Tras la pandemia: alarma en muchas escuelas por estudiantes que no saben leer, escribir y sumar
Las evaluaciones diagnósticas de tercer grado y tercer año mostraron resultados preocupantes. Los docentes aseguran que se perdieron los hábitos escolares. El desafío es la elaboración de nuevos proyectos educativos adaptados a esta realidad.
Los primeros meses de clases presenciales y sin burbujas han sido celebrados tanto por profesores como por estudiantes. Las comunidades se volvieron a encontrar en las escuelas y el clima fue de gran algarabía. Pero ahora los educadores cordobeses manifiestan una gran preocupación por el nivel educativo detectado entre sus estudiantes.
Durante el mes de marzo, en la mayoría de las escuelas de nivel primario y secundario se realizaron evaluaciones diagnósticas. En estas instancias los docentes registraron serias complicaciones en la práctica de la lectura, la escritura y también de la matemática.
Se consultó al personal docente y directivo de 25 escuelas de la ciudad capital sobre el desempeño escolar de los estudiantes cordobeses. De este grupo, cuatro escuelas son de gestión privada, pero con menos de 200 alumnos, y el resto son instituciones de gestión estatal.
DIAGNÓSTICO PREOCUPANTE
De manera invariable, los diagnósticos de los maestros y directivos sacaron las mismas conclusiones: los años de pandemia y de la enseñanza en el hogar dañaron el oficio del estudiante, arrasando con pautas, dinámicas y modales propias del aula.
Pero este fue sólo un primer y transversal drama. Lo cierto es que sin ese consenso entre el que educa y el que estudia era difícil encontrar aprendizajes fortalecidos entre el alumnado.
Desde el Ministerio de Educación de la provincia resaltaron que las escuelas están elaborando proyectos para establecer los programas priorizados. Esos documentos están siendo validados por las direcciones generales de los distintos niveles para su implementación.
Hasta que todo este proceso avance –sostuvieron desde Educación– no se puede evaluar la aplicación de los pilares priorizados que presentaron las autoridades en las escuelas, a principios de febrero. Los pilares son tres: lengua y oralidad, matemática, cultura digital. Y se trabajarán durante este ciclo lectivo y el próximo.
A la par, adelantaron que en los próximos días estarán disponibles los resultados de la evaluación provincial estandarizada Prisma. Desde Educación calcularon que en 10 días tendrán esos resultados. Cumplimentada esa instancia tendrán datos concretos sobre la calidad educativa y el impacto de la pandemia.
EL ESTUDIO DE LA MATEMÁTICA
“Estoy a cargo de Tecnología y Matemática. Lo que pudimos ver con los chicos ingresantes de la primaria y de estudiantes de tercero y cuarto, con quienes convivimos durante la pandemia, es que han perdido la constancia y el orden”, advirtió uno de los profesores consultados.
“En cuanto a la materia, encontramos que no hay manejo de operaciones básicas. Tampoco son capaces de interpretar un texto para resolver una situación problemática. No cuentan con herramientas básicas para resolver las cuatro operaciones básicas”, agregó el docente.
Una profesora de Matemática que se desempeña en otro establecimiento confirmó las preocupaciones de su colega. Y agregó: “Es muy difícil avanzar en contenidos elevados. Estamos en el sótano. No saben sumar ni restar, no dividen, no son capaces de estudiar las tablas, aunque sí multiplican con la tabla al lado”, lamentó.
Una profesora de otra escuela, de la misma disciplina, consideró que “el tiempo de la educación virtual durante la pandemia fue adverso, porque ahora los chicos no encuentran interés por estar en la escuela”.
“Ya no tenemos solamente el problema de las pautas de comportamiento: ahora nos preocupan las pautas de aprendizaje, porque las han perdido”, evaluó otra docente de Matemática e Informática.
NO LEEN NI ESCRIBEN
En el caso de lengua, una de las fuentes consultadas aseguró que “encontramos muchas falencias porque se agudizaron las complicaciones para los procesos de comprensión de la lectura de los estudiantes”.
“Hay un desafío que nos hemos propuesto este año. Tenemos que enseñarle a leer a los chicos de tercer año de la secundaria, lo cual no formaba parte de los programas de estudio en años avanzados. Hay que volver a acercar la enseñanza de la lengua y prepararla para un periodo post-pandemia”, planteó una profesora de una escuela de gestión privada.
Otro docente advirtió que “no puede trabajar en la comprensión y producción de textos porque los chicos de la secundaria no dominan la escritura de oraciones”.
“No es que hayan perdido la motivación por la lectura, sino que no son capaces de leer y comprender lecturas simples, de los manuales por ejemplo”, sumó otra maestra.
El desafío escolar –dijo otra profesora– es lograr lecturas inferenciales. Esto es, detalló, la lectura a partir de la elaboración de suposiciones a partir de datos que ofrecen los textos. Se trata de un estadío intermedio entre no saber leer y saber hacerlo.
Una de las directoras que comentó el diagnóstico escolar desde una mirada más abarcadora, explicó que se observa un afluente de estudiantes “desintegrados de la escuela”.
“Hay docentes ingresantes que no cuentan con herramientas para trabajar en el aula con la población que ya viene golpeada, después de dos años con clases virtuales. Hay estudiantes que provienen de una primaria incompleta y en tercer año hay chicos que no pueden afrontar los desafíos propios de la etapa”, definió la directora.
Otro directivo del secundario dijo que “los chicos están animados por estar dentro de la escuela”. Y rescató que hay alegría entre los adolescentes porque ya no están divididos en pandemia.
“Hay chicos que siguen padeciendo una especie de trauma y hemos atendido ataques de pánico, que vinculamos con la falta de costumbre de estar en el aula. Y hemos perdido posibilidades de una mejor calidad de aprendizaje”, evaluó el director de esta secundaria de gestión privada y destacó que en su escuela no hay ausencias docentes.
EMPEZAR DE CERO
En el ámbito de la escuela primaria, una de las directoras entrevistadas dijo que “el nivel en general es bajo”.
“Los estudiantes han perdido hábitos y prácticas habituales y sistemáticas de lectura y escritura. Esto dificulta los procesos de comprensión lectora en todas las áreas”, lamentó.
Otro directivo de un tradicional establecimiento educativo, que alberga a una gran cantidad de estudiantes, detectó retrocesos generalizados en los procesos vinculados a comprensión lectora, la expresión oral y en la resolución de problemas y el uso de herramientas ligadas a la matemática.
Una maestra expresó que la mayor necesidad, tras las evaluaciones, es “revisar prioridades”. “Los estudiantes tienen muy pocos hábitos y presentan bajo rendimiento, ya que no tienen incorporado un ritmo de trabajo y una rutina de estudio”, completó.
Otra docente de cuarto grado sostuvo que los resultados de sus evaluaciones muestran que no se cumplen los requisitos mínimos en estudiantes de su grado.
“En general se espera que al culminar el tercer grado los alumnos puedan leer, escribir y producir textos con autonomía. La intermitencia y las cuestiones que atravesaron a cada familia, fuera de la escuela, retrasó la adquisición de contenidos básicos y el desarrollo de las capacidades fundamentales”, señaló.
Otra profesora de primaria, del área de matemática, mencionó que sus alumnos no son capaces de resolver sumas y restas de dos cifras. “Lamentablemente, el resultado de las evaluaciones de diagnóstico nos obliga a retomar contenidos de primero y segundo grado que no fueron incorporados”, confirmó.