Argentina es una fiesta: Todos ganan
La actitud del Frente de Todos es como la de los chicos que festejan su cumpleaños en canchitas de fútbol donde a ganadores y perdedores les dan trofeos por igual para evitar el llanto de quienes todavía tienen que aprender a perder.
Lo cierto es que, en estas elecciones que resultaron más insignificantes de lo previsto, el Frente de Todos logra esconder su derrota en una remontada que tampoco alcanza para una victoria pero sí para que la oposición se quede con sabor a poco. Algo parecido a lo que pasó en el escenario de las presidenciales del 2019 pero al revés.
En la capital se afirman las tendencias que muestran que —detrás de lo que, en una mirada apresurada, es una victoria apabullante de Juntos— es un escenario preocupante para un Larreta que los puntos que pierde desde las PASO parecen repartirse entre Milei y Santoro. Es preocupante sobre todo porque pierde puntos en comunas del sur y el oeste de la ciudad, hasta el punto de perder en la comuna 8 donde antes hacía pie firme.
El que se lleva todas las fichas de atenciones, expectativas y desilusión colectiva sigue siendo Alberto Fernández que ha hecho poco para parar la caída desde las PASO o para recomponer su imagen ni hacia adentro ni hacia afuera de la coalición de gobierno.
Intentó primero ir con un anotador a charlar con la gente, después lo intentó con los empresarios y por último llevó su campaña de visitas al exterior con poca suerte. Mucho intento de diálogo y globo de ensayo pero todo desdibujado por abarcar mucho y apretar poco. Eso lo llegó a aceptar pasivamente la campaña positiva que le diseñaron para gritar qué sí. Pero su imagen queda tan desdibujada de todo el proceso que es apenas visible incluso su derrota electoral que se suma a la laboral, la sindical, la económica, etc.
Parece que el festejo de la «no derrota» o la «casi victoria» del Frente de Todos se extiende hasta el miércoles, pero ¿qué festejan?
No solo perdieron las elecciones por las que festejan sino que también pierden la orientación del momento en que estamos. Es el tiempo de festejar menos y pensar más.
El triunfante neurólogo Facundo Manes señaló que la situación del presidente festejando triunfos inexistentes le recordaba la anosognosia de los pacientes con enfermedades neurológicas. Un paciente en esta condición tiende a minimizar los síntomas y las consecuencias de la enfermedad.
El anosognósico que niega su condición no empezará nunca seriamente una rehabilitación que no cree necesitar. El problema, tal como señala su etimología y veían claramente los filósofos griegos, es algo que está arrojado adelante, como una piedra que se interpone en nuestro camino y que solo podremos superar si la movemos, la rodeamos, o elegimos otro camino, pero que no desaparece por ignorarla.
La forma de deshacer un problema en Filosofía y en política es mediante preguntas que nos conduzcan a la reflexión y no con soluciones mágicas prefabricadas. Es el momento para dejar las afirmaciones y negaciones de la campaña que quedó atrás y hacerse las preguntas del país en crisis que nos queda por delante.
¿Cómo salir de la crisis mientras damos alivio a la gente y a los empresarios? ¿Cómo hacemos para bajar la inflación de forma sustentable? ¿Cómo generamos más trabajo si no es con un nueva reforma laboral y sindical? ¿Cómo hacemos una reforma impositiva inteligente que aliente la inversión y alivie a las cargas fiscales de los ciudadanos?
¿Cómo mejorar la educación para lograr capital humano a la altura de los desafíos del siglo XXI? ¿Cómo priorizar la salud y hacerla más accesible?
¿Cómo lograremos vivir sin miedo por la inseguridad que nos roba no solo lo poco que podemos comprar sino también la salud y la vida? ¿Cómo combatir el narcotráfico?
¿Cómo hacer de la Argentina un país unido que supere las grietas diseñadas o alimentadas por la política?
¿Cómo reducir las brechas entre las indignas (por paupérrimas) jubilaciones del común de la gente y las indignas (por exorbitantes e inmerecidas) jubilaciones de privilegio de los ex gobernantes?
Podríamos estar todo el día planteándonos «cómos» desesperadamente, pero lo realmente importante es saber los porqués de esos cómos para resolverlos.
Necesitamos ver esos cómos porque necesitamos creer y volver a refundar un país en que las condiciones de vida puedan mejorar, las tasas de pobreza puedan disminuir, las empresas puedan aprender unas de otras y se puedan establecer conexiones entre trabajadores y empresas.
Porque debemos asegurar que las oportunidades lleguen a todos los rincones de un país y a todos los ciudadanos dentro de un planeamiento ciudadano y territorial manteniendo las interrelaciones entre los diferentes niveles de gobierno.
Porque merecemos una justicia con las herramientas necesarias para lograr una justicia rápida y eficaz.
Porque necesitamos una clase política que se renueve y se forme para gestionar eficientemente cada uno de los lugares que le toque trabajar
Porque merecemos las dignidades fundamentales del trabajo, la salud y la educación. Porque es fundamental respetar valores y consolidar un consenso nacional. Porque debemos recuperar la transparencia, la constitución nacional y la vida digna.
Hay un proverbio chino que dice que distintas cerraduras se deben abrir con diferentes llaves. En un contexto social, político, comercial, o de relaciones internacionales, es importante reconocer que el enfoque de «una sola llave para todos» no funciona y nos deja con mucha suerte resolviendo solo un problema.
Hoy todos piensan en festejar, en Cristina, en Alberto, en Macri, en Larreta, en Milei, en las internas, en las presidenciales del 2023, etc.
Esas internas de la rosca política que cansaron a los votantes son el árbol que no permite que se vea el bosque de las crisis de todo tipo y en todos los frentes en las que estamos hundidos desde hace tiempo y cada día más sin que nadie logre hacer nada más que echarse culpas y festejar derrotas «dignas» y victorias incompletas.
Nota publicada también en: Perfil.com
(*) Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Es docente universitario en UCA y USAL. Columnista de Diario San Francisco, Perfil.com y FM Milenieum, entre otros medios del país y del mundo.