Este jueves, en el marco de la semana de la Mujer, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) inauguró en su sede sindical, ubicada en Ramón y Cajal y Deán Funes un «banco rojo» para visibilizar la problemática de violencia de género que atraviesan las mujeres y una expresión genuina contra los femicidios.
El encuentro contó con la participación de integrantes del Consejo Directivo Provincial y de la delegación local, también del Centro de Jubilados y Pensionados de ATE, del Consejo Municipal de la Mujer, referentes de la CTA Autónoma Regional San Francisco, de la Federación Nacional Territorial (Fenat-CTAA), trabajadores estatales y representantes de distintos gremios.
Darío Paredes, secretario gremial de ATE, señaló durante el acto que «hoy renovamos el compromiso que año tras año se viene realizando para empoderar a la mujer en todos los aspectos de su vida y que pueda ocupar cargos de liderazgo y conducción en las instituciones que pertenece, erradicando de esta manera todo tipo de discriminación, como así también defender la igualdad de oportunidades y trato de las mismas combatiendo y erradicando toda clase de violencia».
En tanto, Gabriela Alcoba, directora del Departamento de Género y Diversidad de la conducción provincial de ATE indicó «permanentemente nos solidarizamos con todas aquellas mujeres que han sufrido algún tipo de violencia, maltrato y discriminación. ATE continuará trabajando para que los derechos de la mujer sean reconocidos y se instauren en los diferentes ámbitos de todos los rincones de nuestra provincia».
Por último, Andrea Carrasco, a cargo de la Secretaria de Previsión Social y referente del Departamento de Género provincial manifestó «no es un banco más, es un símbolo que trasciende las fronteras para invitarnos a reflexionar sobre la violencia. Por eso, desde la Comisión Directiva y el Departamento de Género queremos reivindicar el papel de la mujer trabajadora, quienes aportan crecimiento económico, desarrollo y sustentabilidad al medio social en el que vivimos, permitiéndoles a que todas las voces sean escuchadas».