Covid-19: San Justo, el punto de Córdoba que hoy genera más alerta
El departamento San Justo, con la ciudad de San Francisco como cabecera, es el punto que genera hoy más inquietud en todo el mapa provincial del coronavirus. Admitiendo ese cuadro, el Ministerio de Salud envió días atrás a esa zona del nordeste cordobés al mismo equipo que, en 2020, se instaló para mitigar los brotes más complejos del interior: primero Villa Dolores, luego el eje Oliva-Oncativo y después Río Cuarto.
El médico Diego Almada, coordinador sanitario del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) Central, ya instalado en San Francisco, confirmó a La Voz que “es la región que mayor inquietud genera por su curva de contagios”. Y precisó que “San Justo tiene en este momento un tercio del total de los casos activos que cuenta toda la provincia”.
Ese departamento suma menos del seis por ciento de la población cordobesa. Según el Ministerio de Salud, los casos activos (no recuperados) de coronavirus en toda la provincia eran 7.120 al martes pasado.
“Si uno ve la tasa de incidencia por número de habitantes, es inquietante, incluso en algunas localidades de la región más que en San Francisco”, señaló Almada. Y citó algunas poblaciones: Morteros, Porteña, Brinkmann, Freyre y Miramar, entre otras.
Puesto en cifras
Según cifras del sitio nacional covidstats.com.ar, sobre la base de datos oficiales, al 20 de enero el promedio semanal de casos en toda la provincia de Córdoba era de 14,4 diarios por cada 100 mil habitantes. Pero en San Justo llegaba a 27,8.
Al 20 de diciembre, esa tasa era de 9,7 a nivel provincial y del 28 en San Justo. En contraste, cuando se daba hacia el 20 octubre el pico en toda Córdoba, los casos diarios cada 100 mil habitantes eran 50,8 en la media provincial y 41,3 en San Justo.
Nicolás Albera, periodista de El Periódico de San Francisco, aportó que “la gente percibe claramente que los casos están en alza, desde mediados de diciembre” y que las autoridades locales vienen reclamando un mayor cuidado preventivo a la población. “Pero se observa un evidente relajamiento, como en tantos otros lados, y una actividad que ya es casi la normal de la prepandemia”.
“La gente está relajada”
Almada planteó que desde hace semanas se observa un crecimiento de casos mucho más notorio en el interior provincial que en la Capital.
“Y San Justo fue uno de los últimos departamentos en verse afectados, venía con tasas bajas y ahora, después de las fiestas de fin de año y de egresados, presenta esta escalada que está por encima de la media provincial”, apuntó Almada.
“Venimos a trabajar sobre eso. Lo que se hace forma parte de un programa que hemos desarrollado en otros sitios, acompañando la estrategia local y reforzando algunas cuestiones, por ejemplo, para sumar testeos y más seguimiento de contactos. Y revisar la derivación de pacientes”.
“Un aspecto clave es que la gente no está haciendo caso a las medidas sanitarias y esto es lo más preocupante, acá y en todos lados. Cuando uno mira la situación actual en el Hemisferio Norte, con la segunda ola, que acá repetimos al tiempo, tendríamos que prepararnos y redoblar el esfuerzo. Hay que retomar conciencia del cuidado porque la estrategia de la vacuna nos va a llevar un largo tiempo aún”, remarcó.
El especialista aclaró que aún no califican lo que sucede en esa zona del este como un brote y planteó que no se observa aún la tasa de aumento que registraron los más intensos de 2020 en Córdoba. Pero advirtió: “Lo que vemos ahora es el riesgo mayor que se genera porque la gente percibe que la pandemia ya pasó, y eso no se veía en los otros sitios con subidas de casos el año pasado. La gente en otros brotes se asustaba y estaba mucho más receptiva. Ahora, pasamos por localidades donde no vemos más del 15 por ciento de la gente con barbijo. Y cuesta mucho más que se testeen y que cuenten sobre sus contactos estrechos”.
“Además, nos llama la atención cierto silencio epidemiológico de algunos municipios o comunas que no estarían reportando casos, que dicen estar en cero, pero eso nos resulta extraño en este contexto regional”, dijo Almada, aunque prefirió no identificar a esas localidades porque “están en evaluación”.
En el Ministerio de Salud, inquietaría que la tasa de letalidad es elevada en San Justo respecto de la de contagios y se revisa si acaso no se estarían notificando todos los positivos.
El panorama provincial
En cuanto al panorama general provincial, Almada marcó que en enero subieron los casos luego de la baja observada en diciembre.
“No es el avance que vimos en los peores momentos de 2020, pero ahora preocupa esa percepción mucho más relajada de la gente, que complica el control. Se han dado en enero brotes puntuales en localidades, después de las fiestas de fin de año o de otros eventos. Algunas pasaron de cero a decenas de contagiados en pocos días, como Oliva o San José de la Dormida. Si se relajan, cualquier localidad puede multiplicar los casos en pocos días”, citó.
Fuera de San Justo, Almada admitió alguna inquietud sobre la evolución en los valles serranos con alto movimiento turístico. “El ministerio lleva un monitoreo activo en esas zonas. Días atrás se observó cierta escalada en una parte de Calamuchita, por ejemplo”, indicó.
Un informe de este diario mostró, el pasado martes, que en enero la tasa de contagios había aumentado en Calamuchita y en Punilla más que en el promedio provincial, pero no así en el Valle de Traslasierra.
“La gente esconde síntomas y contactos estrechos”
“Estamos ante una situación que se complica porque la gente no quiere testearse, o esconde los síntomas, o si fue positiva oculta casi todos sus contactos estrechos”, admitió ayer Diego Almada.
Por estos días, en las localidades de San Justo, su equipo intenta ajustar criterios contra esa realidad.
La semana pasada, la secretaria de Promoción de la Salud de Córdoba, Gabriela Barbás, ya había advertido que en toda la provincia se percibe que la gente tiene menos demanda por testearse y mostró preocupación porque cada positivo apenas informa, en promedio, sobre 3,5 contactos estrechos. Hasta meses atrás, apuntaban en cambio unos 30 o más contactos.
Almada también confirmó esa impresión desde San Francisco: “Es así, incluso a los contactos estrechos ya cuesta tenerlos aislados en sus domicilios, a pesar de que se acortaron los tiempos para el diagnóstico y de que hoy tienen que permanecer 10 días en lugar de 14”, marcó.
“Esto representa un desafío adicional, desde la comunicación, para lograr que la gente fidelice que seguimos estando ante una amenaza. El ministro Diego Cardozo se viene reuniendo con el área de Salud Mental y con actores ligados a las universidades y a otros sectores para sumar saberes y perspectivas para hacerle frente a esta nueva situación social”, señaló el coordinador sanitario del COE Central.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior