La diversidad colmó la segunda noche de Cosquín Rock
La presencia de referentes clásicos del Rock Nacional, de las nuevas olas musicales encabezadas por el Trap, y el cierre fiestero de la mano de distintos DJs convocó a un público masivamente variado para colmar el predio del Aeródromo de Santa María de Punilla.
José Novarese, especial para Diario San Francisco
A diferencia de los que fue la jornada del sábado donde ya no había como improvisar abrigo, el sol pegó bien fuerte hasta avanzada la tarde en la montaña, apaciguando la noche con un clima mucho más agradable para disfrutar del semejante evento entre las sierras.
La jornada se abrió pasadas las 14hs con las presentaciones de Jóvenes Pordioseros y los platenses de Cruzando el Charco, visitando por tercera vez el festival. Eran las 5 de la tarde y la presentación de El Plan de la Mariposa se hacía desear por algún aparente problema técnico. Solucionado el inconveniente, los de Necochea arrancaron su set un cuarto de hora más tarde de lo previsto y debieron alterar su lista inicialmente prevista para ajustar los tiempos de un festival que se caracteriza y pone énfasis en la puntualidad. A pesar de esa modificación, la contundencia de su propuesta dejó de manifiesto porqué son una de las bandas que más ha crecido en estos últimos tiempos. Desde el inicio con el gran hit El Riesgo, pasando por La vida cura con el feat de armónica a cargo de Panchito Chévez (el “hermano de la vida” de León Gieco manifestó ser fanático de este tema) y cerrando con Mal delito, los hermanos Anderssen y Cía. dieron un show a la altura de lo esperado, de acuerdo con el gran momento musical que están atravesando.
Aclarando que iba a interpretar temas “suyos” (alejando la inevitable referencia a su papá Ciro), Manu Martínez convocó a un buen puñado de piojosos o persistas que se acercaron al escenario Montaña para relajarse con el Folk/Rock de Manu Martínez, a la espera de la presentación posterior del referenciado ex líder de Los Piojos. Transcurriendo la media tarde el predio ya lucía complicado para el tránsito por la cantidad de gente, aunque el malón tenía en su mayoría el mismo destino: escenario Sur para disfrutar de la “Roca Viva del Rock and Roll” como dijo por ahí algún fanático, mientras esperaba la llegada de Fito Paez.
El Rosarino es una garantía y eso está reflejado en la cantidad de público que año a año va en aumento en cada una de sus presentaciones en el festival, sumado eso a la resonante gira aniversario de la publicación de El amor después del amor. Precisamente la pieza que da nombre al disco más vendido de la historia de nuestro rock fue la que abrió el espectáculo, seguido de himnos del calibre de Dos días en la vida, 11 y 6 o Pétalos de Sal. Vestido con un llamativo conjunto gimnástico amarillo, Fito arengó a un público que respondió coreando cada uno de esos hits. Lamentó la inevitable superposición de agrupaciones y que la gente no pueda disfrutarlos a todos, para luego encarar el cierre de su presentación con el infaltable Al lado del Camino, Polaroid de locura ordinaria y Ciudad de pobres corazones.
En el otro extremo del aeródromo, Las Pastillas del Abuelo eran las apuntados por el mencionado lamento de Fito, aunque con un predio a esa altura colmado como nunca se lo había visto, los comandados por Piti Fernández regocijaron a sus fieles con impecables versiones de Rompecabezas de Amor o El Sensei.
La obtención de “la 3º” fue durante todo el fin de semana motivo de algarabía, goce y conexión entre los artistas y el público, fue así que los No te va a gustar el sábado, como Ciro o Airbag el domingo hicieron uso de esa conquista. De hecho, los hermanos Sardelli se despacharon un una versión del Himno Nacional Argentino que motivó el coreo de la melodía cual Estadio Lusaill y el festejo posterior inevitable. La potencia en vivo de los de Don Torcuato es una de sus características fundamentales, y a fuerza de éxitos como Cae el sol o Noches de insomnio es que se fueron metiendo en la conversación grande de la distribución de la grilla del festival.
