Escuelas: sugieren cierres transitorios, por localidades y por tiempo limitado
El crecimiento en el número de casos de Covid-19, el incremento de la positividad en testeos y la ocupación de camas de terapia intensiva volvió a poner en discusión la presencialidad en las escuelas y el eventual regreso a la virtualidad.
En las últimas semanas, la Comisión Consultiva Científica (CCC) de la que participan científicos e investigadores de Córdoba y funcionarios del Ministerio de Educación de la Provincia, decidió cerrar de manera temporal algunos establecimientos educativos y disparó las especulaciones sobre un cierre masivo.
El comité científico asesor considera que la presencialidad es esencial, pero sostiene que el condicionante para sostener la medida es la cantidad de casos y la capacidad de respuesta del sistema de salud en cada localidad o región.
“Está comprobado que la presencialidad aumenta la circulación”, apuntó Pedicino, y remarcó los estudios realizados por investigadores del Conicet que apuntan en este sentido. “Creemos que lo mejor es que los chicos estén en la escuela. Pero si la presencialidad se da a expensas del aumento desenfrenado de casos, va a impactar en la incapacidad o dificultad del sistema sanitario para atender a todos esos pacientes”, remarcó.
A criterio del experto, el eventual cierre de escuelas debe tomarse después de aplicar medidas previas; esto es, disminuir la circulación de nocturnidad y las reuniones sociales. “Si con ellos tampoco se puede, está demostrado que el cierre transitorio de la presencialidad sirve para disminuir la circulación del virus”, subrayó.
MÁS CADA SEMANA
En la segunda semana de mayo se puso en marcha el protocolo de actuación ante casos de coronavirus en 946 escuelas. Desde el 1° de marzo, día en que empezaron las clases, hasta el 14 de mayo, el protocolo se activó 17.168 veces. A mediados de abril, esa cifra era de 5.090.
Ana Ceballos, especialista en infectología pediátrica y miembro de la comisión asesora de la Provincia, también apuntó a que la permanencia de la apertura de las escuelas depende de la situación epidemiológica de cada localidad, y de la evaluación del aumento de casos positivos. “Esta evaluación epidemiológica es dinámica ya que puede ir variando”, remarcó. El eventual cierre de escuelas se analiza en base esos datos.
Ceballos recordó que ante la situación de un caso de contacto estrecho de caso positivo en una burbuja, se debe hisopar y aislar a ese contacto y cerrar la burbuja. Si el contacto es positivo, se debe cerrar la burbuja 14 días. Si el contacto es negativo se aisla 14 días, pero el resto de la burbuja puede retornar a la escuela .
“Es fundamental, por la educación de nuestros niños y adolescentes, por su salud mental, porque los niños replican en sus hogares la enseñanza de los cuidados y por un concepto de equidad, ya que no todos tienen acceso a la educación virtual”, concluyó.
TESTEOS
Eva Acosta, investigadora experta en Inmunología del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, explica que cuando se logra una positividad en los testeos por debajo del 10 por ciento hay un conocimiento más acabado de los contagios, lo que permiten tomar mejores decisiones.
“Ese parámetro de visualización de cómo es la pandemia se ha ido deteriorando en los últimos días. Los porcentajes de positividad han ido aumentado. Eso indica que se nos está yendo de control la pandemia”, dice Acosta.
Y agrega: “Siempre me he posicionado en que es importante mantener las escuelas abiertas si el contexto sanitario es seguro. Es probable que en esta situación no sea mala idea parar un determinado tiempo para tratar de controlar esta situación”.
DOS DE CADA 10, DOCENTES
Más allá de los debates científicos, políticos y sociales sobre el impacto de las escuelas abiertas en la circulación del virus, lo cierto es que el crecimiento en el número de casos provoca situaciones caóticas al interior de las escuelas. La mayor dificultad está en el contagio de docentes (menos de la mitad están vacunados) y, en especial, cuando afecta a los equipos directivos.
La normativa vigente indica que ante la ausencia de directores, el docente de mayor antigüedad debe hacerse cargo de la institución. Pero en el actual contexto es complicado el reemplazo. Según datos oficiales, cada semana, dos de cada 10 casos informados en las escuelas (no necesariamente positivos, pero que requieren aislamiento) son educadores: 22,7 por ciento.
En el interior de los establecimientos se reportan dificultades. En Jesús María, por ejemplo, una escuela estatal a la que asisten más de mil alumnos quedó acéfala después de que su directora contrajera Covid y todo su equipo fuera aislado. También hay preceptores contagiados.
El caso se repite en una escuela especial de Traslasierra: no consiguen quien se haga cargo temporalmente de la Dirección.
En algunas secundarias estatales de la ciudad de Córdoba, en tanto, remarcaron problemas en las coberturas docentes. Por una parte, quienes pidieron dispensa de asistir de manera presencial por pertenecer a grupos de riesgo y que ya han sido convocados para retornar a las aulas, están pidiendo reconsideración de la medida. Por otra, aún faltan nombrar suplentes en materias 100 por ciento presenciales (Matemática, Lengua e Inglés).
“No se puede negar la realidad y la sugerencia del Gobierno nacional. Si no se oficializa la suspensión de clases presenciales la realidad va a darnos una cachetada”, dijo este miércoles Juan Monserrat, secretario general de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC).
“Si se pretende que se mantenga la presencialidad hay que ser muy cuidadosos al interior de las escuelas, y el ‘COE Educación-Salud’ funcionar de manera muy coherente para acompañar a las escuelas y tomar las determinaciones priorizando el criterio sanitario y de cuidado”, opinó por su parte Oscar Ruibal, secretario gremial del sindicato.
En relación a otras medidas necesarias, como el control de las reuniones sociales, Ruibal consideró: “El Gobierno no puede tener una actitud permisiva frente a acciones, eventos y situaciones de descuido y desaprensión que se observan”.
Docentes, organizaciones e instituciones estatales y privadas indicaron a La Voz que observan serias dificultades en los alumnos para sostener la atención durante las primeras horas de clase, cuando hace más frío. Un gran número de estudiantes, explicaron, llega a la escuela sin desayunar (en algunos casos por falta de recursos y, en otras, por falta de hábitos) y muchos chicos manifiestan malestar.
Fuente: La Voz del Interior.