La inflación aceleró en junio al 5,3% y el dato de julio viene aún más alto
Lo confirmó el Indec. Salud y servicios de la vivienda fueron los rubros que más se encarecieron. Economistas advierten que aún no pasó lo peor: el año cerraría con 80%.
La inflación volvió a acelerar en junio, ubicándose en el 5,3% mensual y 64% anual, mientras que los datos relevados desde el arranque de julio indican que este mes todo está empeorando.
Hasta acá, son los peores datos de inflación desde la salida de la híper a principios de los años 90. Y, por la velocidad, van sedimentando registros de pobreza e indigencia que se conocerán el 28 de septiembre.
En junio el costo de la salud subió 7,4%. Y el ítem de vivienda, gas, agua y electricidad se incrementó 6,8%, debido al descongelamiento de tarifas que puse en marcha el Gobierno para reducir los subsidios que generan el 80% de déficit fiscal.
De acuerdo con las categorías, los productos de estación lideraron el alza con un 6,6% por el aumento de verduras, tubérculos y legumbres. Le siguieron los regulados (5,3%), por la medicina prepaga, las tarifas de electricidad y gas, y cigarrillos, precisó el Indec.
Si se miran los últimos doce meses, las prendas de vestir y los calzados se encarecieron 83,6%; los precios de restaurantes y hoteles se dispararon 81,9%; en tercer lugar quedó el rubro salud, con 67,2%.
El cuarto rubro que más se encareció en los últimos doce meses fue el de alimentos y bebidas no alcohólicas, con un alza del 66,4%. Esto impacta con mayor virulencia en la canasta que mide la indigencia, por lo que le pega con mayor fuerza a los más pobres.
INFLACIÓN: EL SALARIO PROMEDIO CONTRA LA CANASTA BÁSICA
Daniel Adler, especialista en Educación Financiera, señaló que el salario promedio de la economía ya solo cubre el 65% de la canasta básica de una familia e indicó que el 51% de los hogares argentinos “sobrevive” con menos de 79.000 pesos al mes.
Esto genera, según estimaciones de Adler, que actualmente haya 19.000.000 de personas que en la Argentina viven por debajo de la línea de pobreza, con más de cuatro millones en la indigencia.
Además de por las tarifas, la suba de índice en junio estuvo motorizada por la incertidumbre y la inestabilidad financiera, cambiaria y bursátil. La corrida se inició el 8 de junio y que tuvo más impacto hacia finales de ese mes.
Luego vino el recrudecimiento de la crisis política que generó la repentina renuncia del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, lo que disparó la incertidumbre e hizo que se desatara una masiva remarcación de precios por cobertura, un fenómeno que se repite cada vez más.
También en junio hubo incertidumbre por la escasez de combustibles, lo que hizo que miles de camiones redujeran la cantidad de fletes por el solo hecho de no poder poner sus motores en marcha en casi todo el país.
INFLACIÓN: LO QUE VIENE, AÚN PEOR
El economista Nery Persichini señaló que la inflación sigue rompiendo récords indeseables. El índice subió 36,2% en el primer semestre, el salto más alto para un período así desde 1991.
“La cifra anualizada de 2022 es 86%. A esta velocidad, los precios se duplican cada 13 meses”, dijo Persichini, y señaló que junio registró la mayor inflación anual (64%) desde enero de 1992.
Pero lo más impactante es que aún no pasó lo peor. Mariano de Miguel, economista coordinador del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) advirtió que con estos resultados “el anhelo de consolidar un sendero a la baja del ritmo inflacionario queda postergado”.
De Miguel dijo que es “alta la probabilidad” de que “julio traiga peores noticias en materia inflacionaria”. En ese sentido, señaló que aunque parezca paradójico, en la cancha de las macro finanzas la Argentina se juega el partido de la mayor o menor integración e inclusión social (inflación, poder adquisitivo, pobreza)”.
El tipo de cambio oficial acumuló un alza del 20,45% en el primer semestre. El Gobierno lo sigue usando como ancla para la inflación. Pero el tipo de cambio paralelo saltó 39 y toda esa suba se dio en junio.
Si bien el “blue” es un mercado chico, tiene un fuerte impacto en las expectativas de devaluación. Además, la brecha cambiaria –que este jueves se ubicó en el 114%- genera enormes distorsiones en el sistema de precios.
El Gobierno de Alberto Fernández ahora está trabajando para intentar morigerar lo que será el dato de inflación de julio, pidiendo a supermercados, productoras de alimentos, bebidas y artículos de consumo masivo y a farmacéuticas que den marcha atrás con las remarcaciones que hicieron la semana pasada.
Pero, a pesar del impacto de la inflación global que es concreto por la invasión rusa a Ucrania, la gestión de Fernández sigue sin contaron con un plan claro para intentar enfriar los precios, que pueda mejorar en algo las expectativas de los consumidores.
Silvina Batakis, ministra de Economía, espera que la tendencia al equilibrio fiscal vía control del gasto público y un aumento de la productividad por sí solos pisarán el freno de los precios de la economía.
En tanto, los bancos y consultoras que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado que el Banco Central realiza todos los meses calculan que este año cerrará con una inflación del 79,2%, dejando un piso altísimo para el 2023, un año que estará marcado por las elecciones.