El 40% de los universitarios que apuestan en línea tienen conductas problemáticas o de riesgo
Así lo revela una investigación de la Facultad de Psicología de la UNC entre jóvenes de 18 a 21 años.
Un estudio realizado por la Unidad de Estudios Epidemiológicos en Salud Mental de la Facultad de Psicología de la UNC reveló que el 40% de personas de la comunidad estudiantil universitaria encuestada apostó dinero en juegos en línea al menos una vez.
La investigación, llevada a cabo durante la primera quincena de octubre de 2024 a 496 jóvenes de 18 a 21 años, indicó que las dinámicas del juego digital responden a motivos de entretenimiento, pero también pueden derivar en comportamientos de riesgo y patológicos.
Aunque el fenómeno representa una preocupación en aumento en Argentina, existen pocas investigaciones al respecto. “En nuestro país hubo mucho rechazo al concepto de adicciones comportamentales. La palabra dicción está siempre asociada a consumo de sustancias y recién cuando la OMS reconoce la existencia de trastorno por juego de apuestas los profesionales aceptaron que esto ocurría y buscaron información relacionada”, explicó Leticia Luque, integrante del equipo de investigación.
Datos relevantes
Uno de los datos que arrojó el estudio publicado en Unciencia es que los varones muestran mayor propensión a participar en apuestas en línea (42%) en comparación con sus compañeras (26%). El 80% de estudiantes que se identifican con otros géneros contestaron haber apostado.
La probabilidad de haber participado en apuestas en línea aumenta con la edad y las personas de 21 años presentan una mayor tasa de participación, en comparación con las de 18 años, menos expuestas a esta práctica.
Respecto de quienes apuestan más, los estudiantes de la ciudad de Córdoba mostraron mayor tendencia a apostar en línea, seguidos de cerca por quienes provienen del interior de la provincia. Estudiantes de otras provincias u otros países presentaron tasas más bajas de participación.
Otro dato relevante del estudio es la relación entre los ingresos económicos propios y la frecuencia de juego. El 74% de estudiantes que trabajan para financiar sus estudios admitieron haber apostado alguna vez, frente al 35% de quienes dependen económicamente de sus familias.
Entre 196 estudiantes que afirmaron haber apostado alguna vez, más de la mitad indicó que su principal actividad son los casinos en línea, mientras que 12% se inclinó exclusivamente por las apuestas deportivas.
A pesar de la alta tasa de participación, sólo 18% de quienes alguna vez apostaron continúa haciéndolo de forma activa. El resto mencionó haber dejado de jugar por varias razones, siendo las más comunes la falta de interés o el aburrimiento.
Por otro lado, más del 60% de las personas que afirmaron haber participado en apuestas en línea no presenta actualmente problemas significativos relacionados con el juego.
Sin embargo, 16% fueron clasificadas como “jugadores problema”, lo que indica que ya están experimentando consecuencias negativas a nivel personal, social o académico.
En cuanto a “jugadores en riesgo”, que son quienes no han desarrollado aún un problema grave, pero presentan conductas que podrían derivar en eso, el estudio detectó 22% en esta categoría.
Cómo abordar la problemática
El informe deja claro que las apuestas en línea están lejos de ser una actividad inofensiva para una parte significativa de la juventud universitaria. Para acercarnos a una solución, Luque señaló la importancia del trabajo interdisciplinario de informar y concientizar.
“Publicar el informe para nosotros es clave, porque mientras no se reconozca la existencia de un problema no podemos discutirlo en serio. Esto quiere decir abrirle los ojos a los padres, a las instituciones educativas y llamar la atención de los legisladores”, dijo la investigadora.
Y agregó: “las políticas prohibicionistas no aminoran el comportamiento, sólo generan que la gente busque cómo violar las leyes para seguir haciéndolo. La estrategia es al revés, hablemos de esto y veamos cómo hacer que la gente pueda apostar sin entrar en el círculo vicioso que implica una adicción”.
Fuente: La Voz Del Interior.