Coparticipación: Una deuda pendiente
En los últimos tiempos frases como “lo vemos” “lo veo” “No hagamos olas” “no es buen momento” van ganando terreno y se van utilizando día a día para dilatar definiciones o mantener el status quo.
El Covid19 está haciendo implosionar al mundo no solo sanitariamente, sino que también en las raíces de su funcionamiento político económico.
En los 20 años que llevamos de siglo XXI estaba mayoritariamente aceptado que el sistema que mejor funcionaba en gran parte del mundo era la “democracia liberal” al decir de Harari.
Pero al llegar el coronavirus el “Estado mínimo” pregonado por el liberalismo perdió fuerza y particularmente en la actualidad ya que debieron los países pasar a Estados presentes y al lado de la gente ayudando tanto sanitaria como económicamente y esta última afirmación es absolutamente comprobable solamente googleando las medidas que tomaron Países o uniones de Países de distintos continentes y culturas. Por supuesto que otros no, prefirieron otras medidas tanto sanitarias como económicas y mientras escribo este articulo la televisión me informa que en Brasil se superaron los 2.400.000 de casos de Covid19.
Y por casa… ¿cómo andamos?
En los últimos días se da un debate interesante que tiene que ver con los subsidios al transporte y los montos que los Estados destinan a esta actividad (entendiendo que es un servicio esencial y social), porque de los subsidios depende el sostenimiento del sistema y en particular el pago de los salarios.
Se conoce la convocatoria de una acción gremial en todo el País para que el Estado nacional haga llegar urgentemente esos fondos para que siga funcionando el Transporte.
Ahora esta discusión que es medular e importante en tiempos donde los Estados pierden recaudación por la caída de la actividad económica, y deben hacer una inversión mayor y creciente en insumos sanitarios y medidas de contención de la pandemia, debería abrir un debate mayor que nos involucre a las jurisdicciones estatales y a todos los ciudadanos, que es la Distribución de los Ingresos que se producen por los tributos, la COPARTICIPACIÓN FEDERAL DE IMPUESTOS.
En la reforma constitucional de 1994 en el Art 75 se establece entre otras disposiciones que corresponde al Congreso sancionar «Una ley convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos».
Actualmente, y de acuerdo con la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, la Coparticipación Federal de Impuestos es un sistema “de rango constitucional que tiene por objeto coordinar la distribución del producido de los tributos impuestos por el Estado Federal, en virtud de una delegación efectuada por las Provincias a la Nación” con el objeto de retener la porción correspondiente este estamento gubernamental y redistribuir el resto entre las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La misma se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas contemplando criterios objetivos de reparto; será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional, en teoría.
La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser modificada unilateralmente ni reglamentada y será aprobada por las provincias.
En la actualidad, poco más del 42% de las contribuciones indirectas internas y de las contribuciones directas que se establezcan por idéntico mecanismo (distribución primaria), por tiempo determinado, debería ser coparticipado al Tesoro Nacional, el casi 57% a las provincias y el 1% restante al Ministerio del Interior.
No obstante y en base al gráfico que aquí se indica, esta situación dista mucho de ser así debido a que parte de la masa coparticipable (descrita arriba) es desviada a otros fines, establecidos por una plétora de leyes y decretos, y no al destino final que debería tener, es decir, a las provincias argentinas .
Quizás sea el momento de cumplir con la Constitución Nacional, no porque un virus nos interpela sino porque queremos un País Federal, Solidario, Equitativo y con oportunidades reales de igualdad entre sus habitantes.
Quizás haya llegado el momento de accionar con ideas innovadoras y equitativas, disruptivas e innovadores, debatibles pensadas para todo el País y en ese marco consensuadas.
Quizás sea el momento de pensar en esquemas de Coparticipación Inversa en algunos tributos, quizás sea el momento para “dejar de verlo” y concretar una nueva Ley Federal de Coparticipación, quizás sea el momento de “hacer olas” y modificar ese laberinto de distribución.
1 Yuval Noah Harari, 21 lecciones para el Siglo XXI
2 https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dgral_info_parlamentaria/dip/glosario/C/coparticipacion.html
3 Laberinto de la Coparticipación Consejo Federal de Inversiones:
http://www.cfi.gov.ar/docs/LaberintoCoparticipacion_version2019.pdf
(*) Diplomado en Gestión Pública.