Arroyito: se arrodilló en medio de la cena y le pidió que se casara
Cuando algunos dicen que el romanticismo y el amor son cosas que han pasado de moda y que la inmediatez de los mensajes han dejado de lado la espera por la persona amada, es una falacia. Todavía existe la amabilidad y la galantería, todavía existe la seducción y la pasión, afortunadamente todavía existe el pensar que “juntos para siempre” es una muy buena idea, por más que algunos no hayan tenido suerte en la elección, afortunadamente podés volver a elegir y a apostar.
Sentado frente a ella, bastó con hacer a un lado la silla, apoyar su rodilla derecha en el deck de madera de Castillo Pietrasanta Bar Gourmet, extraer de su bolsillo la cajita que contiene el “Juntos para siempre” y pedirle que lo acompañe toda la vida… “¿Te querés casar conmigo?” fueron sus palabras.
Cuando algunos dicen que el romanticismo y el amor son cosas que han pasado de moda y que la inmediatez de los mensajes han dejado de lado la espera por la persona amada, es una falacia. Todavía existe la amabilidad y la galantería, todavía existe la seducción y la pasión, afortunadamente todavía existe el pensar que “juntos para siempre” es una muy buena idea, por más que algunos no hayan tenido suerte en la elección, afortunadamente podés volver a elegir y a apostar.
Sentado frente a ella, bastó con hacer a un lado la silla, apoyar su rodilla derecha en el deck de madera de Castillo Pietrasanta Bar Gourmet, extraer de su bolsillo la cajita que contiene el “Juntos para siempre” y pedirle que lo acompañe toda la vida… “¿Te querés casar conmigo?” fueron sus palabras.
Ante la indiferencia quizás de algunos presentes que no se percataron de la situación, si una clienta del lugar registró el momento y no dejó de lado la sensación que la abordaba ante ese momento. La joven se puso la mano en la boca ante tal propuesta que no esperaba, porque quizás en algún momento lo hablaron o quizás lo planificaron, pero solo él sabía que ese momento se daría a dar en ese lugar.
La clienta que grababa dijo “Decile que si, decile que sí” pero en voz baja, y él sacó el anillo, ella lo miró diciendo que “si”, le colocó la alianza en su dedo anular, se inclinó y le dió un beso, sellando el “si”, el “juntos para siempre”, “el acepto”, etc. Bello momento del que nadie escapa a una sensación de que la vida sigue teniendo el sentido que cada uno le dá. “Vivan los novios”.
Fuente: Vía País