Melconian presidente
La ¿secreta? reunión de Cristina con Melconian lo ubica como una clara promesa de disrupción controlada que promete una transición dialogada y no alocada como la vociferan Milei o Espert. Solamente falta que Melconian se decida.
Tal como repetimos de diferentes formas en estas columnas, si bien estamos desde comienzos viendo cómo se engrosan las listas de los candidatos a la presidencia conforme el actual presidente pierde su imagen, por ahí el candidato con mayúsculas aún no había aparecido. Como la sorpresa de la candidatura de Alberto en su momento, ahora puede darse en cualquier momento que surja un tapado que logre ganar el puesto del opositor de oro para la presidencial del 2023. Esto puede suceder mañana mismo, dentro de unos meses o en cualquier momento de acá a que se inscriban las listas. También puede no suceder.
Pero para dar el batacazo con un as bajo la manga hace falta salir de la zona de confort y ser disruptivo que no es ni más ni menos que hacer algo que rompa con la norma, con lo establecido. Esa acción crea un nuevo valor y destapa un potencial existente. Esta salida de la zona de confort de la confrontación y la alimentación de la grieta es lo que veo en la tan llamativa cumbre Cristina-Melconian.
La ¿secreta? reunión de Cristina con Melconian despertó las miradas de quienes no captaron que venía saliendo un poco más de lo habitual en los medios y hasta le valió una serie de memes, incluso en el lado enfrentado de la grieta del economista asociado con el PRO. No faltaron los chistes que rememoraban a partir de esta reunión el sorpresivo video anunciando la “jugada maestra” de Cristina de candidatear a quien ahora insulta y desconoce en público, y decían que lo candidatearía ahora a Melconian.
Hoy estamos con pocos líderes y con poca gente que puede llegar a creer el caso de Melconian. Este personaje pese a su ampulosidad y sus afilados comentarios, es una clara promesa de disrupción controlada que promete una transición dialogada y no alocada como la vociferan Milei o Espert desde la comodidad de las redes.
Esta semana, a último momento se supo que Melconian tuvo una charla privada con Cristina apoyado con el IERAL (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) de la fundación Mediterránea a la que pertenece el economista y la cual nunca fue ajena a la política, basta señalar que el mismo Cavallo proviene de ahí. Esta reunión, fuera de llevar fuertemente el foco de la atención sobre el economista famoso por sus declaraciones, viene a demostrar que su comportamiento y sus dichos en los medios, parece ser capaz de mantenerlos en el diálogo político. Es famoso Melconian, fuera de por sus frases, por poder intercambiar de manera vehemente y enardecida sus ideas, pero sin pelearse y sin enojarse con el interlocutor. Es un debatidor que presenta pelea pero no pega debajo del cinturón y parece ser el ideal de ese partener de disputa que una vez terminado la discusión, nos tiende la mano para invitarnos a tomar una cerveza y hablar de fútbol o alguna pavada que logre amigarnos.
Entre cosas que en el mundo parecen normales y en la Argentina son un exotismo digno de la exposición zoológica, tenemos que Melconian se peleó con Macri para mantenerse fiel a sus ideas en torno de la independencia de la banca respecto de las decisiones políticas. De igual forma, lejos de las soluciones mágicas que señalan el problema en la maquinita o en los villanos oligarcas, Melconian insiste en que la salida de esta situación es muy compleja y a la par que no se escapa de responder a las teorías económicas que cree equivocadas, las toma con la seriedad que el tema merece.
Melconian hace años que está en el mundo político y económico y no sería descabellado pensar que podría ser un candidato por el reconocimiento mediático que genera a partir de su estilo descontracturado, sincero y divertido. Su estilo teñido por sus orígenes de barrio y por la locura que nos atraviesa a muchos por ser hinchas de Racing, nunca pasa inadvertido y siempre alimenta los comentarios de la prensa que pese a las risas simpáticas que despiertan sus ocurrencias, siempre toma como palabra a ser atendida.
Con estas cosas se ve que tiene con qué ser candidato a presidente si se apoyara en una alianza multipartidaria que podría con facilidad congelar definitivamente a Milei, mostrando para el público libertario que hay una forma de pensar los problemas más cercanos a su postura que las propuestas del kirchnerismo y que consisten en algo más que declarar propuestas sin sentido con mucha vehemencia y algunos latiguillos desacreditadores del oponente.
Por otra parte, pese a lo que pueda declarar o haber declarado, Melconian siempre dice que para hacer los cambios necesarios para encontrar un rumbo seguro, se necesita no solo el poder económico sino también el poder político.
Una de las cosas que más molesta y molestó a Melconian al interior de la alianza de Juntos fueron los egos y la pelea por la marquesina que hacen que todos crean su ideas superiores a las ajenas sin siquiera escucharlas.: “Acá el que se la cree, pierde”.
Con esa frase sola podríamos entender fácilmente que se reúne con la vicepresidenta si sus ideas parecen diametralmente opuestas a las del kirchnerismo, no porque haya panquequeado, como se dice, sino porque es verdaderamente una persona de diálogo. Porque es el mismo que, hace 6 meses, hizo un lanzamiento con pompas de la fundación IERAL que tiene mucho peso empresarial, en particular de las empresas de la provincia de Córdoba. Entre otras cuenta el apoyo de Arcor, Sancor, Astori, etc. Incluso la presidenta de la Fundación Mediterránea.
María Pía Astori, como gestora de este encuentro entre CFK y Melconian, señaló que es necesario avanzar en una agenda de acuerdos amplios que logren saltar la grieta, y parece que, junto con el futuro presidente Melconian, dio el primer paso para superar las discusiones inútiles de la política Argentina que por ahí empiece con esto abandonar las discusiones de salita de 5 para entrar en debates un poco más maduros sobre temas que nos importen. Solamente falta que Melconian se decida y empiece a ver qué lugar está empezando a ocupar le guste o no.