El teléfono móvil como puente de acceso al mundo comercial
Los dos sistemas de pago móvil que más se usan hasta ahora son los siguientes: Por un lado, el que permite pagar con la suscripción a un plan pre-pago o post-pago de una operadora móvil, conocido como «micropago» por manejar cantidades bajas de dinero. Y por otro lado, los pagos que se realizan a través del teléfono móvil usando el dinero de una cuenta bancaria o tarjeta de crédito.
Tecnología inclusiva
La implementación del pago móvil, además, se está convirtiendo en una medida efectiva de inclusión económica y social, contribuyendo al desarrollo de comunidades con recursos limitados.
Esta modalidad permite ofrecer un puente alternativo a quienes viven en zonas aisladas donde no existen bancos (o a quienes no tienen una cuenta en ellos), para realizar pagos sin necesidad de traslados ni de usar dinero en efectivo.
Principalmente, el también llamado «dinero móvil» nació con la intención de suplir a un nicho que estaba desantendido por parte de las grandes corporaciones bancarias.
Ya en 2009 un reporte publicado por el Financial Access indicaba que mundialmente el 50% de la población adulta no utilizaba ningún sistema bancario. Ante esta realidad, algunos bancos buscaron establecer alianzas con las operadoras móviles para disminuir esa enorme brecha comercial.
Dichas alianzas consiguieron su justificación en el creciente uso del teléfono móvil en todos los estratos económicos. En 2014 la Unión Internacional de Telecomunicaciones pronosticaba para el año 2016 la existencia de un mayor número de suscripciones de telefonía móvil que habitantes en el mundo.
Así mismo, una investigación realizada por Juniper Research, titulada Mobile Payments Study (Estudio del Pago Móvil), estima que este año las transacciones monetarias móviles en el mercado global excederán los 670 mil millones de dólares.
De aquí el auge del sistema de pago móvil, el cual ha tenido un gran alcance y un alto nivel de penetración en economías menos desarrolladas, donde se está poniendo en práctica bajo diversas formas. Sin embargo, el camino hacia su masificación aún es largo.
Dos ejemplos distintos de uso de la telefonía móvil como medio de pago
M-Pesa (Kenia)
Desde Kenia, en África Subsahariana, se gestó un cambio radical en la economía de la región. Esto es gracias a M-Pesa, un sistema de pago móvil que nació en 2007 como resultado de la alianza entre las compañías de telecomunicación Safaricom y Vodafone.
El sistema, que supera los 15 millones de usuarios, permite realizar pagos por numerosos productos y servicios sin necesidad de: usar efectivo, poseer un teléfono de última generación, tener una cuenta bancaria, vivir en la ciudad, ni de contar con una dirección permanente.
Más del 50% de kenianos lo ha utilizado, aumentando así su participación en la economía del país, de la que anteriormente estaban excluidos. Actualmente, en Kenia hay más agentes de M-Pesa que sucursales bancarias.
¿Cómo funciona M-Pesa? Los usuarios pueden cargar saldo virtual en su crédito del teléfono móvil en cualquiera de las tiendas pertenecientes a la red del sistema registradas como agentes M-Pesa. Dicho crédito se llama e-float, el cual se puede intercambiar o transferir entre usarios de teléfonos móviles a través de un simple SMS (mensaje de texto) y de un sistema de códigos de seguridad. Quien recibe el pago puede convertir a los e-floats en dinero físico en las agencias autorizadas o seguir usándolos de forma virtual.
Tigo Money (Latinoamérica)
Enviar o recibir dinero, pagar facturas, servicios y cuotas, además de hacer compras en comercios a través del teléfono celular (tanto de forma remota como física), son las opciones del sistema de pago Tigo Money (TM), servicio que ofrece la operadora de telefonía móvil Tigo, filial del Grupo Millicom International Cellular.
La empresa tiene presencia en países de Europa y África, y en Latinoamérica está en Bolivia, Paraguay, Honduras, Colombia, Costa Rica y El Salvador, donde trabaja conjuntamente con bancos, financieras y comercios locales en la creación de la red de pagos móviles.
En Paraguay, por ejemplo, la cantidad de agentes autorizados de Tigo Money es tres veces superior a la de entidades bancarias y financieras.
Este tipo de servicios, si bien tiene un objetivo meramente comercial, resulta una alternativa válida que promueve la inclusión de grupos sociales aislados geográficamente o excluidos económicamente.
Fuente: Roberto Arriola.