Economía

La industria automotriz creció un 70% respecto a 2020 y presiona las reservas

Empresas del sector encendieron las alarmas por eventual faltante de insumos de no haber flexibilizaciones en el acceso a los dólares para importar.


El sector automotriz expresa el modelo de desarrollo anhelado por el Gobierno, en donde grandes empresas invierten, generan trabajo de calidad y exportan bienes competitivos. El sector viene de un año de levantada en donde aumentó su producción casi un 70% en relación al 2020, con un incremento de las exportaciones de casi el 90%. A todo esto, las empresas del complejo automotriz reclamaron en un comunicado al BCRA mayor laxitud en los controles cambiarios para poder importar con el dólar oficial. De no lograr su reclamo las autopartistas verían afectado su abastecimiento, lo cual terminaría repercutiendo en la performance de las terminales automotrices, asiente el sector. 

Los reclamos comenzaron cuando el Banco Central fijó límite a la compra de dólares oficiales para importar: habilitando a las autopartistas un 5% más que sus importaciones de 2021 o hasta un 70% más que el valor de las importaciones del 2020. La autoridad monetaria otorga el menor de los montos señalados. Ahora, algunas autopartistas señalan en el comunicado que ya consumieron el tope de divisas habilitadas, por tanto, “no podrán conti¬nuar abasteciendo a las em¬presas terminales”. Desde el sector confían que el buen diálogo que mantienen con el Gobierno permitirá destrabar el problema.

Kulfas: “No faltarán insumos necesarios para producir”

A todo esto, mientras algunos empresarios muestran rostros de preocupación, otros matizan el tono “alarmista” del reclamo. Referentes del complejo automotriz revelaron que “cuando hay un quilombo, se avisa y autorizan”. La misma fuente aclaró en off que con el comunicado buscan que “el Gobierno ponga en agenda este problema”. Asimismo, asumiendo que es poco factible que habiliten los dólares para toda la industria, sí desean llegar a “acuerdos específicos y particulares en algunos sectores”. En ese sentido, Matías Kulfas, uno de los nombres fuertes del equipo económico de la Rosada, aclaró que no faltarán “los insumos necesarios para producir”.

El sindicato de mecánicos (Smata), otro de los firmantes del comunicado, se queja frente a un eventual resentimiento de la actividad consecuencia de falta de insumos. El vocero de Smata Córdoba, Leonardo Almada, le dijo La Nueva Mañana que el pedido del sindicato es que liberen los dólares para que “la producción pueda salir y eso vuelva en exportaciones; porque cada vez se plantea más cantidad de autos exportables”.  Sin embargo, desde el sindicato reconocen que de este reclamo “se enganchan un montón”. Se trata de empresas que “no hacen nada para desarrollar proveedores locales”. Dentro de los firmantes del comunicado, sostiene, hay que diferenciar entre los que están preocupados por la producción y quienes quieren libre disponibilidad de dólares para importar bienes terminados, no insumos.

El componente nacional, siempre en el centro de la disputa

“Ni Nissan, ni Renault están predispuestas a aumentar el componente nacional” en los autos patentados, aclaró Leonardo Almada. Desde el sindicato remarcan que hoy la automotriz nipona tiene “la capacidad instalada para fabricar el doble de camionetas que produce”. Sin embargo, pese a que “están dadas las condiciones para desarrollar proveedores locales”, eligen “privilegiar otro esquema de negocio”. Para el vocero de Smata no todos “aceptan la necesidad de promover la industria nacional”. En la vereda de enfrente está la otra japonesa, Toyota, cuyo modelo Hilux tiene “un 65% de componente nacional”.

Por su parte, desde las plantas ubicadas en Córdoba (Ferreyra) y Buenos Aires (El Palomar), Stellantis logró una integración de autopartes nacionales en torno al 50%. El Gerente de Comunicación del grupo dijo a LNM que en los últimos años hubo “un incremento importante” de proveedores locales. Las plantas proyectan aumentar la producción en un 33% respecto al año pasado, llegando a las 161 mil unidades; con 83 mil vehículos producidos en Córdoba y el resto en El Palomar. Más de la mitad de la producción tendría como destino el mercado externo. Las plantas “aún mantienen el ritmo de producción”. En el grupo esperan que la buena predisposición del Gobierno resuelva los cuellos de botella.

“Les dieron lo que pidieron”

Sin embargo, desde la entidad monetaria que preside Miguel Pesce tienen una posición más restrictiva de los dólares de lo que señala la cartera de Producción. En el BCRA señalan que entre el cuatrimestre que va desde octubre del año pasado hasta enero, la industria automotriz accedió a u$s 3.451 millones. Más de 800 mil millones de dólares que en el mismo período de hace un año atrás. “Anticiparon importaciones”, nos aclara una fuente del Central, “le dieron todo: financiamiento muy barato y subsidiado. Cobraron centralidad en la política industrial y avanzaron poco. Salvo excepciones, no han desarrollado la cadena de valor de autopartes”. 

Los custodios de los dólares aclaran que las empresas que superen el cupo pueden acceder a la moneda norteamericana a través del financiamiento de importaciones. Bajo esta modalidad la empresa recibe los dólares, trae la mercadería del exterior y paga a los 180 días el crédito a una tasa del 2% semestral. Pero el sector automotriz presiona para flexibilizar los controles lo que haría caer el saldo de la generación de reservas nuevas. En efecto, al sector no le preocupa mayor déficit, pero sí al gobierno, aclaran.

Tras la recuperación económica en torno al 10% durante el año pasado y un crecimiento proyectado de alrededor de cuatro puntos para este año, la aceleración de la actividad está mostrando su cara más indeseable. En una economía altamente inflacionaria y bimonetaria, con pocos sectores integrados verticalmente, los dólares generados nunca son los suficientes. En efecto, el aumento de la actividad demanda insumos importados (menos dólares); a la par, un aumento de la masa salarial también termina por presionar las divisas (por consumo o ahorro). Aquí es donde se dan las paradojas que condicionan los ciclos expansivos de la economía argentina. La aceleración del crecimiento económico celebrada ayer, puede ser lamentada de no tener los dólares suficientes para solventarlo y reproducirlo. Lo anterior expone la disyuntiva que atraviesa al equipo económico del Gobierno: mantener la aceleración, moderarla o congelar la actividad.