Policiales

Tras el anuncio de paz, Colombia se prepara para el día después

Voy a votar por el No en el plebiscito. No puede ser que todos esos criminales queden libres”, dice –en referencia a las Farc– Jesús David, un joven de 35 años que trabaja como portero en Cartagena.

“Ya es bendita hora de acabar con todo esto, no entiendo por qué han esperado tanto”, suspira Beta, que vende boletos de una lancha que recorre el río Putumayo.

En Bogotá, Luis Edwin –estudiante de Derecho de 25 años– tiene una visión más lateral: “El acuerdo no me convence para nada, pero voy a votar por el Sí, a ver si el gobierno ahora se ocupa de lo que nos está pasando”. Se refiere a las desigualdades que florecen en Colombia, reflejadas en su historia: “Me levanto a las cinco de la mañana para manejar un taxi que no es mío. A las cuatro de la tarde me baño y corro a la Universidad, ahí estudio Derecho. Gano unos 900 mil pesos por mes (300 dólares), pero cada semestre pago 2,8 millones de pesos (más de 900 dólares) para estudiar. Trabajo, estudio, duermo. No tengo vida”, dice Luis, y sintetiza la historia de la mayoría de los colombianos.

La Voz recorrió gran parte de Colombia en los últimos días y la sensación es recurrente: la gente del interior, que sufrió de cerca los horrores de la guerra, quiere que esta termine como sea. Los de las ciudades, en cambio, se guían más por ciertos mitos, o por valores sinceros pero tallados por otros factores, lejos del escenario bélico.

Tras el anuncio del miércoles, los festejos en Bogotá se limitaron a una convocatoria en el llamado “Parque de los hippies”, sobre la avenida Carrera 7, que unió a unos cuantos cientos de personas al compás de la música y los discursos por la paz.

El desafío

Con el anuncio del acuerdo ­final de la paz comenzó a correr la cuenta de los 180 días durante los cuales los guerrilleros de las Farc se concentrarán en zonas en ­donde efectuarán la entrega de armas y se desmovilizarán. También se acordaron los subsidios que recibirán y cómo se llevará a cabo su inserción en la política y en el Congreso.

Ambas cosas irritan a un vasto sector, con la voz cantante más fuerte en la centroderecha liderada por el expresidente Álvaro Uribe.

¿Qué efecto puede tener su discurso en el plebiscito del 2 de octubre? Difícil adelantarse. Una encuesta del Gobierno dice que el 67,5 por ciento de los colombianos votaría por el Sí.

Para colmo, ayer se conoció el arresto en Estados Unidos del exministro de Uribe, Felipe Arias, por defraudación al Estado por 15 millones de dólares. Y piden su extradición.

El Gobierno de Santos no deja de recordar, tampoco, los supuestos nexos de Uribe con el paramilitarismo.

A propósito, según el Centro de Memoria Histórica, el paramilitarismo es el grupo armado que más víctimas fatales provocó (27.550) en los últimos 39 años de conflicto. Les siguen las Farc (16.862) y el ELN (9.221).

Oportunidad

La Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) recibió en las últimas décadas a 50 mil combatientes de distintas facciones que decidieron abandonar la lucha armada y reinsertarse en la sociedad.

El 75 por ciento era analfabeto, lo que habla también de las condiciones preexistentes que el Estado permitió y permite en vastas zonas del país.

Su director programático, Lucas Uribe, explicó a este diario los programas que se aplican con esta parte de la población para alfabetizarlos, brindarles capacitación y estudios y ayudarlos a comenzar emprendimientos o a conseguir trabajo.

Esta experiencia es clave para transmitir lo que se viene: “A los que tienen pensado votar por el No al acuerdo, les diría que todo lo que podamos hacer para construir paz es fundamental. Ni siquiera se trata de darles a los excombatientes una segunda oportunidad: es la primera, porque muchos de ellos entraron a la guerrilla a los 13 años y no conocen otra cosa. Como Estado no les dimos alternativas, pues ahora hay que brindarles oportunidades. Vale la pena dárselas. Las mismas que todos los colombianos debemos tener”.

Jorge Cardona, editor del diario El Espectador y autor de un libro sobre el conflicto colombiano de inminente publicación, explicó: “Toda guerra tiene vencedores y vencidos. De ahí la importancia de este proceso y de cada punto para sobrellevar la etapa posconflicto. Es un desafío notable para el resto del continente, y el último capítulo global de la Guerra Fría. Las Farc son el ejército guerrillero más antiguo del mundo, con mayor consistencia ideológica. Sería muy importante para Colombia terminar con esto de una vez por todas”.

Fuente: La Voz del Interior. http://www.lavoz.com.ar/mundo/tras-el-anuncio-de-paz-colombia-se-prepara-para-el-dia-despues?cx_level=flujo_2

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