En simultáneo a la potencia de Airbag, muy cerca en el escenario Montaña, Bandalos Chinos ponía a mover los pies y las cabecitas a los fanáticos que, año a año a través de sus 6 presentaciones en el festival, se va incrementando notablemente, marcando que los liderados por Goyo Degano también están dispuestos a ocupar horario central. Desde la presentación oficial en vivo de Me estoy enamorando (lanzado el pasado 14 de febrero), hasta aquel primer hit Vámonos de viaje, pasando por Departamento o Demasiado, los Bandalos mostraron todo su glamour bailable sobre un escenario que comenzaba a recibir la noche y las primeras coreografías del público con sus celulares encendidos a pedido del artista.
Uno de los platos fuertes del día 2 era, sin duda alguna, la presencia de Ciro y Los Persas. Por 21º vez el ex líder de Los Piojos pisó el escenario de Cosquín Rock, en diferentes etapas con sus dos agrupaciones. Es sabido que, cada vez que aparecen en el predio de Santa María, lo hacen con alguna sorpresa, y obviamente ésta no fue la excepción. Ciro, Los Persas y la banda Sinfónica de Villa María abrieron el set con Antes y Después, Pacífico, Ruidos y Canción de Cuna, este último con la presencia de la niña mendocina La Jose, como explicó el propio líder que se hace llamar la única invitada de su último disco Sueños, grabado con la Sinfónica de Mendoza. El momento Campeón del Mundo llegó con Luz, de Naranja Persa, proyectándose en la pantalla imágenes de la selección, sensibles para todos, de la obtención del título en Qatar, con presencia de la Copa del Mundo al costado de la batería y la leyenda “Gracias Selección” bien grande en el final en pantalla. Un pasaje nostálgico que propuso el cantante recordando un viejo amor fallido al que le había dedicado Y que más, Gris y mucho tiempo después Insisto, tema de 27, su disco debut con la actual banda. El final llegó con el infaltable Farolito, enganchado a muévelo y El balneario de los doctores crotos, para cerrar con Astros y otro festivo remate.
La facción más joven de la multitud, a esa altura ya deliraba en el escenario Sur con Dillom, el nuevo gran exponente del Trap. Manteniendo esa línea, el cierre de ese espacio estuvo a cargo de Ca7riel y Paco Amoroso, que con improntas bien variadas dentro del espectro musical, alivianaron ese peso de tener que ponerle el broche a esa punta del predio. Todo mientras en el escenario Montaña Babasónicos repartía una baraja amplia de éxitos de su maso, Delétrico o Los Calientes fueron dos de los destacados entre tantos que cobija la agrupación liderada por un siempre elegante Adrián Dargelos.
El segmento final de la fiesta estuvo reservado en gran parte del predio a la fiesta, con el Neerlandés Tiesto en el Montaña como número fuerte de los exponentes de la electrónica, o la fiesta Katana en el escenario Paraguay y la Polenta en el Boomerang, que repartieron a los que aún conservaban saldo de energías en sus piernas luego del trajinar de dos días intensos.
El candado en el escenario Norte estuvo a cargo de unos viejos conocidos, Las Pelotas cumplieron con su asistencia perfecta + 1 (el año pasado tuvieron carpa propia y tocaron las dos noches), con una presentación tan exacta como caracteriza a los comandados por Germán Daffunchio.
Quedará el recuerdo de “Sold out” por primera vez en 23 ediciones, seguramente con la alegría de haber podido colgar ese cartelito, pero con la incógnita de cómo seguir ante la creciente demanda post pandemia de consumo de shows en vivo y experiencias variadas como lo propone la producción en semejante evento, es que el predio claramente ya no da para más, luego de ser agrandado para esta edición con la inclusión del escenario Montaña para el que, literalmente, se le comió una parte al paisaje, no quedan demasiadas alternativas para poder complacer a ese público masivo. Será tiempo de volver a aquellos maratónicos 3 días de festival como lo fue varios años atrás o la producción volverá a sorprendernos con alguna otra alternativa?. Lo cierto es que, por más perfecto que sea, siempre quedan cosas por mejorar y por las que trabajar, y Palazzo y Cía. saben y mucho de eso.