Detectan «superbacterias» en el Suquía y en la ciudad de Córdoba
Las bacterias multirresistentes a antibióticos, o «superbacterias”, están presentes en el río Suquía y en varios puntos de la ciudad de Córdoba, según un artículo publicado en el sitio UNCiencia.
Es la conclusión de un trabajo multidisciplinario de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que llevó dos años de recolección de muestras en el curso de agua y en derrames cloacales ocurridos en diferentes puntos de la Capital.
“Con las aguas servidas se está vertiendo este tipo de bacterias resistentes en el entorno. Si bien no debemos tener miedo del surgimiento de una epidemia, estos derrames cloacales pueden causar problemas en la salud pública”, explica Héctor Alex Saka, investigador del Departamento de Bioquímica Clínica de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC.
La Voz dio cuenta de esta problemática y de este estudio hace dos años (ver Descubren gérmenes que resisten antibióticos en derrames cloacales).
Tratar cuadros provocados por bacterias multirresistentes suele ser más complejo que una infección común y muchas veces los pacientes no logran curarse.
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Un problema global
Detrás de la existencia de estas “superbacterias” hay causas que no son propias de Córdoba, como la automedicación, el mal uso y el abuso de los antibióticos (a nivel humano, pero también veterinario).
“En condiciones normales, puede llevar décadas a una bacteria desarrollar resistencia. Pero al estar sometida asiduamente a la acción de antibióticos, puede lograrlo en menos tiempo. Hoy observamos que en cinco o seis años, o incluso menos, algunas bacterias se vuelven resistentes a antibióticos cuyo desarrollo pudo llevar 10 o más años de investigaciones y cuantiosas inversiones”, explica Saka.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 700 mil personas fallecen al año debido a la acción de las bacterias multirresistentes. Para 2050, esa cifra podría ascender a 10 millones y ser la principal causa de muerte, por delante del cáncer y a las enfermedades cardiovasculares.
Bacterias detectadas
De la investigación también participaron científicos de la Universidad Católica de Córdoba y del Laboratorio LACE.
En las muestras tomadas de derrames cloacales y del Suquía detectaron gérmenes multirresistentes a antibióticos de uso clínico.
El 73 por ciento de las muestras recolectadas de derrames cloacales en la vía pública contenía enterobacterias resistentes a cefalosporinas de tercera generación, un antibiótico que se usa principalmente en las instituciones de salud y que no debería ser de consumo extensivo en pacientes ambulatorios.
Estas bacterias provocan múltiples infecciones intrahospitalarias y en la comunidad pueden causar infecciones de herida, urinarias, neumonías, entre otras.
Saka explica que las cefalosporinas de tercera generación son antibióticos potentes y tienen acción sobre una gran variedad de bacterias. “Su uso debe reservarse para situaciones puntuales. El índice que encontramos es muy elevado”, advierte.
Y explica que estas bacterias multirresistentes podrían aportar sus genes a comunidades microbianas naturales y agravar así el problema sanitario.
Pero además encontraron patógenos resistentes a carbapenems, enterococos resistentes a vancomicina y Staphylococcus aureus resistentes a meticilina.
“Esas bacterias resisten entonces a, prácticamente, todas las drogas conocidas para tratar infecciones. Si un paciente las contrae, su tratamiento se complica mucho”, explica el investigador.
Las superbacterias también estuvieron presentes en el río Suquía. “Encontramos enterobacterias resistentes a cefalosporinas de tercera generación e incluso portadoras de carbapenemasa tipo KPC”, detalla Saka.
Y explica que es probable que esos patógenos presentes en el río provengan de los derrames cloacales que terminan desembocando en el curso de agua.
Próximos estudios
Para los autores del trabajo, estas mediciones son una alerta, ya que marcan la circulación cotidiana en el ambiente de las bacterias con genes resistentes a antibióticos, por causales que se podrían evitar.
El equipo continúa sus estudios para conocer el impacto de estos agentes patógenos en la Laguna Mar Chiquita, el destino final del río Suquía. Por otro lado, están ampliando su trabajo a los alimentos y a los animales, tanto mascotas como los criados para producción de alimentos.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior