A la industria cordobesa no le aprueban 2 de cada 3 importaciones
Sin dólares. El 62% de las Sira pedidas por las fábricas locales para traer insumos que les permitan producir están pendientes, según un relevamiento de la Unión Industrial de Córdoba (UIC). Prevén que el panorama puede empeorar. Ya afecta al empleo.
Días definitorios comienzan a transitar un extendido número de industrias cordobesas alcanzadas por la fuerte restricción a la importación de insumos que impone el nuevo régimen de autorización para acceder a las divisas necesarias para pagar las operaciones, conocido como Sira.
La problemática incide con mayor gravedad en las pequeñas y medianas empresas, dado que muchas de las grandes compañías detentan acuerdos sectoriales con el Gobierno (el caso de las automotrices) o bien se encuentran comprendidas en el esquema de Precios Justos, que les habilita dólares si respetan los precios máximos acordados.
Para el resto solo hay enfrente un extenso desierto, dominado por complejos formularios, reglas que no se cumplen, prohibiciones y falta de respuestas. El resultado, cada vez son más las firmas que aseguran que tienen stock de insumos para la producción por un par de semanas.
Según un relevamiento de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), desde que comenzó a regir el Sira –en una fecha emblemática, el 17 de octubre de 2022– hasta la semana pasada, sobre 1.133 autorizaciones gestionadas por la industria cordobesa, el 62% está “pendiente de aprobación”.
El dato, confirmado, surge de un trabajo conjunto realizado por la UIC con la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec), entidad esta que se ocupa de verificar que toda la documentación presentada por las empresas que piden la luz verde esté en orden con las normativas.
La problemática comienza a impactar en la situación laboral, dado que algunas industrias impedidas de acceder a los insumos ya achicaron sus niveles productivos, venden con cupos y, en consecuencia, anulan puestos con contratos a plazo fijo, por lo general tercerizados. ¿Hacia dónde podría escalar el panorama?, es una pregunta cuya respuesta el empresariado prefiere no imaginar.
Con sólo el 37% de las importaciones aprobadas, no existen dudas que hay una veda en el acceso a los bienes que se necesitan traer del exterior. Ese porcentual disminuye aún más drásticamente cuando se trata de bienes finales, en cuyo caso el más afectado es el comercio que no tiene mercadería para vender.
“Las importaciones constituyen una de las mayores preocupaciones que hay en la industria. Es fundamental para el crecimiento y desarrollo en un mundo globalizado donde nadie produce todo lo que vende”, señala Luis Macario, presidente de la UIC.
En la última etapa del año pasado se produjo una leve mejoría en la tasa de aprobaciones de las Sira pedidas que fueron 876 desde aquel día de octubre. Se pasó entonces del 27% al 44% de operaciones avaladas. La cifra, sin embargo, implica que estaba pendiente de salir el 54% y otro 2% fueron anuladas.
Pero este 2023 que transcurre por su primer mes de actividad arrancó áspero. Hasta el momento se han gestionado 257 Sira de las cuales apenas el 33% resultaron aprobadas por los tres organismos estatales que intervienen: la Afip, el Banco Central y la Secretaría de Comercio de la Nación.
Como contrapartida, el 62% de los pedidos se encuentran pendientes de resolución y un 1% anuladas.
Los sectores con mayor cantidad de pedidos son la industria plástica y las fábricas de alimentos y bebidas, con el 18% cada uno; el autopartismo, con el 14%, la salud, 8% y la energía, 7%. Estos cinco rubros constituyen el 65% de las Sira gestionadas en Córdoba.
QUIÉN MANEJA LOS PLAZOS
Otra situación que el Estado no cumple está vinculada con los plazos para disponer de las divisas a fin de pagar las compras. Las pequeñas empresas deberían poder hacerlo en 60 días, según regulaciones oficiales. Las medianas del tramo 1, en 90 y las del tramo 2, en 120.
“No podemos saber exactamente si esta normativa fijada por el Gobierno se cumple o no”, dijo Macario.
Ramón Ramírez, presidente de la comisión autopartista reconoció que en la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes “hay mucha inquietud” por la evolución de los acontecimientos.
“Está muy complicado, las Sira que se aprueban (independientemente del tamaño de la empresa) están con plazos a 180 días”, puntualiza.
A ese ciclo hay que agregarle uno a dos meses que van desde que la industria encarga la mercadería hasta que está en destino para su liberación. Son de siete a ocho meses de ajetreo en un país con incertidumbre en materia inflacionaria y cambiaria.
