Cuarentena administrada: no hubo mayor circulación
La ampliación de la lista de actividades consideradas esenciales, exceptuadas de cumplir con el aislamiento decretado por la pandemia de coronavirus, no modificó ayer demasiado la circulación de personas y de vehículos por el Centro de la ciudad de Córdoba, con relación a los días hábiles de la semana anterior.
La Voz tomó la impresión urbana durante una recorrida que realizó durante el lunes por el área central y por el primer anillo circundante del principal núcleo comercial de la Capital. Sí se notó una concentración de personas mayor de la habitual en las paradas de ómnibus, alrededor de las 13. Esperaban el colectivo sin guardar, en muchos casos, la distancia social recomendada de al menos 1,5 metros entre uno y otro pasajero.
Las imágenes más contundentes de este descuido se vieron en los refugios sobre 27 de Abril, entre la plaza San Martín y la avenida Vélez Sársfield; también, a lo largo de la avenida Maipú, desde su inicio en Rosario de Santa Fe hasta el bulevar Guzmán.
Asimismo, se advirtió que la Policía mantiene el control de vehículo con rigurosidad en los puentes de acceso y de egreso al Centro. En tanto, móviles oficiales circulan a marcha lenta por la traza central recordando, a través de altavoces, la obligatoriedad del uso de cubrebocas tanto en la vía pública como en los negocios habilitados para funcionar durante la cuarentena.
Control social
Algo que sorprendió de manera grata a los cronistas es el control social sobre el uso de mascarillas preventivas. Dos taxistas y un quiosquero le llamaron la atención a un joven que caminaba por la avenida General Paz con auriculares en los oídos y con la cara descubierta. Los trabajadores del volante le tocaron bocina al unísono y le hicieron un gesto con las manos para hacerle notar su comportamiento reprochable.
En las bocas de cobranza extrabancaria no se formaron filas extensas como sí había ocurrido la semana pasada. Mientras, en los registros de la propiedad del automotor se informó a los clientes que se está trabajando en la adecuación de los servicios para dar cumplimiento a la salida administrada del confinamiento.
Los titulares de oficinas registrales acordaron limitar la atención desde mañana miércoles 22 de abril a quienes cuenten con turnos acordados vía on line. Para eso, ayer se habilitó el turnero electrónico, también la solicitud de informes digitales y el pago electrónico de trámites.
Tampoco se vieron modificaciones en las compañías de seguro, otro de los rubros autorizados a salir del aislamiento social preventivo de manera administrada. En este caso, la flexibilidad sólo contempla la instrumentación de medidas que permita a peritos y a liquidadores realizar sus labores con el propósito de liquidar los siniestros denunciados y pendientes de pago.
En ningún caso se autorizó la atención al público presencial, razón, por lo que todas las gestiones y los trámites deberán seguir haciéndose de forma virtual, incluidos los pagos de póliza y a los beneficiarios.
La actividad de los odontólogos también se sumó a la lista de servicios esenciales ampliada. No obstante, el Colegio Odontológico de la Provincia de Córdoba recordó que la atención “estará limitada a las urgencias programadas por turno previo y anamnesis (historia clínica) telefónica u otro medio electrónico, a fin de evaluar la necesidad y el caso”.
Sin barbijos en barrios humildes
A diferencia de lo que ocurrió ayer en el Centro y en buena parte de los barrios más próximos al corazón de la ciudad, en las zonas más humildes de la periferia cordobesa advirtieron por la falta del cumplimiento de la cuarentena y reclamaron que la Municipalidad de Córdoba realice entregas gratuitas de cubrebocas.
Aldo Ortega, presidente del centro vecinal de Villa El Libertador, contó a La Voz su temor. “En la Villa hay gente que está usando barbijos, pero hay mucha gente en la calle. En las paradas de colectivos tuvimos la misma cantidad de personas que antes de la cuarentena. Mínimo, 10 personas por parada”, comentó. Su preocupación está en las necesidades que pasan algunos vecinos. “Puse una olla popular y algunos vinieron con barbijos. Hay más demanda de gente buscando comida”, dijo Aldo. Con el aislamiento, debe entregar unas 130 raciones en su barrio y otras tantas en la plaza San Martín.
En la villa El Chaparral, a unas cuadras de Plaza de las Américas, el miedo es el “hambre”.
Los vecinos contaron que no hay casi barbijos. “La gente no tiene para comprarlos, vienen a buscar la comida al comedor y la merienda. Es ilógico pedirles que compren cubrebocas”, dijo Cintia Bazán, quien está a cargo de un comedor comunitario.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior