Economía

Adiós a la AFIP: ¿Qué implica su disolución?

*Opinión por Federico Favot – Contador especialista en impuestos

El pasado lunes 21, el gobierno nacional, a través del vocero Manuel Adorni, anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos, más conocida como AFIP. Esta decisión se oficializó el viernes 24 a través del Decreto 953/2024.


Una noticia que impactó mucho en los medios de prensa y en la opinión pública, pero, como veremos a continuación, tendrá escasas implicancias para ciudadanos y empresas.

Recordemos que el Organismo recaudador, creado en el año 1996 por decreto del presidente Menem, es un simple ejecutor de las leyes nacionales que imponen los impuestos, los que se crean y modifican por leyes del Congreso. O sea, si el gobierno quisiera implementar un cambio en la política tributaria, reduciendo la elevadísima carga impositiva que pesa sobre empresas y particulares, debería enviar un proyecto de ley al Congreso para su tratamiento; nada de eso se está discutiendo actualmente. Los últimos cambios de relevancia sobre esta materia fueron establecidos en la Ley Bases, sancionada en julio de este año, con modificaciones en impuesto a las ganancias, bienes personales, monotributo, y el establecimiento de una moratoria y blanqueo de capitales.

Dicho de otra manera, nada cambiará para quien paga mensualmente el monotributo, o le descuentan impuesto a las ganancias de su recibo de sueldos. Los pagos de todos los tributos seguirán en el mismo nivel.

Si el efecto de la medida en la ciudadanía es tan escaso, ¿por qué tomarla? Se puede decir que este es un paso más en el camino trazado por el gobierno de achicar la magnitud del estado reduciendo el gasto público. Así lo resalta el decreto de disolución: “…esta Administración ha tomado, desde el inicio de su gestión, distintas medidas tendientes a ordenar y equilibrar las cuentas públicas, transparentar el gasto y lograr que los recursos disponibles se dirijan a quienes más lo necesitan.”

Precisamente, el argumento principal para tomar la decisión, fue la de reducir el gasto en personal del Organismo, haciendo más eficiente su actuación, a través de dos medidas en el mismo sentido: por un lado, desprenderse de 3.000 empleados del Organismo nombrados durante la administración de Alberto Fernández (para tener una magnitud de tal decisión, la AFIP en total tiene hasta el momento una plantilla de aproximadamente 20.000 trabajadores; o sea que el 15% del total de los trabajadores del ente dejarán sus funciones). Por otra parte, reducir las estructuras jerárquicas del Organismo, recortando cargos y salarios de los puestos directivos. Así las cosas, se conoció que la titular de AFIP tenía, hasta el momento de tomar esta decisión, un salario mensual de 32 millones de pesos, el que quedará reducido al sueldo que cobra un ministro de la Nación, esto es, 4 millones de pesos mensuales. El gobierno le puso números a la medida: el ahorro por los cambios ascenderá a 6.400 millones de pesos anuales.

Los gremios que agrupan a los trabajadores estatales, inmediatamente se pusieron en estado de alerta y comenzaron a realizar “apagones informáticos” de 2 horas diarias. Cuando se conoció la medida, la gente interpretó que la página de AFIP no funcionaría durante ese lapso de tiempo (por ejemplo, para la emisión de facturas con clave fiscal). Esto constituiría un grave daño, y un delito. ¿Entonces, en qué consiste el “apagón”? Los trabajadores que se adhieran a lo dispuesto por el sindicato apagarán sus computadoras en señal de protesta.

Si no cambian los impuestos; ¿cambiará la forma de hacer las gestiones ante el Organismo recaudador? ¿Quién cobrará y controlará el pago de los impuestos? El control, ¿será mayor o menor? Adorni anunció al mismo tiempo la creación de la Agencia de recaudación y control aduanero (ARCA) como sucesora de AFIP. El nuevo organismo dependerá de manera directa del ya muy poderoso ministro de Economía, Luis Caputo. Sin embargo, no se esperan cambios en las gestiones a realizarse ante el nuevo organismo, ni un cambio en los controles a los contribuyentes por parte del nuevo ARCA.

Ni siquiera hay una modificación en la cabeza del Organismo: la ex titular de AFIP, Florencia Misrahi, asumiría (¿aceptará continuar en el cargo luego de que le rebajen el sueldo de esa manera?) la conducción de la flamante ARCA. Sigue asimismo el tradicional esquema de división del Organismo recaudador en dos divisiones, una con injerencia en temas relacionados a impuestos (Dirección General Impositiva), y otra que se dedicará a todo lo referido al control de la mercadería que ingresa a través de las aduanas: La Dirección General de Aduanas.

Sí seguramente habrá un cambio a nivel comunicacional: se espera que la “cara visible” de la AFIP, su página web, se modifique a partir de la nueva denominación.

Como conclusión, podemos decir que aún está todo por hacer en materia de la modificación; y que, aunque puertas adentro del Organismo el cambio será profundo en cuanto a la reducción de personal y gasto en cargos directivos, no se esperan grandes alteraciones en la realidad de las empresas y ciudadanos que pagan impuestos. 


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Federico Favot

Contador Público Nacional - Especialista en impuestos. Consultor y Docente Universitario.