año, la gestión de Alberto Fernández triplicará los 70 mil millones de pesos que el año pasado el macrismo destinó a la asistencia social.
En este contexto, el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, dijo que no ve un clima social enrarecido en diciembre.
“La situación es crítica, pero estable. Con un Estado presente, no hay ningún riesgo de estallido social”, aseguró el funcionario nacional.
En Córdoba, la ayuda estatal también fue reforzada por la gestión del gobernador Juan Schiaretti. El Ministerio de Desarrollo Social que conduce Carlos Massei tiene un presupuesto de 6.400 millones de pesos.
Pero el propio ministro Massei reconoció que la Provincia “ampliará todas las partidas que sean necesarias” para la contención social.
Precisamente, el área social fue la de mejor relación entre la Nación y la Provincia cuando Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada.
Mientras el Gobierno nacional se puso como meta que unos 300 mil desocupados consigan trabajo en los próximos seis meses, en Córdoba, unas 2.900 personas harán contraprestación en el programa Potenciar Trabajo, un plan que absorberá otras iniciativas estatales.
Red política
Por ahora sin posibilidades de un acuerdo con la oposición, el presidente de la Nación busca tejer una red por donde puede: los gobernadores e intendentes necesitados de fondos, el sindicalismo y las organizaciones sociales que trabajan en los barrios donde están los principales bolsones de pobreza en los conurbanos de todo el país.
Las organizaciones sociales tendrán un rol preponderante en la contención social, a partir de la reorientación de los planes sociales hacia la creación de empleo.
Recuperar la calle hoy es complejo, admiten los funcionarios albertistas. “Nosotros podemos meter 500 mil personas en la 9 de Julio con un tuit del Presidente, pero no lo vamos a hacer porque sería un acto de enorme irresponsabilidad en la pandemia”, le dijo a este medio un estrecho colaborador de Fernández. Esto fue conversado el martes pasado en un almuerzo en la quinta de Olivos. Allí estaban las tres patas del Frente de Todos. Fernández y su alfil, Santiago Cafiero; Sergio Massa, y los cristinistas puros Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro y Axel Kicillof.
Por primera vez se sumó a cuatro “minigobernadores” de 3,5 millones de personas en el conurbano bonaerense, terreno siempre caliente: Fernando Espinoza (La Matanza), Juan Zabaleta (Hurlingham), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora).
Una salida larga
Hay tres postas en el devenir del Gobierno nacional. La primera, cómo salir de la pandemia. Los ministros Claudio Moroni y Matías Kulfas coinciden: no habrá un “día D”, sino “una salida larga”, con marchas y contramarchas al ritmo del Covid-19, hasta que llegue la vacuna.
Según la cartera de Trabajo, en mayo pasado hubo 402.588 empleos registrados menos que en el mismo mes de 2019. Aún no se conocen los datos de junio, julio y agosto. Pero, según Moroni, la tendencia se frenó. “En pandemia perdimos 2,5 puntos del empleo registrado”, asegura.
Septiembre no será un mes sencillo para la Casa Rosada. Se conocerán cifras oficiales del desempleo, de la desigualdad y del nivel de pobreza e indigencia en el segundo trimestre. Todos los indicadores empeoraron de manera notable.
Hay datos oficiales que lo anticipan. Según el Gobierno porteño, el desempleo saltó al 14,7% en el segundo trimestre del año en la ciudad de Buenos Aires, el territorio más rico del país. Estimaciones del Observatorio de la UCA señalan que, durante la pandemia, 950 mil argentinos perdieron sus empleos, registrados o no.
La Nación comenzó a preparar el terreno para resistir esos números. Parte de esta estrategia es el reciente llamado a la multisectorial del Consejo Federal Argentina contra el Hambre, que lideran el ministro Arroyo y la titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz.
Presión opositora
Desde la oposición, que se empezó a reorganizar lentamente, aumenta la presión. El radical mendocino Ernesto Sanz se sumó al ala dura de Juntos por el Cambio que lidera la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, una activa militante de las marchas contra el Gobierno.
“¿Cuánto tiempo demora en explotar? ¿Cuánto tiempo el Banco Central va a seguir agrandando y agrandando sin que pase algo?”, se preguntó Sanz en videoconferencia con Bullrich.
Ambos coincidieron en que Juntos por el Cambio debe estar “preparado para ofrecer en el mediano plazo una luz al final del túnel”. Están convencidos de que con Mauricio Macri “en otro rol” que no sea el de líder serán opción de gobierno en 2023.
Crisis fiscal
El Banco Central viene emitiendo dinero en niveles récord para financiar la crisis. Sin poder endeudarse y con la recaudación tributaria en caída, el Gobierno no tiene alternativa.
Acumulada a junio, esa asistencia representó alrededor de 3,3% del producto interno bruto de los últimos 12 meses (que a su vez viene en picada), y superaría 4% del PIB a fines de este año, según el último informe de política monetaria.
Con la aprobación de la ampliación presupuestaria y el apoyo casi unánime de la oposición, el Congreso autorizó a Fernández a gastar dos billones de pesos por encima de lo que estaba inicialmente previsto.
La mayor parte de ese gasto irá a subsidios y a programas sociales. Al menos un billón, al finalizar 2020, serán financiados vía emisión monetaria. Para el resto, el Ministerio de Economía tomará deuda en el mercado de capitales local.
Miguel Pesce, presidente del Central, sostiene que se puede financiar el gasto sin riesgos graves para la inflación debido a la esterilización vía administración de pasivos remunerados (Leliq y los pases).
El desafío es doble. Hay que empezar a corregir el desmadre fiscal para poder refinanciar la deuda con el FMI. Pero no se puede cortar la asistencia social, que hoy se da a 11 millones de personas. Los gobernadores e intendentes piden tener cuidado.
Red de contención. Sin chances, por ahora, de un acuerdo con la oposición, el presidente Alberto Fernández se recostará en gobernadores, en intendentes y en organizaciones sociales para evitar las protestas sociales.
Ayuda social: Nación
La cuarentena obligó a un explosivo aumento de fondos.
$ 213.000 millones. Son los recursos que terminará gastando el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación durante este año. Es el triple de lo destinado en 2019.
$ 74.000 millones. Será el refuerzo presupuestario a Desarrollo Social para los últimos cinco meses del año. El gasto se focalizará en generar empleo con contraprestación de planes sociales.
$ 84.000 millones. Era el presupuesto para Desarrollo Social que el macrismo había dejado para este año. Hubo un refuerzo de $ 55 mil millones y ahora habrá otra partida de $ 74 mil millones.
$ 6.400 millones. Es el presupuesto que el Gobierno de Córdoba destinó al Ministerio de Desarrollo Social. Hay otras áreas, como el Paicor y Empleo, que también tienen planes sociales.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior