Se multiplican las despensas y verdulerías «de garaje»
Según los últimos datos del Indec, en el Gran Córdoba hay 83 mil personas sin trabajo y 102 mil subocupadas (trabajan menos de 35 horas semanales); además, unos 153 mil, si bien están ocupados, buscan activamente otro empleo mejor. Leído en porcentajes, el desempleo representa el 11,5 por ciento, un uno por ciento más que en el mismo periodo de 2015.
En ese contexto, que se muestra especialmente grave en el sector metalúrgico (los empleos relacionados con las ventas a Brasil y la industria automotriz), han comenzado a multiplicarse, fundamentalmente en los barrios, micro-comercios “de garaje”, la mayoría despensas y verdulerías.
¿Por qué? “Es gente que, o se quedó sin trabajo o ve que con lo que gana no le alcanza y busca un ingreso extra”, dijo a Día a Día Vanesa Ruíz, gerente comercial del Centro de Almaceneros de Córdoba. “A lo mejor no lo echaron, pero ya no hace horas extra o trabaja menos horas y entonces cobra menos y tiene más tiempo libre. Con lo que tiene ahorrado decide poner una despensa y la atien0de entre los familiares: la esposa o algún hijo”, agregó.
Un almacén es uno de los comercios más simples de instalar. “Con una heladera, un freezer, una cortadora de fiambre y una estantería alcanza”, enumeró Ruíz. Y agregó: “Esto es cíclico e histórico en el sector almacenero: cuando sube la desocupación proliferan este tipo de despensas”.
Otro rubro simple (quizás el más fácil de todos) es el de las verdulerías. “Basta con pasar por el Mercado y llevar poco de todo. Está viniendo cada vez más gente que hace esto”, coincidió Juan Perlo, presidente de la Asociación de Productores Frutihortícolas. “No hace falta ni una heladera; basta con un lugar y una balanza”, describió el dirigente alertando que calculan que estos verduleros “golondrina” han comenzado a proliferar cada vez más, “más ahora que llega el verano, cuando la verdura y la fruta son más baratas y la gente consume mucho”.
Salvavidas de plomo
El problema es que este tipo de comercios no sobrevive los seis meses. Lamentablemente, la falta de conocimiento del negocio, sumado a la poca “espalda” para resistir cuando las ventas no son buenas y a la gran competencia, genera que al poco tiempo deban cerrar.
“Tenemos medido que, en promedio, duran seis meses. No tienen experiencia. Lo que pasa es que la gente cree que llevar adelante una despensa es sencillo, pero no es así”, dijo Ruíz, explicando que los emprendedores de emergencia (no de vocación) compran mal, se financian mal y todo eso hace que a veces hasta pierdan los pocos ahorros que invirtieron para instalarse.
“Todos los que ponen un negocio tienen la esperanza de que les vaya bien, de crecer y vender cada vez más, pero lo cierto es que en la mayoría de los casos esto no pasa”, describió Perlo. “Calculamos que de ahora y hasta el final del verano aparecerán entre un 25 y un 30 por ciento más de verdulerías”, agregó diciendo: “En algunos barrios ya no hay una cada 100 metros, hay una cada media cuadra”.
Perlo dice también que también han comenzado a proliferar los vendedores ambulante de fruta y verdura, que van al mercado, compran para vender en el día y se instan en una esquina con bolsas de papas o de naranjas.
Por qué no les va bien
Capacitación. Tienen poco conocimiento del negocio, por lo que invierten mal. Compran lo que ellos comprarían, que no es siempre lo mismo que prioriza la gente del barrio.
Financiación. Al no estar formalmente instalados al principio, no consiguen financiación para comprar heladera o freezer, por ejemplo.
Lugar. Se instalan en lugares de poca circulación de gente. Aunque son los que tienen los alquileres más baratos, las ventas suelen ser magras.
Mucha competencia. Además del almacenero o verdulero grande e histórico del barrio, hay otros (muchos) haciendo lo mismo.
Bajo consumo. Para peor, la gente de los barrios no está en buena situación económica, por lo que limita las comprar al mínimo.
Fuente: Día a Día. http://www.diaadia.com.ar/cordoba/se-multiplican-las-despensas-y-verdulerias-de-garaje