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Calchín le rindió homenaje a Julián Álvarez

Con un pueblo colmado de hinchas argentinos, Julián Álvarez fue homenajeado tras consagrarse campeón mundial en Qatar.


Mientras nos dirigíamos por Ruta 19 y luego por Ruta 13 hacia Calchín, observábamos largas caravanas de camionetas, automóviles, motos y hasta bicicletas con algo celeste y blanco.

En las localidades previas a Calchín, los vecinos aguardando su paso ya que se encontraba en Arroyito.

Un despliegue de seguridad sin precedentes, con patrulleros y motos por tierra, y helicópteros en altura. Todo salió a la perfección.

Al llegar a Calchín, lo mismo que nos sucedía en el viaje se repetía desde el oeste con caravanas desde la capital provincial y ciudades aledañas.

El pueblo de casi 3000 habitantes se convirtió de repente en ciudad con la gran cantidad de personas que con camisetas y banderas argentinas no querían perderse la presencia de una de las figuras del Mundial en Qatar. Según la Policía de Córdoba hubo 20.000 personas.


La caravana acompañó a la Araña, vestido con la camiseta de la Selección y la medalla de oro desde la entrada, pasando por las calles San Martín, Belgrano y General Paz hasta llegar a Colón, donde está ubicado el estadio del Club Atlético Calchín, donde lo esperaba el grueso de la gente y la mención especial: Ciudadano Ilustre. El intendente, Claudio Gorgerino, le entregó una plaqueta con la llave de la ciudad.

Padres con niños, mujeres, personas de la tercera edad, nadie se lo quiso perder. Obviamente que las tribunas no alcanzaron por lo que cualquier espacio donde se podían ubicar era ocupado: techo de la cantina, tapial o columnas de iluminación. También techos o balcones de viviendas vecinas al estadio.

Salió por el túnel como tantas veces lo hizo de chico en donde lo esperaban todos los niños de Divisiones Formativas del club para guiarlo hacia el escenario armado para la ocasión.

Se tomó el tiempo de dar la vuelta olímpica con la copa en mano y saludar a todos los presentes. También firmar autógrafos a quien le tire alguna camiseta.

Su humildad, la desfachatez por su edad, su sencillez, sigue siendo un pibe del interior del interior aunque viva en Inglaterra y ya haya triunfado en River, Manchester o la selección.


Llegó el turno de dar algunas palabras sobre el escenario que hizo emocionar a todo un pueblo y mucho más a quienes quisieron estar presente.

«Es difícil hablar en un momento así, es la alegría más grande que tenemos los argentinos. Voy a decir lo que me salga del corazón. Estoy agradecido de por vida, desde el primer día con la gente de Calchín. Cada día nos sentimos más orgullosos de ser argentinos. Haber cumplido un sueño para mi familia y mi país, es difícil ponerlo en palabras”.

“Quiero pedir disculpas porque no pude responder todos los mensajes de apoyo porque son muchos. Le quiero decir a la gente bánquenos y aliéntenos simpre que dentro de la cancha vamos a llevar a lo más alto a la Argentina. Fue una locura lo que se vivió en Qatar. Éramos locales, los 45 millones que estaban en Argentina, jugaron allá. Soñé con ganar estas cosas. Siempre me apoyó mi familia y mi novia. Que se me diera con 22 años es algo increíble y siempre hay cosas por seguir soñando porque es el propósito de la vida”, mientras miraba fijo a los jóvenes que lo estaban escuchando con atención.

Damián Piana, presidente del Club Atlético Calchín fue el encargado de anunciar que el estadio de la institución, que no tiene nombre, pasó a llamarse “Julián Álvarez”, así como también se proyecta una estatua del futbolista que luego brilló en el River de Marcelo Gallardo.

La celebración y el plato fuerte de la jornada fue el recital de la banda cordobesa Los Caligaris, una de las preferidas de Julián, quien llegó a subirse a un escenario con ellos a cantar en Tecnópolis en enero de 2022.

El jugador cantó con los músicos, arengó al público, se divirtió y cerró la jornada regalando pelotas de fútbol a sus seguidores. Una tarde de fiesta absoluta en el pueblo de la Araña. Todo transcurrió en paz y armonía. El campeón y su gente, felices.

Una verdadera fiesta merecida por un pibe que nunca perdió su humildad ni sus orígenes y volvió a su pueblo para devolver tantas muestras de apoyo.