RUMBO AL QUIEBRE DE STOCK
“¿A cuánto va a estar el dólar de acá a ocho meses?”, se pregunta Diego Karabitian. “Es difícil vender sin saber cuál es el corto de reposición”, indica el empresario que fabrica una conocida marca de bicicletas de mountainbike.
La advertencia es clara: “Estamos quebrando stock de muchas cosas, cada vez va a haber menos mercadería disponible”, dice el titular del Grupo Carlos Karabitian y Venzo Argentina.
“Todo lo que sea Sira está diferido entre 90 y 180 días a partir de que la mercadería llega al puerto. Si usted difiere los pagos tantos meses, primero necesita el okey de los proveedores pero de inmediato genera un pasivo en dólares con el exterior que uno no sabe si podrá afrontar o no”, explicó.
Esa incertidumbre se agrega a las ya propias del país fronteras adentro. “Ya comenzamos a tener faltantes, se va agudizar. Sabemos que vamos a quebrar stock de mercadería para vender. Además, si porque una Sira no se aprueba nos falta una pieza determinada, la bicicleta no se termina de ensamblar, eso excede la capacidad económica de cualquier empresa”, sostuvo.
SIN INSUMOS PARA EL CHOCOLATE
En la industria alimentaria sucede lo mismo. Nuevos Sabores SRL, una conocida elaboradora de chocolates industriales de barrio Los Boulevares con más de tres décadas de actividad y en el comercio exterior, se viven horas decisivas.
“Atravesamos el incendio de parte de nuestra planta pero no fue tan difícil para recuperarnos como lo que nos sucede ahora”, compara Pablo Souza, directivo de la firma familiar. Desde que arrancó el Sira consiguieron solo una aprobación.
En este momento la industria debería estar elaborando la mercadería que otras fábricas necesitan para las Pascuas –la temporada alta del chocolate– pero no hay forma de conseguir los cuatro contenedores con insumos que necesitamos por mes, dos de cacao y dos de aceite de palma, productos que no se hacen en la Argentina.
Cuando la firma adquiría mercadería con las viejas Simi (una autorización menos compleja) a plazo, no tenía inconvenientes. Luego con las Simi C, quedó obligada a certificar stocks pero conseguía superar ese escollo burocrático. “Ahora estamos hablando de un ahogo total en la producción, el único insumo que hay es azúcar”, describe Souza.
“Si no tienen divisas, deberían dejar que las empresas usen sus propios dólares a través del MEP. Si uno va al contado con liquidación, queda afuera del mercado oficial de cambios y es peor. No sabemos ya qué hacer”, plantea.
En una industria del rubro plástico, esa incertidumbre de no saber con qué producir al otro día, se vivió hasta hace unos días en una empresa fabricante de packaging. “Nos habían aprobado 44 mil dólares en Sira sobre un pedido por un millón de dólares de insumos. Teníamos stock para 30 días a un ritmo del 40% de la producción. El jueves misteriosamente nos aparecieron el 70% de las Sira aprobadas”, relató uno de sus dueños.
IMPORTACIONES: ALERTAN QUE LA RESTRICCIÓN PODRÍA AGRAVARSE
Para la UIC el panorama podría agravarse a medida que vaya transcurriendo 2023. Según el análisis de la entidad fabril, las restricciones “van a seguir mientras no haya un cambio estructural en la composición de la balanza comercial”.
“El Gobierno atrasó el tipo de cambio oficial con un 72% frente a una inflación 22 puntos mayor”, explica su titular, Luis Macario. Aún con la aceleración del ritmo de devaluación, “igual quedó un tipo de cambio atrasado que incentiva las importaciones y desincentiva las exportaciones”, dijo.
Macario apuntó que con las dos versiones del llamado “dólar soja” el Estado “termina por admitir que el tipo de cambio oficial no representa el valor real”.
“A todo esto se suma la sequía cuya gravedad está marcada por el contexto de tres años seguidos de falta de agua. Esto le va a restar a las exportaciones agroindustriales un volumen importante y complicar aún más el panorama que tenemos”, agregó.
La intención del Gobierno, dijo Macario, pasa por “no sincerar esta variable” del tipo de cambio “y esto significa que la situación de las importaciones va a seguir comprometida, vamos a tener que continuar trabajando caso por caso y ver cuáles son los insumos más importantes para no parar las plantas”.
Fuente: La Voz del Interior.