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“Nunca pensamos que íbamos a un conflicto armado”

Tenía 20 años cuando fue a Malvinas, lo dieron por desaparecido en las islas durante cuatro días, pero pudo regresar y hoy es uno de los veteranos de San Francisco que puede reflejar lo que fue estar en el último conflicto armado del país.

Alejandro había hecho la carrera militar en Córdoba en la Fuerza Área. En diciembre de 1981 fue destinado a la Segunda Brigada Aérea de Paraná. De repente se encontró con que, sin saberlo, debería ir a una guerra para defender al país.

Giletta cuenta que “a fines de marzo vimos que en el grupo que yo trabajaba, que era el de comunicaciones, se empezó a ver gente que preparaba equipamientos, camiones, bolsa de dormir. Un grupo había salido de comisión pero nosotros no sabíamos nada a donde iban”.


Alejandro Giletta, Veterano de Malvinas


Además cuenta que “el 2 de abril nosotros nos enteramos de lo que estaba pasando. Nos levantamos a la mañana y nos enteramos que habían tomado las Malvinas. Nosotros no sabíamos nada. Dos días después me informan a mí y otros compañeros que nos íbamos al sur del país. Preparamos equipos de comunicaciones, mochilas, bolsas de dormir y partimos a la tarde en un Hércules a Comodoro Rivadavia”.

Una vez en el Sur de nuestro país, el sanfrancisqueño jamás pensó que su próximo destino serían las Islas Malvinas. “El día 5 de abril a eso de las tres de la tarde nos informaron que teníamos que subir a un Hércules porque nos teníamos que trasladar a Río Gallegos. Cuando subimos éramos seis compañeros y el avión estaba cargado casi hasta el techo de municiones”.

Sin saberlo y en pleno viaje se enteró cuál era su próximo. “Un compañero que ya había viajado de Comodoro a Río Gallegos en avión sabía que el vuelo duraba una hora más o menos y que de un lado se veía el continente y del otro el mar. Pasaron una hora y media que estábamos volando y veíamos mar de todos lados, por eso le preguntamos a un mecánico a dónde íbamos y ahí nos dijeron que viajábamos a Malvinas. Ese día a las siete de la tarde llegamos a las islas”.


Con parte del grupo de comunicación


Giletta parte de que tenía 20 años cuando todo sucedió y expresó que “todos los preparativos era una aventura para nosotros. Cuando nos dijeron que habían tomado Malvinas no tenía idea de donde estaban porque nunca me lo habían enseñado. Teníamos satisfacción por el país y porque veíamos que la euforia de la gente que salía a las plazas. Cuando nos dijeron que salíamos en comisión pensé que bueno que voy a conocer Comodoro”.

A su vez dijo que “cuando nos enteramos en el avión que íbamos a Malvinas para nosotros fue una alegría porque nunca pensamos que íbamos a un conflicto armado. Entonces para nosotros era todo euforia y chistes”.


En las Islas Malvinas


La comunicación con la familia fue un drama

Desde el momento que sale de Paraná, Alejandro pasó un largo tiempo sin poder comunicarse con su familia en San Francisco. Tal es así que estando en las islas fue dado por desaparecido por cuatro días, algo que si le comunicaron a su padres y que después tuvieron que retrotraerse.

“Fue una gran preocupación para mí no poder comunicarme con mi familia. Mis padres no sabían que yo me había ido a Malvinas, ellos llamaban a la Brigada preguntando por mí y nunca le quisieron decir a donde estaba desplegado. Y ahí comenzó el calvario de mi familia para saber dónde estaba yo y si estaba bien”, confesó el veterano de guerra.


El telegrama que le envió la madre


Agregó que “yo estuve en Malvinas desde el 6 de abril al 20 de junio que volví al continente. En todo ese interín yo me comunique con ellos por cartas. Yo le mandé una carta el 2 de mayo, día del hundimiento del ‘General Belgrano’, comentándoles que estaba en Malvinas y que estaba bien. Ellos la recibieron el 6 o 7 de ese mes. Ellos me responden con un telegrama en donde me da el teléfono de un vecino que era el único de la cuadra. A fines de mayo pude hablar con ellos por teléfono”.

El drama de la vuelta también lo recuerda muy bien. “Nosotros estuvimos prisioneros cinco días y después nos embarcaron en el buque ‘Bahía Paraíso’ en Puerto Argentino y de ahí volvimos a Puerto San Julián. Cuando pisé el buque argentino sentí la tranquilidad y me dije ‘voy a volver’ porque habían pasado muchas cosas que me hacían dudar de eso”.

El 23 de junio de 1982 pudo regresar a San Francisco. Giletta recordó que tras bajarse del colectivo en la terminal, se tomó un taxi y le pidió recorrer la ciudad antes de llegar a su casa de sorpresa.