Puede haber ruptura del idilio: ¿Javier Milei podrá mantener su liderazgo?
La institucionalización del movimiento y la creación de una estructura partidaria formal corren el riesgo de diluir la imagen de outsider y anti-establishment del primer mandatario. Por Eduardo Reina.
Uno de los autores más influyentes que ha discutido la ruptura del idilio entre el líder y la ciudadanía es el sociólogo y economista alemán Max Weber. En su obra «Economía y sociedad» (Wirtschaft und Gesellschaft), describe tres tipos de autoridad: tradicional (patriarcas, patrimonialismo, feudalismo), legal-racional (ley y estado modernos, burocracia), y carismática. Esta última, que bien puede aplicarse a la figura de Javier Milei, se basa en una devoción hacia la figura del líder y sus cualidades excepcionales. Sin embargo, la legitimidad carismática depende del continuo éxito y la demostración de habilidades extraordinarias.
Weber también señala que a medida que un movimiento carismático intenta institucionalizarse, puede perder la conexión emocional con sus seguidores. La transición de un liderazgo carismático a una estructura más burocrática y racional puede desilusionar a aquellos que estaban motivados por la inspiración personal del líder.
En el contexto argentino actual, Javier Milei es visto como un líder carismático. Su conexión emocional con los seguidores y su capacidad para inspirar son fundamentales en su discurso y en su estilo disruptivo. Sin embargo, la institucionalización de su movimiento y la creación de una estructura partidaria formal corren el riesgo de diluir su imagen de outsider y anti-establishment, lo que podría alejar a sus seguidores más fervientes.
Milei ha construido su base de apoyo en gran medida debido a su personalidad y su capacidad para desafiar el status quo. A medida que comienza a formar estructuras en el gobierno, intenta imponer su impronta y control absoluto sobre su movimiento, sin permitir un intercambio de opiniones significativo entre los mismos integrantes de su gabinete.
Este enfoque, sumado a que no tiene un equipo propio en gran parte del gabinete (con un 60% de los puestos controlados por Massistas, La Cámpora y seguidores de Alberto Fernández), podría alienar a aquellos que buscan una participación más activa y democrática.
«El Jefe» Karina Milei, su hermana, y unos pocos colaboradores están trabajando para institucionalizar el movimiento. La formalización podría erosionar la conexión emocional que Milei tiene con su base y convertirlo en otro político más del sistema que inicialmente se propuso cambiar.
Estamos en una época bisagra. Los primeros meses de gobierno se les concede un período de gracia para que las políticas implementadas comiencen a surtir efecto. Es común observar una paciencia incrementada por parte del electorado.
Sin embargo, los outsiders representan una ruptura mucho más drástica con el status quo. Al evaluar el caso de Milei, vemos que aún no ha podido aprobar una ley en el Congreso por su propuesta, y ha tenido ya varias manifestaciones sindicales y sociales en su contra, y en tan poco tiempo un gran numero de conflictos internacionales por sus dichos y hechos
La situación económica es un gran termómetro de tolerancia para la sociedad. El estado actual de la economía, con una ciudadanía empobrecida por la recesión y con precios de alimentos básicos difíciles de comprar, pone a prueba la resiliencia de los seguidores de Milei.
Según el Ministerio de Trabajo, 62,920 trabajadores perdieron su puesto de trabajo en los primeros tres meses de gestión de La Libertad Avanza, con una estimación de una caída adicional de 34,166 puestos en el sector privado durante el tercer mes del año. La industria retrocedió un 21% interanual, la capacidad instalada se derrumbó al 53,4%, y la construcción cayó un 33% interanual, principalmente por el freno de la obra pública. El índice general de la actividad se retrajo un 9,7% interanual en marzo, según Orlando Ferreres & Asociados.
El retroceso del empleo registrado desde agosto de 2023 se explica en gran medida por el comportamiento de la industria de la construcción, que en el mismo período contabilizó 72,605 trabajadores menos (el 77% del total de este período). El empleo registrado disminuyó en 21 provincias, con aumentos en Chubut (1,8%), Salta (1,1%) y Mendoza (0,8%), mientras que las provincias más afectadas fueron Tierra del Fuego (-6,2%), Formosa (-6,0%), La Rioja (-6,0%), Misiones (-5,1%) y Santiago del Estero (-5,5%).
Los ciudadanos que apoyan a Milei esperan cambios rápidos y radicales. Si perciben que el cambio es demasiado lento y doloroso, podrían desilusionarse y retirar su apoyo. Esto reduciría su atractivo para los votantes que buscan un cambio genuino y no una mera reconfiguración del sistema existente.
La concertación política no significa necesariamente la renuncia a los principios fundamentales. En la práctica, puede ser una herramienta para encontrar puntos comunes y avanzar en soluciones pragmáticas sin traicionar las convicciones básicas. Por ejemplo, líderes como Nelson Mandela lograron negociar y concertar sin abandonar sus principios fundamentales de justicia y equidad.
Para Milei, la concertación política podría significar un enfoque estratégico que permita avances significativos en su agenda sin comprometer sus ideales centrales. Podría implicar negociaciones en áreas donde existen intereses comunes, mientras mantiene firmes sus posiciones en cuestiones clave. Este enfoque no solo podría ampliar su base de apoyo, sino también aumentar su eficacia como líder en un entorno político complejo.
En este contexto, Milei apunta claramente a las elecciones futuras. Pero la gran pregunta es: ¿podrá mantener su liderazgo mientras estructura su movimiento en un partido formal? ¿O perderá el idilio con su gente en el proceso?
La historia de muchos líderes sugiere que este camino está lleno de riesgos, donde la disrupción inicial puede ceder ante la burocracia y la desilusión. Solo el tiempo dirá si Milei logrará superar estos desafíos o si su reinado será efímero en la tumultuosa arena política argentina.
«La gestión es eficiencia para subir la escalera del éxito. El liderazgo determina si la escalera está apoyada contra la pared correcta». — Stephen Covey