El sanfrancisqueño que construyó su casa de superadobe
Fernando Hércules Listello es un joven actor y teatrista independiente de 30 años oriundo de nuestra ciudad que, desde septiembre del año 2016 vive en Anisacate, localidad situada al pie de las Sierras Chicas, en una casa que construyó con sus propias manos.
La idea surgió cuando le contó a su amigo Maximiliano que tenía que devolver la casa que estaba alquilando, preocupado porque no sabía qué le depararía el futuro. «Mi amigo me propuso comprar un terreno en Anisacate. Averiguamos y encontramos uno muy económico con derecho posesorio, y una vez que lo compramos a medias empecé a investigar todo lo que pude en internet y a charlar con conocidos sobre cuál podría ser la mejor construcción para mí. La idea principal era usar una técnica que sirva para la auto construcción y algo que sea a bajo costo. Entonces evalué las opciones de construir con container, comprar una casa prefabricada, construir con madera, con barro. Finalmente la técnica del superadobe me pareció buena opción porque además de ser económica, las prestaciones que tiene son altísimas; estamos hablando de construcciones anti sísmicas, completamente acústicas, y sumamente térmicas porque las paredes son de 40 centímetros de ancho, de un material macizo como es la tierra, y las temperaturas oscilan entre los 19 y 25 grados todo el año. En verano entrás y parece que hubiera aire acondicionado adentro», asegura el joven.
Cuenta que le llevó aproximadamente un año y medio levantar las paredes y poco más de un año finalizar con la instalación de luz, gas , agua, el revoque de las paredes y la colocación de los pisos. «En menos de tres años terminé la casa y me mudé y ahora disfruto de ella con todas las comodidades, completamente terminada», completa.
La técnica superadobe, conocida también como superblock o earthbags, fue desarrollada por el arquitecto iraní Nader Khalili, quien buscaba el modo de hacer casas a bajo costo para solucionar el problema habitacional, pensando en la utopía de resolverlo a escala mundial, y finalmente tomó la idea de las trincheras de la Primera Guerra Mundial, que se construían con sacos de arena apilados.«Son bolsas de arpillera plástica rellenas de tierra o arena estabilizadas con un porcentaje de cemento o cal, dependiendo de las necesidades y el lugar donde se construya. Las bolsas se pueden conseguir a un costo mínimo. Aquí en Anisacate utilicé como material de compactación una tierra que tiene un alto porcentaje de arcilla, piedra y arena que humedecido, apisonado y secado hacen que el bloque sea sumamente duro», explica Fernando.
En internet se puede acceder fácilmente a los planos de un ecodomo con los datos de diseño necesarios para llevarlo a cabo, que el creador de esta técnica dejó como legado. «Khalili sostenía que una persona con conocimientos básicos puede construirlo y verdaderamente es así; mi casa no es un ecodomo sino un diseño que hice yo, pero si yo hubiese querido realizar una casa tradicional tendría que haberme instruido mucho más», señala.
El joven asegura que la ayuda de sus amigos Maximiliano y Araceli, quienes también construyeron su propia casa en el frente del terreno, fue sumamente necesaria y amplía: «Fue mutuo este espíritu colaborativo, hubiera sido mucho más laborioso para mí hacerlo solo, porque además de compartir el terrero compramos juntos las herramientas, compartimos gastos para el pozo y tanque de agua y aquí seguimos compartiendo. No sólo se trata de reducir costos, creo que las cosas compartidas siempre son más lindas, más ricas».
Por Julieta Balari.-